El resultado fue posible gracias a que México superó a su socio del norte en dinamismo exportador, con un alza de 10,3% a US$346.528 millones, mientras que las ventas de EE.UU. a México subieron a un ritmo menor, de 8,9% a US$265.010 millones.
Ciudad de México. Al calor de la incertidumbre por la negociación del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), durante el 2018 el superávit comercial de mercancías de México con Estados Unidos escaló a un ritmo de 15% para llegar a un máximo histórico de US$81.517 millones.
Lo anterior fue posible gracias a que México superó a su socio del norte en dinamismo exportador, con un alza de 10,3% a US$346.528 millones, mientras que las ventas de Estados Unidos a México subieron a un ritmo menor, de 8,9% a US$265.010 millones.
El déficit comercial de Estados Unidos con México incrementó por quinto año consecutivo, en el marco de un abultamiento sistemático del déficit global del socio del norte y de una retórica proteccionista por parte del gobierno estadounidense, a cargo del presidente Donald Trump.
El año pasado, el desbalance entre exportaciones e importaciones de mercancías de Estados Unidos creció 10,4% a un nivel récord de US$878.702 millones. De dicha cantidad, 48% corresponde al déficit comercial con China, seguido por México (9,3%), Alemania (7,8%) y Japón (7,7%).
El superávit de México coincide también con uso de medidas proteccionistas de parte del gobierno de Estados Unidos, como fue la aplicación de aranceles al acero y aluminio mexicanos, mismos que fueron respondidos por México con aranceles a las piernas de cerdo, quesos y manzanas estadounidenses. Las medidas implementadas por ambos gobiernos continúan vigentes.
Durante la mayor parte del 2018 el telón de fondo en el comercio bilateral entre México y Estados Unidos fue la incertidumbre sobre si se lograría un acuerdo que remplazara el aún vigente Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), fustigado por Trump y llamado por él como “el peor acuerdo comercial jamás negociado por Estados Unidos”.
Finalmente y tras un arduo proceso negociador, el último día de noviembre el T-MEC fue firmado por las autoridades de México, Estados Unidos y Canadá, planteando nuevos términos para el comercio trilateral, como el endurecimiento de la regla de origen automotriz y el compromiso de México por garantizar el derecho a la negociación laboral colectiva.
No obstante, el T-MEC sigue pendiente de ratificación por parte de los congresos de sus tres países socios, siendo Estados Unidos de donde mayor preocupación ha surgido por posibles obstáculos para su aval legislativo, motivo por el cual se ha creado una coalición de empresarios estadounidenses y mexicanos en favor del acuerdo.
Debido al cierre del gobierno de Estados Unidos a raíz al choque entre Donald Trump y legisladores demócratas, el análisis del T-MEC se vio interrumpido, pero se esperan definiciones sobre su proceso de aprobación en las próximas semanas.
Motor del mundo. Estados Unidos es el mayor importador mundial y el segundo mayor exportador mundial de bienes y servicios. Las exportaciones estadounidenses de mercancías, muy diversificadas, están dominadas por la maquinaria, los vehículos, los productos químicos y los productos refinados del petróleo.
Asimismo, las importaciones están tan diversificadas como las exportaciones; su composición está dominada por las manufacturas, que representan alrededor de 70% del total. Los principales productos que Estados Unidos compra del exterior son maquinaria, material de transporte y combustibles.
El déficit del comercio de mercancías se ha visto compensado en parte por el superávit del comercio de servicios y del ingreso primario. El comercio transfronterizo de servicios comerciales de Estados Unidos registra tradicionalmente un superávit, que es especialmente importante en sectores tales como los servicios financieros y el transporte, así como en los cargos por el uso de propiedad intelectual.
Así, al contabilizar el comercio de servicios, el déficit comercial estadounidense de bienes y servicios en el 2018 fue de US$621.000 millones, aunque dicho monto fue 12% mayor que el observado el año previo.
Durante el 2018 se han acumulado diversas restricciones al comercio en Estados Unidos, que han generado medidas de represalia por parte de los socios afectados. En marzo, ese país impuso sobretasas arancelarias a las importaciones de aluminio y acero desde todos los orígenes, argumentando razones de seguridad nacional.
Entre junio y septiembre, Estados Unidos impuso sobretasas arancelarias a diversos productos chinos por un monto cercano a US$250.000 millones, en respuesta a supuestas prácticas desleales de ese país.