Las personas que en el séptimo mes del año entraron al mercado laboral lo hicieron sin prestaciones, lo que significa que no tienen acceso a instituciones de salud en plena pandemia.
CDMX. En julio, con la reactivación económica, 1.5 millones de personas se incorporaron al mercado laboral; sin embargo, todos lo hicieron a través de la informalidad.
Esto significa que, en plena pandemia, ninguno de ellos tiene acceso a instituciones de salud.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleos, del Inegi, en dicho mes la población ocupada fue de 49.8 millones, cuando en junio ascendió a 48.3 millones.
Además, la población ocupada en informalidad laboral, aquella que carece de contrato escrito, ahorro para el retiro y vivienda, así como acceso a servicios de salud, fue de 27.3 millones, 1.7 millones más que en junio, cuando ascendió a 25.6 millones.
Este comportamiento se debió principalmente al crecimiento de los ocupados en el sector informal, conocido como ambulantaje, que pasó de 11.9 millones en junio a 13.8 millones en julio.
El incremento de la informalidad laboral explica la recuperación en el volumen de población ocupada en el sector comercio, a diferencia de otros como la construcción.
Con la reactivación de actividades económicas 1.5 millones de personas se incorporaron al mercado laboral, sin embargo, todos los hicieron a través de la informalidad, lo que significa que en plena pandemia ninguno de ellos cuenta con acceso a instituciones de salud.
De acuerdo con La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleos (ETOE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) durante julio la población ocupada fue de 49.8 millones, cifra 1.5 millones mayor que la reportada un mes antes, cuando ascendió a 48.3 millones.
Asimismo, la población ocupada en informal laboral, que es aquella que carece de contrato escrito, ahorro para el retiro y vivienda, así como acceso a servicios de salud, fue de 27.3 millones, 1.7 millones más que en junio, cuando fue 25.6 millones.
Este comportamiento se debió principalmente al crecimiento de los ocupados en el sector informal, conocido como ambulantaje, el cual pasó de 11.9 millones en junio a 13.8 millones en julio.
En el caso de los hombres, el aumento en la ocupación informal fue de 1.8 millones, de manera que llegaron a 17.5 millones, en tanto que las mujeres reportaron una disminución de 134 mil personas en julio, con lo que sumaron 9.8 millones.
El incremento de la informalidad laboral explica la recuperación en el volumen de población ocupada en el sector comercio, a diferencia de los sectores de la construcción, restaurantes, servicios de alojamiento y transportes. Asimismo, se observa una falta de recuperación en personas ocupadas en trabajos domésticos remunerados.
Los especialistas coinciden en que la falta de oportunidades laborales formales orilla a las personas a laborar en condiciones de vulnerabilidad.
Frente a los altos índices de desempleo, la gente prefiere carecer de prestaciones que de una fuente de ingresos”, asegura Elizabeth Ponce, trabajadora social por la UNAM.
Desocupación y necesidad de empleos. La población que se encuentra sin trabajar y que estuvo buscando trabajo en el último mes fue de 2.8 millones de personas, igual que en el mes previo.
La duración de la desocupación es generalmente corta, a diferencia de otros países donde existe un seguro de desempleo. En julio de 2020, por ejemplo, la proporción de los desocupados se concentró en las personas que tienen hasta un mes buscando trabajo, con 42.3%, cifra 5.4 puntos porcentuales inferior a la del mes previo.
La proporción de los desocupados con búsqueda de más de tres meses fue de 18.4%, 6.3 puntos porcentuales mayor que en junio.
Los mexicanos que no buscaron trabajo, pero aceptarían uno si se los ofrecieran, fue de 11.3 millones de personas en julio de 2020.
Esto indica que el país requiere generar 23.3 millones de nuevos empleos tras la crisis provocada por el covid-19.
Esta cifra se compone por 2.8 millones de personas que buscan activamente trabajo, pero no lo encuentran; 11.3 millones que no buscan uno, pero están dispuestas a trabajar si se presenta la oportunidad, y 9.2 millones que, pese a tener empleo, reportan la necesidad de laborar más horas.
Este conjunto de personas conforma lo que se conoce como brecha laboral, indicador que ha sido avalado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para medir las verdaderas necesidades de empleo de un país.