Una fuente cercana al equipo económico de Rousseff confirmó las conversaciones, diciendo que el Gobierno "no puede ignorar" los riesgos que se posan sobre el grado de inversión.
Las preocupaciones de que Brasil pueda perder su codiciada nota de grado de inversión nuevamente aumentaron entre los funcionarios del Gobierno y los inversores, que temen que las medidas de austeridad de la presidenta Dilma Rousseff no compensen los debilitados ingresos fiscales.
Mientras Brasil se prepara para una crucial revisión de parte de Moody's Investors Service en el tercer trimestre, miembros del equipo económico de la mandataria se acercan a las agencias calificadoras para pedirles un voto de confianza en el plan del Gobierno de incrementar los ahorros presupuestarios, dijo una fuente con acceso a una de las firmas.
Una fuente cercana al equipo económico de Rousseff confirmó las conversaciones, diciendo que el Gobierno "no puede ignorar" los riesgos que se posan sobre el grado de inversión.
Una rebaja de la nota al grado "basura" se transformaría en un fuerte golpe al plan de Rousseff de revivir la inversión y el crecimiento en la mayor economía de América Latina ya que ahuyentaría a los inversores de largo plazo e incrementaría los costos del endeudamiento para las compañías y el Gobierno.
Brasil parecía encaminarse a mantener el grado de inversión este año después de que el ministro de Hacienda, Joaquim Levy, reunió el suficiente apoyo político para el plan de ahorros, se distendió una posible crisis de deuda en la petrolera estatal Petrobras y Standard & Poor's mantuvo la nota del país con un panorama estable el 23 de marzo.
Sin embargo, desde entonces los ingresos fiscales han retrocedido en momentos en que Brasil se encamina a una recesión económica más profunda de lo que se estimaba. Como resultado, el país no cumpliría con sus objetivos de ahorros para el 2015, lo que aumenta la presión sobre las agencias calificadoras para rebajar la nota crediticia.
Un amplio caso de corrupción en Petrobras también ha pesado sobre la economía y la popularidad de Rousseff, debilitando su capacidad de aprobar medidas de austeridad en el Congreso.
"Aunque Levy hace lo que puede para tapar cada hoyo que se crea, pensamos que una rebaja es muy probable", dijo Ilan Solot, un estratega de Brown Brothers Harriman en Londres.
Se esperaba previamente que Brasil sostuviera su grado de inversión pero según "indicaciones basadas en nuestro modelo se movió hacia territorio especulativo", agregó Solot, replicando a una serie de economistas que han planteado resquemores sobre la calificación crediticia de Brasil.
La calificación "BBB-" de S&P se ubica un escalón por sobre la categoría basura. La "BBB" de Fitch y "Baa2" de Moody's se ubican dos notas por sobre el terreno especulativo.
Los economistas e inversores esperan que Moody's rebaje la nota del país en un escalón, aun dentro del grado de inversión. Sin embargo, algunos analistas temen que le pueda asignar un panorama negativo a la nueva nota, señalando que considera pronto rotular los bonos brasileños como una inversión "especulativa".