El organismo internacional estima que el crecimiento económico de Ecuador para este 2023 será únicamente de 1,3%.
La reducida atracción de inversión se considera una de las razones por las cuales la economía de Ecuador crece “lentamente”, una realidad que no solo se vive en este país, sino que también a nivel de América Latina, según análisis hechos a partir del informe ‘Conectados: tecnologías digitales para la inclusión y el crecimiento’ publicado a inicios de octubre por el Banco Mundial.
En este documento se menciona que el Producto Interno Bruto (PIB) regional crecerá en un 2% en este año, ligeramente por encima del 1,4% de lo que fue proyectado en junio, pero está por debajo de las otras regiones del mundo y se espera un 2,3% para la región en 2024 y en 2025 el pronóstico es de 2,6%.
Con respecto a Ecuador, el Banco Mundial indica que la economía este 2023 crecerá 1,3% y pronostica que para el 2024 sea de 1,90% y en 2025 un 2,20%. Mientras que el Banco Central de Ecuador (BCE) prevé que para este 2023 sea del 1,5%, de acuerdo con la última actualización del crecimiento económico.
El Central había inicialmente previsto un crecimiento de 3,1% para este 2023 pero en marzo lo ajustó a 2,6% y en septiembre a 1,5% y en ello incide principalmente la reducción de la producción del petróleo por la decisión de cesar las operaciones del Bloque 43 – ITT tomada en agosto en las urnas y posibles afectaciones por el fenómeno de El Niño. La previsión de crecimiento para 2024 sería de 0,8%. Otras organizaciones también mencionaron ajustes en sus previsiones de crecimiento, por ejemplo, la estimación de Fitch Ratings paso de 1,6% a 1,4%, refiere la Asociación de Bancos de Ecuador (Asobanca) en su boletín macroeconómico de septiembre.
Según las estimaciones del Banco Mundial, el país que mayor crecimiento tendrá es Panamá con el 6,30% y el país con mayor recesión es Argentina con el -2,50%. En esta lista de 28 países no se incluye a Venezuela.
Los porcentajes de crecimiento a nivel de América Latina y el Caribe, para el Banco Mundial, similares a las de la década de 2010, “no son suficientes para lograr los avances tan necesarios en materia de inclusión y reducción de la pobreza”, por lo que considera que “los países deben encontrar formas de impulsar la inclusión y el crecimiento, mejorar la gobernanza y generar consenso social” y mencionan que las “soluciones digitales pueden ser parte de la respuesta”, así como “la ampliación de la conectividad digital, combinada con políticas complementarias, ofrece la posibilidad de crear sociedades más dinámicas e inclusivas”.
De acuerdo con el economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, William Maloney, las cifras de la región pueden “resultar decepcionantes en el corto plazo”, pero en el largo plazo se tendrá un crecimiento “un poco lento, lo mismo que experimentó en la década del 2010″. Señala que esa situación tiene que ver con problemas estructurales si se compara la región con las regiones emergentes, razón por lo cual es necesaria una mayor inversión de capital. “Es necesaria todavía una agenda de reformas que resulta pendiente y hay una falta de consenso en cómo implementar dicha agenda”.
Para el editor de la publicación Análisis Semanal, Alberto Acosta Burneo, lo que hace el informe del Banco Mundial es reconocer una realidad de América Latina, que ha sido una región de bajo crecimiento de una manera persistente, y una de las razones precisamente es que no logra atraer la inversión, por ello hay una reducida inversión frente a otras regiones en donde hay una acumulación de capital.
Y ese panorama a nivel regional también es el de Ecuador, en donde también la inversión está detenida, según el analista que indica que la previsión es que se contraiga este año y el próximo la inversión total en la economía, que a su vez se irá desacelerando porque Ecuador no ha logrado crear un ambiente ni condiciones económicas atractivas para la inversión.
Señala que el 1,5% de crecimiento que considera el Banco Central es una baja importante frente a lo que estimaba inicialmente, que era de 3,1%. “Tuvo que actualizar ese estimado porque la economía se está desacelerando, entonces el crecimiento sería apenas 1,5% este año, pero para 2024 el BCE estima una desaceleración aún mayor, crecería apenas 0,8%”.
Sin embargo, el Banco Mundial en su informe hace un estimado mucho más optimista, y Acosta cree que la diferencia está en que hace sus proyecciones sin considerar cambios importantes en la política económica, mientras que el Banco Central sí incorpora más información, como el cierre de los campos petroleros en el Yasuní que debería darse el próximo año y por ello tiene un estimado mucho más reducido.
Según Acosta Burneo, el llamado es que Ecuador tiene que acelerar las transformaciones estructurales: “El país necesita ser más atractivo para invertir y para ser más atractivo para invertir hay que mejorar el entorno para la inversión”.
Por un lado está el entorno jurídico, la seguridad jurídica y la física, y por el otro lado está el económico, las condiciones económicas que deben ser más competitivas. Cree que se debe seguir abriendo mercados, simplificar trámites, eliminar barreras de entrada para que puedan ingresar nuevos negocios, mejorar la legislación laboral, tener una legislación tributaria competitiva y sobre todo una legislación que sea amigable con la inversión.
“Esos son los cambios fundamentales para poder generar un entorno que atraiga inversiones, esa es la gran falencia de la región América Latina, no ha sabido transformarse en una región atractiva para atraer inversores”, afirma.