Según la Oficina Nacional de Estadística (ONE), las ventas del comercio minorista registraron el pasado mes de octubre un crecimiento interanual del 4,8%, por encima del avance del 3,2% del mes anterior y la mayor expansión desde el pasado mes de febrero.
La economía de China entró en el cuarto trimestre del año con un panorama mixto en el que el consumo minorista ofrecen síntomas de recuperación, mientras que persiste la corrección en curso en el sector inmobiliario a pesar de las recientes medidas de estímulo implementadas por Pekín para enderezar el rumbo de la economía cuando la reciente victoria electoral de Donald Trump reaviva el temor a una nueva guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales.
Según la última batería de datos macroeconómicos publicada este viernes por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), las ventas del comercio minorista registraron el pasado mes de octubre un crecimiento interanual del 4,8%, por encima del avance del 3,2% del mes anterior y la mayor expansión desde el pasado mes de febrero.
El crecimiento de la demanda china se vio impulsado en octubre por la celebración del Día del Soltero, que se extiende desde mediados de octubre al 11 de noviembre, así como por el temor a que una victoria de Donald Trump en las elecciones de EE.UU. desemboque en una subida de aranceles, lo que llevó al adelanto de compras.
De su lado, en octubre la producción del sector industrial registró un incremento interanual del 5,3%, lo que representa una desaceleración de una décima respecto del dato del mes anterior, mientras que las empresas se servicios crecieron un 6,3% interanual, frente al 5,1% de septiembre.
Asimismo, la inversión en activos fijos hasta octubre aumentó a un ritmo anual del 3,4%, en línea con el registrado en los nueve primeros meses de 2024, mientras que, al excluir la inversión en desarrollo inmobiliario, la inversión en activos fijos aumentó un 7,6%.
En el caso del sector inmobiliario, la agencia estadística china ha informado de que entre enero y octubre la inversión fue de 8,63 billones de yuanes (1,13 billones de euros), lo que representa una caída interanual del 10,3%, frente a la corrección del 10,1% hasta septiembre y la más intensa desde 2021.
En referencia a los últimos datos macroeconómicos, Betty Wang, economista principal para China de Oxford Economics, ha señalado que las medidas de apoyo desplegadas por Pekín "comienzan a dar resultados, pero siguen siendo insuficientes".
"Hay poco margen para la complacencia", afirma al advertir de que las presiones deflacionarias, el lento crecimiento de la inversión, así como los problemas en los sectores inmobiliario y exterior, seguirán planteando riesgos para la estabilidad económica de China y "requerirán un apoyo político más decisivo en el corto plazo".
En este sentido, si bien el Banco Popular de China realizó un "audaz" recorte de tipos en septiembre y el crecimiento de la oferta monetaria ha repuntado recientemente, "parece ser insuficiente para elevar la inflación", puesto que el crecimiento de la inversión en activos fijos se mantuvo estable en 3,4% en octubre, lo que sugiere que el reciente impulso del Gobierno tuvo poco impacto en la inversión.
"También es demasiado pronto para concluir que la tendencia bajista en el mercado inmobiliario ha quedado atrás", advierte, ya que el reciente repunte en la confianza y las transacciones de viviendas no se han traducido en un impulso significativo para otras actividades inmobiliarias y las finalización de proyectos y el crecimiento de la inversión siguieron siendo negativos.
Desde la consultora Capital Economics, los analistas Julian Evans-Pritchard y Zichun Huang, señalan que los inversores "no quedaron impresionados por las medidas fiscales anunciadas" por el Gobierno chino, aunque apuntan que, si bien Pekín no ha puesto tanto énfasis en el tema como muchos esperaban, "eso no impide que se realicen más esfuerzos para apoyar el crecimiento" y ven probable que el Banco Popular de China continúe relajando la política monetaria en los próximos meses, además del compromiso del Ministro de Finanzas de anunciar más apoyo fiscal a su debido tiempo.
Asimismo, tras la victoria de Donald Trump, los economistas consideran que esto podría dar un impulso a las exportaciones chinas, al menos inicialmente, a medida que los importadores estadounidenses aumenten las compras "en un intento de adelantarse a los aranceles previstos".
Sin embargo, en términos generales, advierten de que la combinación del regreso de Trump y la renuencia de los responsables políticos chinos a adoptar una flexibilización fiscal más sustancial "significa que las perspectivas de crecimiento para los próximos dos años se han atenuado".
De este modo, si bien sostienen que los potenciales aranceles pueden acabar haciendo menos daño a la economía china de lo que muchos creen, reconocen que "una segunda guerra comercial con Trump claramente no será indolora".
Por ello, ahora esperamos que el crecimiento oficial del PIB se desacelere al 4,3% el próximo año, frente al 4,5% anterior, antes de caer al 3,8% en 2026, advierten.
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