La intención de Lula era cerrar el encuentro con el anuncio del fin de las negociaciones técnicas del acuerdo comercial que el Mercosur y la Unión Europea discuten hace casi 25 años, algo que no será posible pese a los insistentes esfuerzos del brasileño.
El próximo jueves 7 de diciembre, apenas tres días antes del cambio de mando en Argentina, los presidentes de los países socios del Mercosur volverán a verse las caras, esta vez en Río de Janeiro para una cumbre que funcionará como despedida de Alberto Fernández y en la que Brasil entregará a Paraguay la titularidad temporal del bloque sudamericano.
La intención de Lula era cerrar el encuentro con el anuncio del fin de las negociaciones técnicas del acuerdo comercial que el Mercosur y la Unión Europea discuten hace casi 25 años, algo que no será posible pese a los insistentes esfuerzos del brasileño.
Pero según fuentes diplomáticas, pese a que su gobierno está de salida, Argentina reiteró que mantiene sus exigencias de compensaciones a la addenda ambiental impuesta por los europeos, lo que motivó que los negociadores resolvieran esperar a la asunción de Javier Milei para intentar cerrarlo.
El nuevo escenario, que terminó de configurarse entre la noche del jueves y el viernes, motivó que se cancelaran las reuniones de negociadores que estaban previstas para inicios de la semana.
El impasse fue aprovechado por el presidente francés Emmanuel Macron para reiterar sus críticas al acuerdo, una cuestión que según fuentes de la UE no incide sobre el fondo dado que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, está mandatada a cerrar las negociaciones sin consultas a los presidentes.
Bruselas defiende que se han producido "avances sustanciales" en los últimos meses para consensuar la declaración aneja al pacto de libre comercio que reforzara las salvaguardas medioambientales y que las conversaciones "van a continuar con espíritu constructivo" en aras de lograr un acuerdo "lo antes posible".
De acuerdo con el medio español EuropaPress, Lula da Silva y Macron aprovecharon este fin de semana, cuando coincidieron en la cumbre climática de Dubai para verse en bilateral y abordar intereses comunes como las negociaciones entre la UE y Mercosur; un encuentro tras el cual el brasileño advirtió de que si se frustraba el acuerdo sería por el proteccionismo europeo, mientras que el mandatario galo dijo a la prensa que el acuerdo sobre la mesa es "incoherente" y "obsoleto".
"Ya no estamos colonizados, somos independientes, queremos que se nos trate con respeto", dijo Lula en declaraciones recogidas por la prensa. "Es un acuerdo que se negoció hace 20 años y que hemos intentado remendar, que está mal remendado", zanjó, por su parte, Macron, en una rueda de prensa.
POSICIÓN DE JAVIER MILEI
Aunque se mostró crítico del Mercosur durante la campaña electoral, Milei ya manifestó -a través de quien será su canciller, Diana Mondino- que apoya la conclusión del acuerdo. El libertario asume el 10 de diciembre.
Pese a esto, en el gobierno uruguayo son cautos respecto a las posibilidades de cerrarlo a la brevedad debido a que las negociaciones por el bloque sudamericano ahora pasarán a estar lideradas por Paraguay.
La cautela radica en que el presidente paraguayo, Santiago Peña, ha dicho que no se empeñará demasiado en la continuidad de la discusión y anunció que durante su mandato temporal tendrá como prioridad la búsqueda de nuevos acuerdos con otros bloques o países.
Esta señal hace que en la administración de Luis Lacalle Pou observen con calma los movimientos, aunque saben que el espacio de oportunidad es cada vez más angosto dado que en junio del año que viene los europeos ingresaran en elecciones dentro del bloque lo que configurará nuevos posicionamientos.
Las negociaciones comenzaron en 1999 y llegaron a un consenso en 2019 pero volvieron a estancarse por unas nuevas exigencias europeas sobre ambiente a partir de la victoria en Brasil de Jair Bolsonaro, escéptico del cambio climático.
En marzo de este año, con Lula ya en el poder del gigante norteño, la Unión Europea envió el documento en el que solicitó sumar un apéndice ambiental al capítulo sobre Comercio y Desarrollo Sostenible y planteó poner sanciones a quienes lo incumplieran, lo que motivó que Brasil y Argentina plantearan reabrir otros capítulos del acuerdo como compras gubernamentales, propiedad intelectual y derechos de exportación, con énfasis particular en el primero como forma de “compensación”.
Desde entonces, con Brasil y España a la cabeza, los bloques han tenido diversas negociaciones que llevaron a que el acuerdo esté prácticamente cerrado y que los bloques se ilusionaran con anunciar el fin de las conversaciones aunque a último momento Argentina mantuvo sus exigencias y todo volvió a quedar en stand by.
De firmarse, el acuerdo crearía un mercado integrado de 780 millones de consumidores, lo que lo convertiría en el mayor de la historia del bloque europeo y en uno de los mayores pactos de libre comercio del mundo.
OTROS ACUERDOS PARA EL MERCOSUR
Durante la cumbre en Brasil, el Mercosur firmará el acuerdo de libre comercio acordado con Singapur en 2022 y formalizará negociaciones con República Dominicana y El Salvador.
El director de Asuntos Económicos de la cancillería brasileña, Mauricio Lyrio, dijo el viernes en una rueda de prensa que el acuerdo con Singapur será firmado el 7 de diciembre en el marco de la reunión de presidentes del Mercosur, y que ese mismo día "se espera anunciar" el inicio de negociaciones para sendos acuerdos de libre comercio con República Dominicana y El Salvador.
La cumbre comenzará el próximo 6 de diciembre, cuando se reunirán los ministros de Economía y Relaciones Exteriores del bloque, y será clausurada al día siguiente por los presidentes de Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
