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¿Cómo afectará la guerra comercial de Estados Unidos a las exportaciones ecuatorianas?
Jueves, Marzo 6, 2025 - 09:45
Fuente: El Universo

Estados Unidos aplica aranceles del 25% a las importaciones desde México y Canadá, y del 20% a las procedentes de China.

Los aranceles que Estados Unidos aplica desde el 4 de marzo de 2025 a los productos importados desde México, Canadá y China, del 25% en los dos primeros casos y del 20% al gigante asiático, y que han desatado una guerra comercial entre estos cuatro países, generan incertidumbre en América Latina y específicamente en Ecuador, que ya tiene un acuerdo comercial en vigencia con China, está por firmar uno con Canadá, busca iniciar conversaciones con EE. UU. para un tratado de libre comercio (TLC) y mantiene rotas las relaciones con México, aunque su intercambio comercial sigue en pie.

¿Qué efectos se podrán sentir en Ecuador? El exministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca Daniel Legarda analiza que esta guerra comercial tiene un impacto global, debido a que el comercio entre estos países representa más del 35% de todo el comercio; y señala que, si bien inicialmente los impactos directos se verán en esas economías, los indirectos tendrán varias ramificaciones que afectan a la economía global, como menor crecimiento, recesión en algunos casos, inflación, revaluación del dólar, incrementos de tasas de interés y afectación al transporte de mercancías.

A esto, según Legarda, hay que sumar la incertidumbre generalizada, porque el presidente Donald Trump ha anunciado que en abril tendrá nuevas medidas arancelarias, arancel global y arancel a importaciones agrícolas, que afectarán de manera directa a todos los países. “No se tiene detalle de estos anuncios, pero esto será un nuevo nivel de afectación directa”.

De acuerdo con Julio José Prado, director del Área de Entorno Económico IDE Business School y también exministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, este entorno genera una “altísima” incertidumbre porque no solo está la decisión de Trump de subir aranceles, sino que todavía no se conoce si van a mantenerlo tal cual lo han anunciado o si habrá una revisión de un día para otro.

“Esto genera una altísima especulación, incertidumbre a nivel internacional, porque estos países representan una gran parte del comercio global. Tan solo en el tratado de libre comercio que cubre a México, Canadá y EE. UU. estamos hablando de más del 30% del comercio mundial; y, si le sumamos a China, sobrepasa el 50%. Algunos voceros relacionados con la Casa Blanca han mencionado que esta medida se podría revisar en los próximos días... Y no sabemos si esta es una medida de presión, de negociación al estilo Trump o es algo que se va a mantener un poco más de largo plazo, algunos meses o algunos años”, dice Prado.

Respecto a Ecuador, indica que en corto plazo quizá hay muy pocos efectos directos, sean negativos o positivos, sobre todo en el punto de vista comercial, dado que las exportaciones ecuatorianas hacia EE. UU., Canadá y México no tienen relación directa, no son dadas en productos en los que se compita directamente con esos mercados, sino más bien son complementarios sobre todo en los mercados de EE.UU. y Canadá.

¿DÓNDE ESTÁN LOS MAYORES RIESGOS?

Para Prado, los riesgos están en una desaceleración del crecimiento de EE.UU. y apunta que la Reserva General de Atlanta cambió drásticamente su expectativa de crecimiento para esa economía: de un crecimiento positivo a un decrecimiento bastante fuerte, dado específicamente por el tema de aranceles y el efecto que iba a tener sobre el aumento de costos, el aumento de producción, la pérdida de competitividad y un posible problema de abastecimiento de algunas cadenas no importantes de EE.UU.

Esto, según Prado, podría causar una reconfiguración de las cadenas de abastecimiento, de las logísticas a nivel internacional con consecuencias inesperadas, peor aún si es que esta guerra comercial llega a escalar a nivel de Europa.

Respecto a América Latina, cree que —más allá de un componente más político o ideológico con ciertos países— los productos que exporta la región no son de alta competencia con EE.UU., que a decir de Prado está más preocupado por los sectores acerero, electrónico (de chips) y todos los temas relacionados con la industria automotriz, metalmecánica, etc., que es donde hay más presión sobre todo por el lado de la competencia internacional con China, y quizá algo de Canadá y de México.

Nery Merejildo, presidenta del directorio de la Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana (AmCham Guayaquil), indica que, si bien el incremento de las tarifas arancelarias en el plazo inmediato afecta directamente a las exportaciones de México, Canadá y China, encareciendo los productos para el consumidor estadounidense, su aplicación terminará por afectar al comercio exterior del país.

“Recordemos que las cadenas de suministro están integradas. El incremento en los costos de producción de esos países, que a la par son proveedores para el nuestro, terminará afectando los precios de insumos, materias primas y bienes finales que demanda nuestro país”, advierte.

Indica que la actual política arancelaria aplicada por EE.UU. incidirá no solo en el hemisferio, sino en el comercio mundial. “El impacto no solo alcanzará al sector externo de los países, sino a la competitividad productiva y el crecimiento de los países cuyos modelos de apertura comercial sustentan el desarrollo económico social de sus países”.

En tanto, más allá de los aranceles puestos a China, México y Canadá, Prado coincide con Legarda sobre la preocupación por los aranceles transversales que se anunciarían en abril para todo el resto de países. “Esto sí sería muy peligroso para Ecuador y los otros países de América Latina y sería muy malo para el crecimiento global y las consecuencias habría que medirlas ya en el caso de que esto se implemente”, analiza.

Desde la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor) se indicó que se mantendrán en observación constante para analizar cualquier posible efecto indirecto, particularmente en la demanda de los principales socios comerciales a nivel internacional.

Mientras, el presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriana China, Gustavo Cáceres, indica que esta guerra comercial podría beneficiar a Ecuador, pues asegura que la posibilidad de que en un mediano plazo haya una afectación hacia el consumo de productos importados en general por la reducción en el nivel de consumo de las familias norteamericanas puede ser considerado como una oportunidad para que Ecuador atienda esta demanda, pues muchos de los productos que han sido gravados están relacionados con frutas, verduras, lácteos, carnes, entre otros.

E indica que más a mediano plazo se esperaría que se afiance un poco más la relación entre Ecuador y Estados Unidos, lo que incluso podría abrir las puertas a la firma de un acuerdo comercial. Aunque, para Prado, el tema de un TLC con EE. UU. se ve muy complejo en este entorno y señala que Ecuador debe mantener la celeridad de procesos como la ratificación del acuerdo comercial recientemente negociado con Canadá.

"PRESIÓN NO TENDRÁ EL EFECTO QUE EL PRESIDENTE TRUMP BUSCA SOBRE CHINA"

Respecto a China, Cáceres recuerda que el arancel aplicado por EE. UU. a las importaciones desde ese país se duplicó del 10% al 20%. Considera que esta presión no es correcta y cree que no tendrá el efecto que el presidente Trump busca sobre China. “Conocemos cómo se maneja la diplomacia china, el Gobierno chino, y no va a ceder ante este tipo de presión con tal de ofrecer concesiones al Gobierno norteamericano. El tiempo nos dirá que va a pasar”.

No obstante, dice que China ya ha cargado un 15% de arancel a través de la conversión arancelaria del Consejo de Estado a productos importados desde EE. UU. como el pollo, trigo, maíz, el algodón, y el 10% también en productos como soya, carne de res, de cerdo, frutas, verduras, lácteos. “En un corto y mediano plazo esto va a ser transmitido a los consumidores norteamericanos, pues tenemos que esperar para ver en el desarrollo de los días qué ocurre”.

Por lo pronto, Prado indica que Ecuador no debe cometer el error de sumarse a esta guerra comercial “como lo pretendió hacer el Gobierno hace un mes unilateralmente subiendo aranceles a México”. “No ganamos nada con eso. En el plano comercial, Ecuador debería tratar de evitar cualquier medida que nos genere mayores costos de producción y entrar de una manera indirecta en esta guerra comercial que parece lastimosamente que está iniciando”, sostiene el exministro.

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