
Mientras algunos gremios prefieren esperar la reacción de los consumidores estadounidenses, otros diversificarán mercados para mitigar el impacto de los aranceles a las importaciones de China, México y Canadá.
El posible impacto de los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones procedentes de China (20%), Canadá y México (25%), que según expertos se sentirían primero en la economía estadounidense con una caída del consumo, mantiene expectante al sector exportador ecuatoriano, que tiene a EE.UU. como uno de los principales destinos de sus tres productos estrella: el camarón, el banano y el cacao, que en 2024 representaron US$ 2.542 millones en exportaciones solo a ese mercado, según cifras oficiales.
Pese a la incertidumbre, algunos actores en el sector exportador local prefieren esperar a ver cómo reacciona el mercado estadounidense; otros, en cambio, ya proyectan estrategias que incluyen la diversificación de mercados para aminorar el impacto.
El camarón es el principal producto ecuatoriano que llega al mercado estadounidense. En 2024, EE. UU. fue el segundo mejor mercado para el crustáceo ecuatoriano, con US$ 1.546 millones y un crecimiento del 7% en comparación con 2023, solo por detrás de China, a donde Ecuador exportó camarón por US$ 3.235 millones, aunque fue un 16% menos que en 2023.
El segundo producto que más se exporta a EE. UU. es el banano. En 2024, las exportaciones de banano ecuatoriano a ese mercado representaron US$ 512 millones, con un crecimiento del 20% respecto a los envíos de 2023.
Para el banano nacional, EE. UU. es su tercer mejor mercado, superado por la Unión Europea (US$ 1.084 millones de exportaciones en 2024) y Rusia (US$ 665 millones).
Para José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), todavía es muy pronto para proyectar un impacto en las exportaciones de la fruta a EE. UU., aunque confirmó que cualquier impacto que tenga que ver con la imposición de aranceles será transmitido directamente al consumidor final.
“Es una dinámica económica que puede influir en el comportamiento del consumidor”, dijo Hidalgo.
Sin embargo, reiteró que aún es muy temprano para poder medir si habrá o no impactos por la medida arancelaria tomada por el Gobierno de Donald Trump.
“Muchos de los temas todavía no se aplican... Habría que ver cómo se aterrizan ya los productos al consumidor final..., cómo se comporta el consumidor interno”, señaló el vocero de la AEBE.
Mientras, el cacao fue de los tres productos que más crecieron en exportaciones a EE.UU. en 2024, con el 183% de incremento. Según cifras del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, el año pasado las exportaciones de cacao al mercado estadounidense generaron US$ 484 millones.
Estados Unidos es el tercer mejor destino para el cacao ecuatoriano. En 2024, el primero fue la Unión Europea, con US$ 1.298 millones, 281% más que lo exportado en 2023; y el segundo destino fue Malasia, con US$ 579 millones y un crecimiento del 99%.
Merlyn Casanova, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (Anecacao), reconoció que la guerra comercial y los aranceles entre EE.UU. y sus socios comerciales pueden generar incertidumbre en el consumo de diversos productos, incluido el cacao.
Resaltó que, si bien EE. UU. es un mercado clave para el cacao ecuatoriano, el sector mantiene una perspectiva de resiliencia.
“En primer lugar, el cacao ecuatoriano es reconocido por su alta calidad, lo que le otorga una ventaja competitiva frente a otros proveedores. Además, la demanda global de productos derivados del cacao, especialmente en segmentos prémium y de comercio justo, sigue en crecimiento, lo que diversifica nuestras oportunidades comerciales”, expuso Casanova.
Por lo tanto, indicó que de momento el sector se mantiene confiado, ya que la demanda de cacao ecuatoriano se ha demostrado sólida en el mercado global.
De todas maneras, señaló que, si se presentara una disminución en el consumo en EE. UU., el sector explorará estrategias de diversificación de mercados y fortalecimiento de la cadena de valor para mitigar posibles impactos.
“También es clave el monitoreo de las tendencias del mercado y la colaboración con aliados comerciales para mantener la estabilidad del sector”, dijo.