Las altas tasas de inflación y la devaluación de las monedas han puesto en jaque a varios países latinoamericanos que pese a haber decretado varios incrementos salariales en lo que va de 2023, estos aún resultan insuficientes para cubrir las necesidades de la población.
Tras varias idas y venidas, a fines de mayo el gobierno de Chile promulgó y publicó la ley que aumenta el salario mínimo, con gradualidad, hasta los $ 500.000 (US$ 628) y que entrega una serie de apoyos y subsidios a las micro, pequeñas y medianas empresas, entre otros beneficios.
Así, después de un acuerdo con la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y del diálogo con actores políticos y Pymes, el gobierno de Gabriel Boric logró impulsar el proyecto de ley para el aumento del ingreso base, que fue uno de los compromisos de su programa de gobierno. La ley establece que la remuneración mínima vital al 1 de septiembre de 2023 llegue a $460.000 (US$ 578) y luego a $500.000 (US$ 628) para el 1 de julio de 2024.
De esta forma, junto con la aprobación de la jornada laboral semanal de 40 horas, Chile ha dado qué hablar en los últimos meses en materia laboral. Y es que el tema de la Remuneración Mínima Vital o el sueldo mínimo, genera mucha polémica entre la población, especialmente en ciertos sectores socioeconómicos que demandan un incremento salarial, dado el alza en el costo de vida.
Esto ha tomado mayor relevancia en gran parte de Latinoamérica, que se ha visto afectada por la inflación -que ha traído como consecuencia una subida en el precio de la canasta básica familiar- y la devaluación de las monedas en varios países en el último año. Ante ello, vale la pena analizar lo que sucede en la región en cuestión de salarios mínimos.
¿Los que más ganan?
En muchos países, el inicio de un nuevo año involucra un reajuste en el salario mínimo legal. Es el caso de México, que en enero de 2023 tuvo un nuevo aumento de salario mínimo, tras un acuerdo entre el Gobierno, el sector laboral y el empresarial. El desenlace de esta negociación fue un incremento del 20% en beneficio de 6,4 millones de trabajadores dentro del sector formal, según las autoridades de dicho país.
De esta manera, el sueldo mínimo pasó de 260 pesos mexicanos (US$ 13,42) a 312 pesos mexicanos (US$ 16,10) en la zona libre de la frontera norte y en el resto del país pasa de 172 pesos mexicanos (US$ 9) a 207 pesos mexicanos (US$ 10,68) diarios.
La decisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador fue una forma de aliviar los bolsillos de los mexicanos ante los altos niveles de inflación.
Y es que la alza del precio de los alimentos ha sido uno de los factores que ha planteado la necesidad de subir los salarios base.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la reciente edición de su informe Panorama Laboral, advierte que los ingresos reales de los trabajadores en la región están siendo afectados por una tasa de inflación regional que habría superado el 8% en 2022 y que causó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios medios y los salarios mínimos.
En el caso de los salarios mínimos, por ejemplo, en nueve de los 17 países analizados el valor real era inferior al de antes de la pandemia. Por ello, el organismo internacional afirma que “los mecanismos de negociación salarial surgen como una necesidad imperiosa en un contexto de alta inflación que, además, demanda el reforzamiento de las instituciones laborales, especialmente el salario mínimo y la negociación colectiva”.
En ese sentido y regresando al caso mexicano, pese al incremento del 20%, que hace un total de US$ 325 al mes, el salario mínimo de sus habitantes está muy por debajo de los US$ 603 que reciben los costarricenses, según reporta la firma de análisis Statista.
Y es precisamente Costa Rica el país de la región que lidera el valor del sueldo mínimo seguido por Chile (US$ 552), Uruguay (US$ 538,5) y Ecuador (US$ 425).
Los últimos de la fila
En la otra cara de la moneda están otros países, como Brasil, donde el presidente Lula da Silva eligió la fecha emblemática del primero de mayo para anunciar que el salario mínimo subiría 20 reales, hasta los 1.320 (US$ 265), monto que lo ubica en el tramo inferior del listado de ingresos mínimos legales de trabajadores regionales.
En esa misma sección se encuentra Perú, cuya Remuneración Mínima Vital (RMV) asciende a 1.025 soles (US$ 277,7), monto que fue establecido en abril de 2022. No obstante, distintos gremios ya demandan una nueva alza. Es el caso de la Central General de Trabajadores de Perú (CGTP), que solicita al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) realizar un incremento en la RMV hasta los 2.500 soles (US$ 677,3), más del doble de lo que perciben millones de peruanos en la actualidad.
“El sueldo mínimo ahora para compensar el costo de vida, debe estar al menos entre 2.500 a 3.000 soles (US$ 812), es lo que veníamos demandando hace muchos años”, dijo Jerónimo López, secretario de la CGTP al diario local El Comercio.
Por su lado, el gobierno de Dina Boluarte ha descartado esta posibilidad. Esta semana, el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Fernando Varela, indicó que no está en agenda un aumento de la RMV y para que esto se dé se requiere hacer “un esfuerzo de tecnificar ese incremento”, por lo que este aún no es el momento indicado.
En tanto, en Colombia, a inicios de 2023 y tras una negociación entre los gremios empresariales y los sindicatos se alcanzó un acuerdo para aumentar el salario mínimo de 1.000.000 (US$ 239) a 1.160.000 pesos (US$ 277), un crecimiento del 16% respecto al año anterior y el más alto en lo que va del siglo.
El acuerdo también incluyó un incremento de 20% en el subsidio de transporte, un pago adicional al salario que de acuerdo a la Ley, debe cubrir los gastos de traslado del empleado hasta el lugar de trabajo. Este subsidio le corresponde a todos los trabajadores que reciben hasta dos salarios mínimos mensuales y tras el aumento, este año asciende a 140.000 pesos (US$ 33,4). En suma, el acuerdo se traduce en un incremento total de 1.300.000 pesos entre salario mínimo y subsidio de transporte, aproximadamente US$ 310.
Mención aparte merecen Argentina y Venezuela, países golpeados por sus altos índices inflacionarios y la devaluación de su moneda.
En el caso de Argentina -cuyo Índice de Precios al Consumidor (IPC) alcanzó en mayo el 114,2% interanual- el gobierno de Alberto Fernández incrementó desde el 1 junio el sueldo mínimo en 87.987 pesos (US$ 357, según la cotización de dólar oficial). Previamente, Argentina ya había aplicado cuatro aumentos del salario mínimo y este 15 de julio el Consejo de Salario se reunirá nuevamente para revisar este tema y acordar nuevos aumentos.
En el caso de Argentina, si bien el valor del salario mínimo está por encima de países como Perú, Brasil o Colombia, existe cierta distorsión en la brecha cambiaria, ya que existe una diferencia entre el dólar oficial y el dólar blue o paralelo, entre otros tipos de cambio. Por ello, si se toma como referencia el dólar paralelo, Argentina tiene el segundo haber mínimo más bajo de la región, después de Venezuela, lo que equivale a US$ 177, según la cotización del dólar blue al cierre del último miércoles.
En tanto, de acuerdo con el Banco Central de Venezuela (BCV), el salario mínimo en en este país es de 130 bolívares (equivalente a US$ 6,14), desde marzo de 2022, fecha en que el último decreto sobre esta materia fue promulgado.
De esta forma, pese a los esfuerzos de los gobiernos de América Latina de aumentos sucesivos, los salarios mínimos que reciben los latinoamericanos no son suficientes para que puedan cubrir todas sus necesidades. Y es que dólares más o dólares menos, lo cierto es que son varios los malabares que las personas deben realizar para llegar a fin de mes. ¿El segundo semestre de 2023 será mejor? Pues es difícil de saberlo. Por lo pronto, los aumentos graduales son la solución a corto plazo.