El complejo cárnico del país guaraní cierra un año histórico luego de consolidar sus exportaciones a Estados Unidos, Canadá y otros mercados estratégicos, según evaluó el Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa).
2024 fue, posiblemente, el mejor año para la carne paraguaya en el mercado extranjero, evaluó José Carlos Martin, presidente del Senacsa, en conversación con ABC.
Destacó que, además del récord en el nivel de faena y de exportación, los precios internacionales por la proteína roja acompañaron el gran dinamismo del complejo.
“Paraguay logró el segundo mejor precio promedio de exportación, solo detrás de Uruguay, que tiene otros mercados conquistados, biotipos animales diferentes y ya inició su identificación animal hace 20 años”, indicó.
A su criterio, la buena dinámica de las exportaciones se vio impulsada por mercados estratégicos como Estados Unidos.
Según los datos aún parciales del Senacsa, posterior a la quincena de diciembre, se había exportado ya hasta este destino por un valor aproximado de US$ 140 millones.
Así, este mercado se consolida en la cuarta posición en la lista de mayores compradores.
Resaltó que los envíos a Canadá también evolucionaron de forma favorable a lo largo del año y que crecieron significativamente: de 3.000 toneladas en exportaciones, se podría superar las 7.000 toneladas al cierre del año.
Se consolida así este mercado en la séptima posición de los principales importadores de la carne paraguaya.
UN AÑO "MUY DURO" PARA LOS PRODUCTORES
El presidente de Senacsa hizo énfasis en que, pese al destacado desempeño de la proteína roja paraguaya en el mercado internacional, el sector productivo enfrentó un año “muy duro” a raíz de condiciones climáticas adversas (sequía), que propiciaron una sobreoferta de ganado e impactaron en una reducción del hato ganadero.
“La sequía trajo un problema realmente muy grande. Generó una sobreoferta de ganado en el mercado y afectó los precios. Se pronostica una disminución del 3% del hato, dejándonos cerca de los 13 millones de cabezas para el año que viene”, aseveró.
De cara a las perspectivas de evolución del sector, el clima juega un papel preponderante, enfatizó.
“Si tenemos un buen año, desde el punto de vista climático, va a impactar positivamente en la eficiencia de los productores. Este año, el efecto de la sequía generó sobrecostos muy grandes, que fueron absorbidos principalmente por el sector ganadero. La presión al sector primario siempre es mucho más grande”, añadió.
En un contexto donde los ganaderos reclamaron a lo largo del año la disparidad en los precios que pagan los consumidores en las góndolas y los valores que reciben por su producción, Martin insistió en la necesidad del diálogo y la búsqueda del consenso entre el sector productivo e industrial.
“Pido por un 2025 en el que nos podamos sentar (entre la industria y el sector productivo) a escuchar. Siempre hay un punto intermedio para seguir avanzando hacia un objetivo común”,
reflexionó.
Mencionó que el consenso será crucial para aprovechar todas las oportunidades que se presentaran para la carne en este 2025, con un mercado internacional cada vez más demandante.
SIAP Y VACUNACIÓN ANTIAFTOSA ACAPARAN LA AGENDA DE 2025
Tras un año cargado de auditorías internacionales, Senacsa se prepara para iniciar con la implementación del Sistema de Identificación Animal (SIAP) en febrero de 2025.
El proceso de identificación animal se desarrollará en simultáneo con la inmunización antiaftosa, que sigue generando debate. La necesidad de seguir vacunando contra la fiebre aftosa o no es aún uno de los temas más sensibles en el ámbito pecuario nacional.
Sobre el punto, el titular de Senacsa aseguró que hay condiciones sanitarias para dejar de vacunar contra la aftosa en 2026, apuntando a obtener el estatus de “país libre de fiebre aftosa sin vacunación en 2028″, aunque reiteró que todo dependerá del consenso con el sector privado.
Añadió que, para lograr este objetivo, se debe avanzar con el proceso de identificación animal.