La aerolínea estadounidense reconoce que el mercado latino es crucial, debido al crecimiento tanto en viajes de negocios como de ocio. Su alianza de 2022 con Latam lo está posicionando como la principal línea aérea que opera en el continente americano.
A temperaturas de -4 grados en instalaciones de Newrest, en un complejo industrial de la zona de Pudahuel a poca distancia del aeropuerto internacional de Santiago de Chile, un equipo de cocineros prepara con acuciosidad casi científica un plato de salmón y verduras salteadas. En otra cocina, un chef da instrucciones a sus ayudantes para un mousse de maracuyá, mientras otros arman las bandejas con los alimentos preparados. Son cientos de raciones exactamente iguales, en calidad y cantidad, que la firma de origen francés trabaja con una precisión de relojería para el catering de la clase ejecutiva de Delta en el país.
Tres tipos de menús son presentados, en un recorrido especialmente ideado para prensa que busca mostrar la infraestructura de sus cocinas, así como la calidad de ingredientes y del servicio a bordo que la aerolínea estadounidense proporciona a sus pasajeros.
“Delta está diferenciando y mejorando la experiencia del cliente con productos, opciones y soluciones innovadoras y elevadas en todo el viaje. Abordar lo que más importa a nuestros clientes es esencial, y estamos haciendo la experiencia de viaje más fluida, agradable y con menos esperas”, explica a AméricaEconomía Alex Antilla, vicepresidente para América Latina de Delta Air Lines.
La estadounidense firmó en octubre de 2022 un joint venture con la chileno-brasileña Latam para vuelos desde y hacia Norteamérica y Sudamérica en un grupo específico de mercados: Chile, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Perú.
Este es el nivel más profundo de alianza que pueden tener dos aerolíneas. No es muy común en América Latina, pero Delta tiene otros joint ventures alrededor del mundo, como con Korean Air para Asia, con Aeroméxico desde 2016 para vuelos Norteamérica-México y con Air France KLM para Europa, explican desde la empresa.
“Eso significa que tenemos la posibilidad de abrir nuestros libros, nuestra estrategia, nuestros precios y decidir en conjunto cómo hacemos el mejor negocio posible para los usuarios de ambas aerolíneas. Y al final del día, lo que ganamos o lo que perdemos en esas rutas es compartido (..) y también incluye los programas de fidelidad”, precisa Soledad Lago Rodríguez, directora de Comunicaciones y Marketing para América Latina de Delta.
Antes de esta operación, la aerolínea operaba 122 vuelos semanales entre Estados Unidos y América del Sur, pero no era considerada líder en el mercado.
Sin embargo, la integración con Latam ha sido un cambio de juego, permitiendo a la aerolínea fortalecer su posición en América Latina y mejorar su red de rutas, como un vuelo nocturno que conecta Atlanta y São Paulo, una ruta estacional entre Nueva York y Río de Janeiro, y la reanudación del trayecto Atlanta-Cartagena. También ofrece el único vuelo sin escalas entre São Paulo y Los Ángeles, junto con nuevos servicios desde Lima a Atlanta o desde Santiago a Orlando durante la temporada de verano de Estados Unidos (operados por LATAM).
“En 2023, la asociación Delta-Latam celebró su primer aniversario con resultados impresionantes: se lanzaron seis nuevas rutas, totalizando 15.000 vuelos y sirviendo a más de 3 millones de pasajeros. Conectamos 300 destinos entre América del Norte y del Sur”, destaca Alex Antilla, que señaló al año pasado como un período récord “en cuanto a ingresos y rentabilidad” de la compañía aérea.
ALIANZA CON SENTIDO
“Tiene mucho sentido esta empresa conjunta”, afirma Rodrigo Urrutia, socio en Matrix Consulting. “Permitirá mejorar la utilización de las redes locales de ambas compañías, mejorar los factores de ocupación, y entregar una mayor conectividad a los pasajeros de ambas aerolíneas, sin competir con el aumento de flotas”.
Como ex analista de planificación de la antigua LAN (la precursora de Latam) Urrutia ve esta unión entre ambas compañías como un medio “para que Latam tenga una mejor distribución en Estados Unidos, donde Delta tiene su fortaleza. No haría sentido que Latam trate de instalar una red local en Estados Unidos debido al tamaño de ese mercado y el nivel de competencia que existe”, detalla a AméricaEconomía.
A pesar de la buena evaluación de la alianza con Latam, Delta ahora tiene en vista que el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) deje de considerar un riesgo de monopolio sus operaciones con Aeroméxico.
Y es que, en enero de este año se anunció la eventual terminación de la inmunidad antimonopolio (ATI) del Acuerdo de Colaboración Conjunta (JCA) que otorgó el DOT a Aeroméxico para la alianza con Delta Air Lines.
A mediados de abril de este año, el propio vicepresidente Senior de Ventas Globales de Aeroméxico, Giancarlo Mulinelli, manifestó a la prensa optimismo en que este impasse se va a solucionar favorablemente
Delta no fue tan conciliador y dijo a AméricaEconomía que siente “una profunda decepción” ante la decisión tentativa del Departamento de Transporte de los Estados Unidos de terminar su aprobación del Acuerdo de Cooperación Conjunta, ya que esta medida regulatoria sin precedentes “causará un daño significativo a los consumidores que viajan entre Estados Unidos y México. "México es el segundo mayor socio comercial de nuestro país y el Acuerdo (…) ha sido fundamental para conectar comunidades y negocios en ambos países, generando beneficios económicos sustanciales para las empresas estadounidenses”, enfatizó Alex Antilla.
De todos modos, aseveró que Delta tomará “todas las medidas necesarias” para proteger a los millones de viajeros que se han beneficiado de su asociación estratégica, asegurando la entrega continua de importantes beneficios a los consumidores en el mercado Estados Unidos-México.
FLOTA LATINA
A pesar de este viento en contra, Delta destaca la recuperación postpandemia del mercado latinoamericano y el alto el interés por viajar, tras años de confinamiento.
“En el contexto regional, la compañía está bien posicionada para un mercado que es siempre dinámico, exigente y requiere una constante reinvención. Es una región donde el comportamiento de viaje es diferente, tanto en segmentos de ocio como de negocios. Muchos cambios ocurrieron después de la pandemia y en Delta nos adaptamos a los cambios en la demanda”, afirma Antilla.
Las cifras los acompañan, con ingresos operativos de US$ 45.600 millones en 2022, lo que está un 2% por encima de 2019; y US$ 54.700 millones en 2023, que representó un aumento del 20% respecto a 2022. “Esta notable recuperación se logró a través de mejoras significativas en el servicio, el lanzamiento de nuevas rutas y el fortalecimiento de alianzas comerciales, especialmente las joint ventures”, recacla su vicepresidente para América Latina.
Junto con destacar las iniciativas de fidelidad, tecnología y ambientales de la aerolínea, como rutas mejoradas con bases de datos de navegación actualizadas, reducción de desechos, de peso y de agua potable a bordo, Delta sigue invirtiendo en combustible de aviación sostenible y es miembro fundador del Hub SAF de Minnesota, un proyecto a gran escala para aumentar la producción de combustible de aviación sostenible en Estados Unidos.
Al mismo tiempo, la aerolínea está en proceso de mejorar y optimizar su flota con la adición de 20 nuevos aviones Airbus A350-1000 de fuselaje ancho y con eficiencia energética. Este será el avión más grande y capaz de la flota de Delta, marcando un avance importante en su expansión internacional y con una experiencia de cliente mejorada, con más asientos premium y capacidades de carga expandidas.
En cuanto a la flota activa, son 161 aviones de fuselaje ancho, 785 aviones de fuselaje estrecho de línea principal y 313 aviones regionales hasta el 31 de diciembre de 2023.
“En 2024, estamos comprometidos a mejorar significativamente la conectividad y accesibilidad para los viajes, especialmente en América del Sur. Basándonos en la expansión acelerada en 2023, nuestro enfoque para 2024 es optimizar el progreso alcanzado hasta ahora (…) Adicionalmente, una de nuestras principales iniciativas para 2024 es elevar a Atlanta, tanto el aeropuerto como la ciudad, como el principal centro de conexones”, explica el ejecutivo.
La promoción de este hub viene acompañada de una serie de servicios bilingües en tierra y a bordo especiales para el público latino hispanoparlante. Esfuerzos tienen como objetivo crear una experiencia acogedora y eficiente para todos los viajeros, especialmente para aquellos de la comunidad latina.
“América Latina es un mercado crucial para los viajes aéreos, experimentando un crecimiento tanto en viajes de negocios como de ocio debido al desarrollo económico. Delta Air Lines reconoció esta importancia estratégica y buscó expandir su presencia en la región para satisfacer la creciente demanda”, finaliza Antilla.