A inicios de mes, el Gobierno chileno informó que recibieron 86 ofertas presentadas por nueve empresas interesadas, tanto chilenas como extranjeras, para el proceso de licitación de concesión de vías 2023 del sistema de transporte público.
La región Metropolitana de Chile tendrá el 50 por ciento de su flota de autobuses de transporte público eléctrica en 2025, tras nueva licitación que busca adicionarse a los 2.480 que circulan en la actualidad, todos de origen chino, una "revolución en el transporte".
A inicios de mes, el Gobierno chileno informó que recibieron 86 ofertas presentadas por nueve empresas interesadas, tanto chilenas como extranjeras, para el proceso de licitación de concesión de vías 2023 de Red Movilidad, el sistema de transporte público del área metropolitana, donde viven más de siete millones de personas.
Es la primera licitación chilena de vías, es decir, de las compañías que administran los recorridos de autobuses en la capital, en la que se exigió que las unidades que operen sean 100 por ciento eléctricas.
La directora de Transporte Público Metropolitano, Paola Tapia, señaló en una entrevista con Xinhua que todo partió en 2017, cuando Santiago "fue pionero en Latinoamérica en implementar esta tecnología con buses traídos de afuera".
"Y es una tecnología que sin duda fue de vanguardia y que hoy día nos sitúa como la ciudad, Santiago, con más buses eléctricos después de las ciudades chinas. Hoy día tenemos 2.480 buses eléctricos, vamos a llegar a más de 3.500, por eso del total de la flota, que son 7.000 buses, van a ser buses eléctricos el próximo año", señaló la funcionaria.
Tapia subrayó que esto "es una revolución del transporte que llegó para quedarse, que tiene relación con la tecnología de los buses a la cual también hemos asociado temas de comodidad".
Resaltó que en la actualidad los autobuses eléctricos tienen carga USB, conexión a Wifi, aire acondicionado y cabina segregada para el conductor.
Agregó que la nueva licitación va acompañada con el robustecimiento de la infraestructura porque pasarán de 28 electroterminales que posee la ciudad en la actualidad, a más de 50, además de las mejoras en los paraderos.
"Hay un ecosistema que está avanzando en temas de electromovilidad", subrayó.
En la actualidad, los 2.480 autobuses eléctricos que circulan en la capital son de origen chino.
"La tecnología china ha sido fundamental para esta revolución en el transporte público. Lo fueron en 2017, cuando siendo ministra de Transportes y Telecomunicaciones, trajimos los primeros autobuses eléctricos a nuestro país en un modelo de negocio que ha sido replicado también en otros países y que siempre es observado con mucho interés para poder replicar esa figura también en otros países latinoamericanos, incluso en otras partes del mundo", abundó Tapia.
A más de seis años de ese hito, la directora de Transporte Público Metropolitano explicó que la evaluación es "muy positiva".
"Tenemos seis marcas distintas, lo que muestra también una diversificación del mercado, más allá del origen chino, pero muy importante, tenemos una evaluación positiva de satisfacción del usuario".
A su vez, agregó que los usuarios lo que más valoran en estos seis años es el cambio de tecnología y la calidad de los autobuses.
Chile proyecta alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 y que todas las flotas de autobuses en el país sean eléctricas para 2040.
"Las metas son altas, pero sin duda la colaboración en este caso de China con Chile ha permitido, ya sea por todos los temas de aranceles, por la relación comercial que existe, por la solidez también de nuestra democracia; nuestro funcionamiento como país que invita a las empresas a participar en nuestros procesos de licitación y al alto interés que han representado para distintos países, sin duda es una valoración muy positiva con resultado directo en la prestación de servicio", explicó.
Tapia citó un estudio que encargaron a la empresa Dictuc, filial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, que arrojó que, tras seis años de funcionamiento de los autobuses eléctricos en la capital, "los niveles de emisiones contaminantes y ruidos en un electroterminal versus un terminal diésel eran 43 por ciento menos de emisiones contaminantes y 50 por ciento menos de ruido".
"El electroterminal se transforma en un buen vecino con estos números", y concluyó que "la ciudad sin duda se transforma junto con el transporte público".
