Frente a las críticas que acusan a la candidata presidencial demócrata de oponerse al “espíritu” de libertad financiera del Bitcoin, se encuentra la posibilidad que una mayor regulación favorezca el ingreso de nuevos usuarios al mercado cripto.

Una vez más, las criptomonedas se manifiestan como tema de discusión en la campaña electoral de Estados Unidos. Al apoyo abierto del expresidente Donald Trump se le ha sumado recientes declaraciones del equipo de Kamala Harris. Se trata de la “Agenda de Oportunidades para los Hombres Negros”, un informe para apoyar a hombres y mujeres afroamericanos. 

Dicho estudio  incluye una propuesta para regular las criptomonedas. Allí, se informa que más del 20% de los afroamericanos poseen o han poseído Bitcoins y criptomonedas. En ese sentido, Harris reconoce las formas en que estas nuevas tecnologías pueden ampliar el acceso a servicios bancarios y financieros. 

El impacto en el mercado cripto no se hizo esperar: este miércoles 16, el Bitcoin elevó su cotización en un 2,9%, hasta alcanzar US$ 68.376, antes de frenar su aumento. Cabe destacar que la última vez que consiguió un valor de US$ 70.000 fue en julio y además, hay que remontarse hasta marzo para encontrar un máximo histórico de US$ 74.000. 

El equipo de la candidata presidencial asegura que si los demócratas ganan las elecciones, Harris se asegurará de que los inversionistas y usuarios afroamericanos de criptomonedas (al igual que “otras personas” se beneficien de un marco regulatorio. 

“Esto es muy positivo, ya que generar certezas alrededor de la industria cripto es positivo para el largo plazo. Se suma a las decisiones que hemos visto este año en cuanto a la aprobación de los ETF, buenos resultados judiciales en la corte, entre otros factores”, explicó Nicolás Jaramillo, COO de Arch.finance para AméricaEconomía.

Sin embargo, Jaramillo aclara que el anuncio de Harris no genera reacciones inmediatas necesariamente, sino que brinda mayor certeza para que cuando haya una nueva alza del Bitcoin, actores que antes no ingresaban al mercado cripto por riesgo regulatorio, ahora sí se atreverían. En otras palabras, protege a los usuarios actuales e invita a nuevos actores a participar en la industria. 

Aunque existen voces disconformes con la posibilidad de una regulación. Por ejemplo, el portal Cripto Noticias señala que el Bitcoin opera en una red global donde la soberanía individual y la autonomía financiera son principios fundamentales. Mientras que Jaramillo, si bien apoya el establecimiento de reglas, considera que esta debe adaptarse a la naturaleza de las criptomonedas. 

“Es importante crear un marco regulatorio ad hoc a la naturaleza de esta tecnología y no intentar adaptar regulaciones que ya existen. Esto solo impide la innovación y que la industria se desarrolle en otras latitudes. Un buen paralelismo es pensar en lo que ocurrió con las empresas de transporte por aplicaciones como Uber, cuando se resistieron a la regulación de taxis. Pero fueron capaces de ir creando regulación ad hoc en diferentes países”, sostiene el vocero.

De esta forma, con la propuesta del marco regulatorio sobre la mesa, los mayores desafíos para la adopción de criptomonedas se centran en hallar casos de uso del día a día para la tecnología blockchain. Estas “cadenas de bloques” permiten registrar y verificar transacciones de forma relativamente segura, descentralizada y transparente. 

Dicho de otro modo, es un registro digital distribuido que almacena todas las transacciones de Bitcoin en bloques de datos que están interconectados en orden cronológico. Para Jaramillo, aún no se explota todo el potencial de esta herramienta y otras tecnologías Web3, es decir, sistemas que descentralizan la propiedad y el control de datos en Internet. 

“Está claro que el rol del Bitcoin es ser un refugio de valor mejor que el oro o las stablecoins permiten exponerse al dólar en cualquier parte del mundo. Pero no está claro para el mundo en general cuál es la utilidad de las diferentes cadenas de bloques y los proyectos que se construyen sobre el Web3. Ese es el gran desafío que tenemos para que la adopción sea masiva”, expone el analista.