De origen canadiense, la firma inició una serie de ensayos para producir su biofertilizante Soileos en Chile, Brasil, Argentina y México.
El denominado Pacto Verde o Green Deal de la Unión Europea (UE) aborda uno de los mayores impactos de la agricultura: la contaminación de suelos por nitrógeno. Y en los próximos años será un imperativo para los exportadores de productos agrícolas cumplir con las estrictas directrices que el bloque económico pedirá reducir el uso de plaguicidas en un 50% antes de 2030.
Ahí es donde el producto que tiene la AgTech canadiense Lucent BioSciencies, llamado Soileos, puede llegar a cambiar el juego. Porque en sus propias palabras aumenta la densidad de nutrientes en los cultivos, regenera la tierra, no contamina los agroecosistemas, y forma parte de la economía circular.
Este producto, desarrollado en Canadá, ya prepara su aterrizaje en Latinoamérica.
“Nos encontramos realizando un importante trabajo de investigación y desarrollo en los suelos de Chile, México y Brasil”, indica el Cofundador y vicepresidente de la AgTech nacida en Vancouver, Lucent BioSciences, José Godoy Toku. Sus otros socios son Michael Reddick, Jason McNamee, Peter Gross y Farah Noor, su científica principal.
Este trabajo busca ver cómo se comporta su producto en suelos latinos, antes de iniciar su importación a escala comercial.
“Esperamos comenzar con nuestro ensayo en Brasil con Embrapa, que es la entidad más importante en ese país para el manejo de nuevas tecnologías en agro. Vamos a empezar con ellos probablemente en el próximo trimestre. En Chile ya estamos comenzando con un primer piloto con Granotec y la incubadora local IIMAS. En Argentina estamos comenzando con un programa experimental con Adeco Agro”, precisa el profesional.
CONTAMINACIÓN AGRÍCOLA
La perspectiva de contaminación producida por la agricultura tiene que ver con sobreexplotación de los recursos naturales, contaminación de tierras y aguas, pérdida de biodiversidad y emisiones de gases, entre muchas otras.
Es tan fuerte el problema con la agricultura, que, de acuerdo con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), a mediados de siglo, el mundo podría alcanzar “un umbral de calentamiento global en el que las prácticas agrícolas actuales ya no puedan sustentar a las grandes civilizaciones humanas”.
En ese universo, uno de los contaminantes más negativos es el micro plástico de los fertilizantes, porque la mayoría de estos productos vienen recubiertos o encapsulados en plástico que luego de que los cultivos usen su contenido fertilizante, una parte permanece en la tierra y otra puede llegar al agua.
Como forma de contrarrestarlo se están abrazando estrategias circulares y de regeneración agrícola. “Esto se refiere a regenerar con lo que tienes; utilizar la misma materia que tú ya tienes, lo que ves como desperdicios pueden servir para eso”, detalla Godoy.
Aunque se cifra en 1% del aporte total del agro en la generación de plásticos, la UE consideró relevante prohibirlos mediante la normativa de “Restricción de Microplásticos” que empezó a regir en octubre de este año, con lo que espera prevenir la liberación de media tonelada de estos productos cada año.
En vez de plástico, Luscent BIosciences emplea celulosa y almidón para esa cubierta del fertilizante. Ambos resultan del reciclaje del procesamiento de alimentos y se emplean como insumo para Soileos, tomando así un desperdicio como materia prima para otros productos, apelando al núcleo de lo que se denomina economía circular.
Godoy explica además que Soileos aumenta la densidad de nutrientes en los cultivos, regenera la tierra, no contamina ya que no se filtra hacia las napas subterráneas.
Este producto ha sido diseñado para ayudar a garantizar la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de las prácticas agrícolas modernas.
Lo que la empresa hizo fue producir una manera de entregar el micro y macronutriente a la tierra, pero sin los componentes negativos de los fertilizantes tradicionales.
“Lo que hicimos fue básicamente unir el micronutriente, como hierro, zinc, cobre, por ejemplo, con celulosa proveniente del descarte de las cáscaras de avena, trigo, choclo (maíz), arroz o legumbres como nuestro portador y, con eso, inseminar la tierra. Esa es nuestra innovación, la entrega de micro y macronutrientes hacia la tierra en celulosa”, explica el profesional.
De esta forma, el producto Soileos se siembra al mismo tiempo que las semillas. “Puedes poner urea, que es lo que mayormente y se va mezclando. queremos que el agricultor vaya viendo cómo su productividad va creciendo para que vaya adoptando tecnologías y productos como los nuestros. Ese es el concepto”, sostiene Godoy.
DESARROLLADA EN CANADÁ
En mayo 2022 la compañía Protein Industries Canada, compuesta por el consorcio Lucent BioSciences y AGT Foods, se adjudicó US$ 19 millones, para ayudar a los agricultores canadienses a mejorar su sustentabilidad y reducir las emisiones de carbono, a través de la comercialización de Soileos. Los fondos fueron otorgados por el propio gobierno Canadiense, de la mano del Ministro de Innovación, Ciencia e Industria de Canadá, François-Philippe Champagne con miras también a llegar con su producto a nuevos lugares del mundo.
Además, Lucent Bio Sciences fue uno de los ganadores de los premios Shell GameChanger, en la categoría de startup/Scale-Up y resultó reconocida como una de las cuatro empresas AgriTech más exitosas e innovadoras en el Pacific Agriculture Show de 2023, Abbotsford, y recibió una subvención del Centro de Innovación Agritech (BCCAI), todo en la Columbia Británica.
Y es que, desde hace años, la firma ha sido apoyado por el gobierno de Canadá para el uso, crecimiento y desarrollo del fertilizante en pro del campo canadiense y esto le ha permitido cerrar tratos con empresas multinacionales para la distribución y comercialización de su biofertilizante.
“Hacia 2019 estábamos produciendo alrededor de media libra al día de nuestro producto, pero desde que iniciamos conversaciones con el Ministerio de Innovación y Ministerio de Agricultura, y empezamos a hablar de nuestra tecnología, de cómo íbamos a entregar una nueva fórmula y su un impacto positivo (…) todo cambió”, indica Godoy.
En efecto, ahora su planta de Saskatchewan – conocido hoy como el Silicon Valley del ambiente AgTech- está produciendo entre 20 a 30 toneladas del producto por día, con una inversión cercana a los 25 millones de dólares canadienses donde el gobierno aportó cerca de 10 millones, su socio con otra cantidad, y Lucent con sus propios recursos aportó otro tanto
Para Godoy esto se explica porque el gobierno canadiense tiene una visión muy progresista.
“Ellos entienden que, para combatir el cambio climático y tener una agricultura sana, se tiene que invertir. También entienden que, si no regeneramos la tierra, no vamos a poder darle comida al resto del mundo, y a nuestra propia población. Entonces es una prioridad número uno”, recalca.
Su producto hoy se distribuye por Federated Co-op, que es la distribuidora agraria más grande de Canadá.
“Hemos firmado un acuerdo para abrir cinco fábricas más. Hemos evaluado hacerlo en Dakota del Norte, Sudáfrica, Turquía y Australia. Quizás la quinta esté en Brasil (…). Pero en Latinoamérica queremos introducir [primero] Soileos, que creemos que va a tener un gran impacto. Y estamos ahora en la etapa que nosotros llamamos validación”, detalla.
PILOTOS LATINOS
La proyección a corto plazo del empresario Godoy, de origen chileno, es abastecer a Latinoamérica de este biofertilizante y lograr que la segunda industria más importante del planeta pueda comprometerse con la innovación y el cuidado de la tierra.
Aunque sabe que no será fácil, cree que hay más conciencia localmente como para generar interés y aceptación de un producto nuevo.
“Creo que, con todo lo que pasamos con la pandemia, con todo lo que hemos visto con el cambio climático, creo que la gente lo entiende mucho más que hace 10 ó 15 años atrás. Yo creo que ahora hay una conciencia. Y esa conciencia es importante”.
Con su invento patentado en 23 países y fábrica ya establecida, viene la comercialización.
“Estoy enfocado más que nada en el R&D de Latinoamérica, en Brasil, México, Argentina y Chile. Cada uno de estos países tiene un nicho, Brasil siendo el número uno, ya que casi un 18% de la agricultura brasileña está en el resto del mundo. Ese país es una potencia mundial en la agricultura y para nosotros es importante entrar en ese mercado”.
Por ahora su modelo de negocio será dar una licencia para que se produzca Soileos en cada uno de estos países.
“Nosotros les entregaremos el detalle técnico de cómo abrir las fábricas, y les daremos un típico acuerdo a regalías licenciadas. Ellos venderán nuestro producto, y nosotros les daremos el porcentaje de su venta. Un sistema muy standard y muy directo, porque nuestro núcleo es el desarrollo de la tecnología”, enumera.
Dado que los fertilizantes como tecnología se emplean hace unos ochenta años Godoy no cree que vayan a desaparecer de un día para otro. “Pero somos un aliado en ese sentido porque estamos dando al granjero pequeño, mediano y grande, la posibilidad de que utilicen nuestra tecnología, que es verde y que permite un mejor rendimiento. Y eso es lo que le interesa al agricultor”, declara.
Con respecto al precio, también es conveniente, porque Godoy retrueca que si no está más bajo está igual al de los actuales fertilizantes. Otro plus de su invento es que más fácil de aplicar y se utiliza en menores cantidades que los químicos tradicionales.
Así, el futuro se ve brillante para la compañía. Después de la etapa de validación, Godoy estima que distintas compañías procesadoras de alimentos y asociaciones de agricultores van a empezar a darse cuenta de que hay un mercado para sus biodesechos y que los pueden transformar y monetizar.
Pero el cambio mayor será la modificación en la forma de entender la agricultura a gran escala.
“Vamos a tener que entender que, si queremos una seguridad alimenticia para todo el mundo y poder alimentar a los millones de personas, no nos va a quedar otra que adoptar esta nueva tecnología, porque de otra manera no vamos a poder alimentar al mundo. Yo soy muy positivo en eso, de que vamos a adoptar esta tecnología. Uno puede discutir si será más o menos rápido, pero vamos a llegar a eso, porque creo que, al fin y al cabo, todos estamos muy conscientes de que la seguridad alimenticia es prioritaria”, finaliza.