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Viviana Segovia, JBS: “La pandemia nos mostró un cambio grande, el reemplazo de proteínas es sensible al precio y la inflación”
Miércoles, Julio 12, 2023 - 12:10
Planta JBS, foto JBS

Con altos y bajos, la industria de la carne sigue en expansión, aunque con una sensibilidad mayor a los precios. Debido a ello, la firma brasileña JBS, hoy más grande que Nestlé en términos de producción de alimentos, busca estar presente en toda la oferta de proteínas para el consumidor, incursionando en la carne de laboratorio y también en los productos plant-based.  
 

Hace un tiempo que el mundo de los alimentos se está polarizando. Entre genéticamente modificados y orgánicos. Entre veganos y carnívoros. Entre los que apuestan por la ventajas de las proteínas animales y los que defienden las proteínas vegetales. Entre quienes acusan a la ganadería por maltrato animal y contaminación ambiental y entre quienes consideran al cultivo de soya o almendras para hacer bebidas vegetales un genocidio para las abejas.

Esto ha llevado a que sucedan cosas extremas, como la propuesta de Uruguay, país latinoamericano de larga tradición ganadera, donde un grupo de senadores liderados por el congresista Sebastián da Silva trabaja un proyecto de ley que prohíbe importar, producir y vender carne "de laboratorio". Mientras que, desde la otra vereda, una empresa de productos veganos chilenos está solicitando a la Real Academia de la Lengua (RAE) en España, que permita cambiar la última letra de los sucedáneos cárnicos por una “u” y así que una hamburguesa vegetal sea una ‘hamburguesu’ y que el queso vegano pase a llamarse ‘quesu’, para evitar acciones legales.

Pero la firma brasileña JBS -llamada así por las iniciales de su fundador, José Batista Sobrinho-  ya parece tener solucionada esa disputa, puesto que, a su producción de carne bovina, porcina, de cordero y aviar, ahora está agregando las proteínas vegetales y la carne de laboratorio, completando así toda la oferta proteica que los consumidores podrían requerir de ella.

Su firma de carne de laboratorio estará en la ciudad de San Sebastián, en España, y produciría unas 1.000 toneladas métricas de carne anuales, pudiendo aumentar su capacidad productiva hasta las 4.000 toneladas, mediante la productora BioTech Foods, propiedad en un 51% del gigante cárnico de Brasil, con un inversión de US$ 41 millones.

A futuro, JBS también planea invertir otros US$ 60 millones en la edificación de un centro de investigación en el sur brasileño para el desarrollo de tecnología de elaboración de proteínas a partir de células animales.

“Fuimos viendo tendencias y entendimos la necesidad de entrar también en el tema de veganos, porque, nos guste o no, es un tema de moda y en alza”, dice Viviana Segovia, gerente general en Chile de JBS. “En Holanda tenemos la planta más grande de productos veganos de Europa, bajo la marca Vivera, que produce más de 20 productos, como hamburguesas, carne molida y platos preparados que son plant-based”, agrega.

En conversación con AméricaEconomía, la vocera y detalló los planes de crecimiento de la firma y su presencia en los mercados latinoamericanos, donde, a pesar de la introducción de la proteína vegetal de forma masiva, el consumo de carnes en el continente no parece bajar.

CONTINENTE CARNÍVORO

JBS se presenta hoy como la empresa de alimentación más grande del mundo.

Tiene más de 260.000 empleados en unidades productivas y oficinas en Brasil, donde es el empleador más grande del país, con más de 140.000 trabajadores, además de instalaciones Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y China, entre otros 20 países. 

A nivel mundial ofrece una amplia cartera de marcas como Seara, Swift, Pilgrim's Pride, Moy Park, Primo y Just Bare, entre muchas otras.

Su tamaño contribuye a que Brasil sea el mayor productor y exportador de carne vacuna del mundo. “Hace 15 ó 20 años se exportaba cerca del 25% de lo producido. Hoy estamos en 38%, casi 40%”, explica Segovia. 

La firma se enorgullece de aprovechar casi el 100% de cada animal faenado, encontrando un destino para cada parte, desde plasma a partir de la sangre, hasta cuero con la piel. “Solo las pezuñas no tienen un reúso”, explica.

De acuerdo con un estudio de la firma de análisis Statista, en 2022, se produjeron aproximadamente 59,4 millones de toneladas de este tipo de carne a nivel mundial y se estima que en 2023 este volumen se sitúe en torno a los 59,2 millones.

En ese panorama, China es el importador más importante de carne de vacuno y de cerdo en el mundo, donde el 45% de las exportaciones de 2022 se destinó a ese país.

En Latinoamérica, el consumo de carne también es fuerte: en Argentina se registró un consumo carne de res de 38,15 kilogramos por persona al año. Dicha cifra encumbró al país como el mayor consumidor de carne de vacuno en América Latina. Por otra parte, Brasil se posicionó segundo, con 24 kilogramos per cápita, dice Statista, con datos de 2020.

Y aunque no es un país de gran tamaño, Chile es el segundo mercado para JBS después de China. “Aquí, el consumo de pollo y cerdo, sobre todo de cerdo, es muy grande”, detalla Segovia.

En ese país, la firma lanzó en junio un nuevo producto de carne bovina, llamado Maturatta -debido al proceso de maduración que realizan- con el que la carne tiene una duración de hasta un año. Comercializado al detalle mediante lo supermercados Walmart, es uno de los productos con los que su marca de productos de res, Friboi, quiere alcanzar más consumidores.

Es la gran diferencia respecto de China, donde el 100% de la exportación es para procesos, versus el mercado latino cuyos productos van orientados a lo que se denomina góndola, donde los cortes se entregan listos para venta al detalle.

ECONOMÍA CÁRNICA

En mayo de este año, JBS acusó pérdidas por US$ 294,5 millones en el primer trimestre, con una reducción del 4,6 % con respecto al mismo período de 2022.

En 2022, JBS obtuvo un beneficio neto de US$ 3.135 millones, cifra inferior en un 24,5 % a la de 2021.

Estos resultados se explican por el alza de los costos de los insumos, la inflación persistente y el desequilibrio entre la oferta y la demanda, algo previsto desde el trimestre anterior, según reconoció en ese momento el presidente de la empresa, Gilberto Tomazoni.

Esa situación tuvo más impacto en Seara, compañía de alimentos procesados del grupo, y en Beef USA, unidad estadounidense que, de acuerdo con Tomazoni, se vio afectada por el "elevado precio" del ganado vacuno y un "desempeño comercial" inferior al esperado.

Y es que la pandemia afectó también a la producción y consumo de carnes.

“La pandemia nos mostró un cambio grande, vimos algo de reemplazo de proteínas, ya que es sensible al precio y la inflación. Esto se da mucho en el negocio [de la carne] y es claro y ágil”, destaca Viviana Segovia.

La ejecutiva explica que, antes de la pandemia, se tenía un nivel de consumo per cápita. Este cambió notablemente en 2021, con los incentivos del gobierno.

Ese año, “el vacuno hasta subió un poquito. Ahora volvió a bajar (…) hay un movimiento bastante claro entre pollo y cerdo [en desmedro del vacuno] cuando la economía está de una forma u otra”, recalca.

“Lo que vemos es que hay meses en que la carne de pollo es la proteína más barata y fuerte [en compras], pero el cerdo es fuerte también en la región. Esto claramente está ligado a la economía, pero en países como Chile es más fuerte, porque tienen productores locales muy fuertes”, dice Segovia respecto de actores chilenos cárnicos, como Ariztía.

De todos modos, proyecciones recientes muestran mejores perspectivas para la carne.

De acuerdo con un reporte del USDA de enero de este año, se pronostica que las exportaciones mundiales de carne bovina en 2023 alcanzaran las 12,2 millones de toneladas. Y se espera que Brasil aumente su participación en el mercado internacional debido a una menor oferta exportable de Estados Unidos, Uruguay y Argentina Las importaciones de Estados Unidos también aumentan, debido a una menor producción interna de carne, las que se serán cubiertas por un aumento de la importación desde Brasil y Australia.

En tanto que, para el negocio de proteínas vegetales, según Valuates Reports, firma de investigación de mercado india, el mercado global plant-based crecerá a US$ 10.330 millones para 2027.

Respecto de su crecimiento y futuros planes, a fines de junio JBS confirmó la construcción de una fábrica de alimentos en Seberi, en la región noroeste de Rio Grande do Sul, Brasil. Con ella espera generar empleos directos y abastecimiento de carne de cerdo para 36 municipios cercanos.

Esta obra forma parte de las inversiones anunciadas por JBS en abril de 2021, que incluyen ampliaciones y mejoras en unidades en siete ciudades, incluida Seberi, ampliando la producción de proteína in natura y alimentos preparados para atender las demandas del mercado externo e interno.

También se conoció en julio que JBS buscará cotizar sus acciones en Nueva York, además de Sao Paulo, ofreciendo un dividendo de US$ 454 millones para convencer a los inversores de que respalden su plan de largo plazo.

El dividendo único de US$ 0,20 por acción, está condicionado a la aprobación de la doble cotización, informó la compañía en un comunicado. Los accionistas decidirán en una junta que aún no ha sido convocada, pero que Gilberto Tomazoni considera podría ocurrir dentro de un mes, si aceptan la propuesta en una junta general 

El presidente de JBS cree que para diciembre se habrán dado todos los pasos necesarios para completar la transacción, lo que ofrecerá a la firma la oportunidad de ampliar su base de inversores y de captar más capital a través de posibles ofertas de acciones complementarias.

Autores

Gwendolyn Ledger