El auto del presente desaparecerá muy pronto y la industria se transformará. Las soluciones de movilidad crecen a un ritmo de 25% anual, dijo el presidente de la corporación alemana, Volkmar Denner.
El auto que conocemos será historia muy pronto, indica Volkmar Denner, CEO de Bosch GmbH. En los próximos años, los autos cambiarán tanto que serán casi otra cosa: no emitirán emisiones contaminantes. En lo tecnológico y lo relacionado con el internet de las cosas, el auto será parte de un ecosistema donde tendremos autos inteligentes conectados con hogares inteligentes y circulando en ciudades inteligentes. Por último, pero no menos importante, el uso de la tecnología de movilidad asistida y automática permitirá reducir los accidentes graves. La transformación del automóvil modificará radicalmente la industria automotriz, vaticina el ejecutivo alemán: nos estamos moviendo a un concepto más amplio, el de soluciones de movilidad. Este segmento crece a una tasa de 25% anual y constituye una de las industrias más dinámicas del mundo.
Volkmar Denner puede hablar con autoridad sobre el futuro de la tecnología. Lleva más de tres décadas trabajando en Bosch. Ésta es una de las corporaciones más importantes del mundo en el desarrollo de soluciones para la industria automotriz y la movilidad. A escala global, tiene más de 410.000 empleados y facturó 7.300 millones de euros en el año fiscal 2018. Su división de soluciones de movilidad es la mayor: emplea 267,000 personas y factura 47.600 millones de euros. Tiene alrededor de 70.000 investigadores haciendo investigación y desarrollo (I+D), con un presupuesto anual de 7.300 millones de euros (a manera de comparación el Conacyt tendrá 25.700 millones de pesos para el 2020).
El CEO de Bosch estuvo en México para dar el vistazo final a la nueva planta del grupo, ubicada en Celaya. Ésta será la instalación número 14 del grupo alemán en México y estará dedicada a la producción de electrónicos para los automóviles.
Habló en exclusiva para El Economista: “México es muy importante para nosotros como plataforma manufacturera y nos gustaría que creciera como mercado, esto quiere decir ampliar nuestro portafolio de soluciones, por ejemplo, en lo industrial”, dice Denner. Bosch tiene 16.000 empleados en México y ventas por US$2.700 millones anuales, de las cuales 40% está relacionada con el mercado interno y el resto son exportaciones.
“Vemos potencial de crecimiento, pero también algunos asuntos que se deberán resolver: la inseguridad nos preocupa, porque complica nuestras operaciones. Hay clientes que no aceptan venir a nuestras plantas en México por la seguridad; otro tema es la rotación de personal. Somos una empresa que invierte mucho en capacitar a nuestra gente y tenemos procesos intensivos en uso de la tecnología. No es fácil remplazar a un trabajador que ya fue entrenado”.
México es un país muy importante en el mapa mundial automotriz y eso le da ventajas para ser un jugador de referencia en las soluciones de movilidad, que crecerá mucho más rápido que la industria automotriz. El paso no será automático. “Para México será muy importante avanzar en todo lo relacionado con I+D, porque la manufactura del futuro tendrá mucho que ver con inteligencia artificial y otras formas de innovación. México tiene mucho talento en técnicos e ingenieros y hace I+D de gran calidad, pero debe hacer mucho más. Para mantener lo que ha conseguido en manufactura, deberá avanzar en I+D”, menciona Denner.
Él tiene un doctorado en física y en sus primeras etapas en Bosch se dedicó a la I+D, en temas como semiconductores y circuitos integrados.
Caso de éxito mexicano. Bosch tiene en Guadalajara un centro dedicado a la I+D, donde trabajan más de 600 personas. “Es un caso de éxito, porque no ha dejado de crecer desde su nacimiento en el 2014”, explica Denner. “Está en coordinación permanente con otros dos centros, ubicados en Bangalore y Vietnam. Empezó produciendo software y ahora ofrece soluciones tecnológicas para todas las empresas. Confío en que cada vez tendrá un papel más relevante en el desarrollo de soluciones específicas para el mercado mexicano”.
Integrar los equipos de I+D al resto de la empresa es uno de los retos de la industria en la era de la Manufactura 4.0. “Es clave que todos los directivos entiendan las nuevas tecnologías y el impacto que éstas tienen en cada industria. para los que somos apasionados de la tecnología, es un privilegio vivir en esta época, pero también implica una gran responsabilidad. En el caso de Bosch nos preocupa relacionar la innovación con la tradición de la empresa y tener un impacto social positivo en los lugares donde trabajamos”.
El papel social de Bosch es un asunto relevante en la conversación con su CEO, “en estos momentos, todas las empresas deben preguntarse qué pueden hacer para combatir el cambio climático. Nosotros nos hemos puesto la meta de tener cero emisiones como empresa antes del 2030. Esto implicará una inversión de 1,000 millones de euros, hacer este esfuerzo nos hará mejor empresa: más eficiente y con un impacto social más positivo”, concluye Denner.