La firma busca contar con 1,6 millones de barriles de almacenamiento al 2020, duplicando así su volumen de suministro en dos años.
Boca del Río, Ver. La marca estadounidense Arco ha importado alrededor de 900 millones de litros de combustibles automotrices en casi dos años al país para sus 200 estaciones de servicio en territorio mexicano y cuenta con planes de inversión por más de 300 millones de dólares para contar con 1,6 millones de barriles de almacenamiento al 2020, duplicando así su volumen de suministro en dos años, explicó a El Economista Leonardo Girón, director de Marketing para Arco México.
En entrevista, durante la 31 Convención Nacional Onexpo, detalló que desde agosto del 2017 la estadounidense inauguró su primera estación de servicio en Baja California, misma que suministró con pipas de combustible transformado en una de las refinerías de Marathon de Los Ángeles. Ya para el mes de octubre de ese año llegó su primer barco con combustible de importación al puerto de Rosarito, Baja California, luego de que Tesoro, también subsidiaria de Marathon, obtuvo en la primera temporada abierta para arrendamiento de capacidad de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Ya en septiembre del año pasado, Arco llegó a 100 estaciones de servicio, volumen de establecimientos que duplicó al llegar mayo. Así, Arco tiene ya 1,6% del mercado de estaciones de servicio en el país y de sus establecimientos, 150 tienen su marca y las 50 restantes operan con bandera blanca en espera de convertirse a la marca Arco. En la actualidad, la estadounidense tiene presencia en cinco estados: Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Sonora y Chihuahua, con suministro 100% de importación traído de las 16 refinerías de Marathon que procesa más de 3 millones de barriles por día en EU.
Vocación importadora. Pero, además, las estaciones de servicio de Arco reciben el combustible para acceder al mercado mexicano sin comprarle a Pemex mediante cinco terminales marítimas del país: Topolobampo y Mazatlán, en Sinaloa; Guaymas, en Sonora; Rosarito, en Baja California, y La Paz en Baja California Sur.
“Eso nos permite distribuir el combustible a través de pipas en esos estados y adicional a eso estamos entrando por El Paso a Chihuahua vía ruedas para llegar hasta Ciudad Juárez”, dijo el directivo de la empresa.
Para continuar su expansión, Arco pretende inaugurar la reconversión de la estación que anteriormente almacenaba combustóleo, principalmente, de la Comisión Federal de Electricidad en Rosarito. Además, arrendarán capacidad a Infraestructura Energética Nova en la terminal que construye en Topolobampo, donde Arco tendrá hasta 1 millón de barriles para almacenamiento de combustibles de su propiedad.
El plan de la estadounidense es tener al menos 400 estaciones en el noroeste del país, donde se han posicionado desde su incursión. “Pero no nos queremos quedar ahí, estamos evaluando las posibilidades de llegar al golfo y al este, con almacenamiento primero y luego con estaciones de servicio”, detalló.
Importadores de combustible. Además de los 730.000 barriles diarios de combustibles automotrices que importa Pemex para su comercialización entre los distribuidores mexicanos, otras empresas avanzan en este negocio que se abrió al mercado con la reforma energética.
A finales del 2017, la privada integrada más grande del mundo, ExxonMobil, comenzó con el transporte de lo que hoy asciende a más de 5 millones de barriles de combustible mediante un contrato con su socio ferroviario Kansas City Southern México, a través de 90 trenes que salen de sus refinerías Baytown y Beaumont en Texas y Baton Rouge en Louisiana, Estados Unidos, hacia las terminales de almacenamiento en la zona de el Bajío y centro del país. Su servicio de distribución de combustibles es operado por transportistas independientes, para estaciones de servicio Mobil y de otros gasolineros como Grupo Orsan y Combured.
Gracias a la asignación de capacidad en las terminales de almacenamiento y ductos de Pemex, Arco es la segunda marca que más combustible ha importado al país con un volumen de 900 millones de litros que llegan a sus 200 estaciones ubicadas en Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Baja California Sur y Baja California.
Desde agosto del año pasado, la estadounidense Windstar comenzó con la importación para 10 estaciones de servicio en Delicias, Cuauhtémoc, y Parral, Chihuahua, a donde ha llegado vía ruedas desde su estación de almacenamiento en Texas.
La Secretaría de Energía estima que alrededor de 3% del combustible que se importa al país ya es operado por privados para sus estaciones de servicio.