El Grupo LATAM parece llegar con mayor ventaja sobre la colombiana Avianca, para enfrentar el proceso de reestructuración, en medio de la mayor crisis de la industria aérea de los últimos tiempos, que ha provocado una baja del 90% del tráfico mundial de pasajeros.
Santiago. El grupo aéreo LATAM se convirtió este martes en la más reciente víctima corporativa de la crisis sanitaria desatada por la pandemia del Covid-19, que ha paralizado los vuelos, y se une a la colombiana Avianca Holdings en solicitar protección por bancarrota en Estados Unidos mientras reestructura su deuda.
Pero... ¿Cómo llegan los dos grupos aéreos más grandes de Latinoamérica, a este proceso de rescate? ¿En qué condiciones enfrentarán cada una el Capítulo 11 de la ley de quiebras de EE.UU. a la que se han acogido?
LATAM parece tener la ventaja sobre la colombiana Avianca, en medio de la mayor crisis de la industria aérea de los últimos tiempos, que ha provocado una baja del 90% del tráfico mundial de pasajeros y llevaría a una reducción de US$314.000 millones en los ingresos del sector, según la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
El Grupo LATAM, que nació de la fusión de la chilena LAN con la brasileña TAM en 2012, inició el año como una de las compañías "más saludables y rentables", según declaró en un comunicado. Una muestra de esa solidez, fue la compra del 20% de participación por US$1.900 millones que hizo la estadounidense Delta Air Lines a finales de 2019, convirtiéndose en la mayor accionista de LATAM.
Avianca, en cambio, se ubica al otro extremo tras atravesar un 2019 convulsionado, que incluyó la toma del control directivo por parte de la aerolínea estadounidense United Airlines y el intercambio de US$484,4 millones en bonos con vencimiento en 2020 como parte de la reestructuración de su deuda. En medio de la crisis, Avianca logró un préstamo de US$250 millones de United y Kingsland, y de US$125 millones de otros inversionistas. Con todo y esto, al inicio de la crisis Covid, los auditores financieros de la compañía auguraron poca capacidad para continuar en el negocio.
Deudas. Al cierre de 2019 la aerolínea colombiana Avianca contaba con una deuda de US$4.900 millones a corto y largo plazo, un 20% superior con respecto a 2018. A finales de abril, cuando se acogió a la Ley de Quiebras, la aerolínea reportó ante el tribunal del Distrito Sur de Nueva York, pasivos de entre US$1.000 millones y US$10.000 millones.
LATAM, por su parte, incumplió el pasado 15 de mayo, el pago de cupones de dos títulos de deuda por US$8,2 millones. Se tratan de bonos con vencimientos finales a 2023 y 2027, por US$175,6 millones y US$845,2 millones, respectivamente. Además, medios locales han reportado que el Grupo mantendría deudas con bancos por el orden de entre US$1.000 millones y US$1.500 millones y que no estarían en condiciones de cumplir esos compromisos.
Al momento de acogerse a la Ley de Quiebras, la aerolínea chilena registró activos y pasivos en un rango de entre US$10.000 y US$50.000 millones ante el Tribunal Federal.
Como un punto a favor, Latam aseguró un apoyo financiero de sus principales accionistas, las familias Cueto y Amaro, de US$900 millones para hacerse con parte de la deuda. La compañía dijo además que están abiertos a la entrada de nuevos accionistas y que cuenta con US$1.300 millones en caja para hacer frente a la situación.
Antes de la "quiebra". Las dos compañías aéreas pilotearon durante semanas sobre un nublado panorama antes de aterrizar en la Ley de Quiebras; algo que parecía inevitable más para Avianca que para LATAM.
A la aerolínea más grande Colombia, prácticamente se le agotó el tiempo. Avianca entró en default el mismo día que anunció iniciar el procedimiento de protección por quiebra, luego de que no pudiera pagar un bono de US$65 millones. La compañía, que emplea directamente a 21.000 personas en toda América Latina, dijo que la decisión era necesaria para “proteger y preservar las operaciones”.
La pandemia ha significado una caída del 80% en los ingresos de Avianca.
En el caso de LATAM, la compañía redujo sus operaciones en un 95% debido a las restricciones de viaje y la menor demanda; en consecuencia, tuvo que pedir a sus trabajadores reducir sus salarios en un 50% durante tres meses. Sin embargo, esto no fue suficiente y se vio obligada a despedir a 1.850 en las últimas semanas.
Estas decisiones llegaban, mientras las agencias S&P y Fitch Ratings rebajaban su calificación crediticia.
Seguirán volando. Los dos grupos aéreos, los más importantes de la región, mantendrán sus operaciones y seguirán volando mientras transcurre el proceso correspondiente a la protección de quiebra. La corte neoyorquina autorizó a Avianca a mantener sus programas durante la reorganización en el que participan 39 miembros del consorcio, entre ellas empresas en Costa Rica, Ecuador, Honduras y México. Solo en Perú la compañía será liquidada. La compañía colombiana mantendrá el servicio de carga y el programa de viajeros frecuentes LifeMiles.
La aerolínea Avianca, fundada en 1919, cuenta con una flota de 158 aviones que cumplen 76 destinos en 27 países de América y Europa.
El Grupo LATAM también mantendrá sus operaciones en Chile, Perú, Colombia, Ecuador y Estados Unidos, cuyas filiales se acogieron a la Ley de Quiebras. Las de Argentina, Brasil y Paraguay no están incluidas en la medida de protección.
Las compañías que se refugian bajo esta figura legal acceden a que el total o parte de sus operaciones económicas y el proceso de reorganización queden bajo supervisión de un tribunal estadounidense.
*Con información de Reuters, El Espectador y El Mercurio.
