Sin dinero ni familia que los apoye, pero decididos a no volver a su país, los migrantes dicen que incluso estarían dispuestos a quedarse por algunos meses en México mientras juntan dinero suficiente para pagar a un "pollero" (traficante de personas) que los interne en Estados Unidos.
Ciudad de México.- Miles de migrantes centroamericanos que forman parte de multitudinarias caravanas retomaban este jueves su camino rumbo al norte desde la capital mexicana, preguntándose si irán a la ciudad fronteriza de Tijuana, pedirán asilo en otros peligrosos cruces o si cruzarán ilegalmente a Estados Unidos.
Desde octubre de 2018, miles de migrantes centroamericanos emprendieron una larga travesía desde sus países para pedir asilo en Estados Unidos, trámite por el que esperan meses y que los ha dejado varados en Tijuana. Sin embargo, aquello no ha mermado la intención de quienes llegan detrás.
"Sé que es muy violento en otras fronteras, pero tengo que arriesgarme, ya no tengo dinero y mi familia me espera en Estados Unidos", dijo María Murillo, hondureña de 27 años que viaja con su pequeño hijo.
"Sólo Dios sabe por lo que hemos pasado todo este tiempo, sé que Él no nos va a desamparar", agregó mientras su hijo jugaba en el enorme complejo deportivo donde estaban albergados.
El grupo con el que viaja Murillo ingresó a México en las últimas semanas y se dirigía al central estado Querétaro desde donde decidirán qué rumbo tomar.
"Llegaré a Monterrey, a Tijuana no pienso ir. Quiero buscar una frontera más accesible para entregarme (a las autoridades migratorias de Estados Unidos) con mi familia, no quisiera ser devuelto a México", dijo Óscar López, hondureño de 33 años quien viaja con su esposa y sus dos hijos.
El martes, Estados Unidos regresó a México al primer migrante centroamericano solicitante de asilo quien tendrá que esperar en el país mientras su caso es procesado, bajo una política del presidente Donald Trump.
Muchos migrantes entrevistados por Reuters dijeron no estar de acuerdo con la nueva política ya que temen ser víctimas de algún delito en el norte de México, zona donde operan narcotraficantes y bandas del crimen organizado.
Sin dinero ni familia que los apoye, pero decididos a no volver a su país, los migrantes dicen que incluso estarían dispuestos a quedarse por algunos meses en México mientras juntan dinero suficiente para pagar a un "pollero" (traficante de personas) que los interne en Estados Unidos.
"No pienso volver a Honduras, si es necesario voy a pagar para que me crucen. Ya hablé con mi familia y me dijo que junte lo que pueda y ellos me ponen lo que falte", comentó Mauricio Gómez, un joven hondureño cuyo hermano fue asesinado el año pasado en su país.
Cada año, miles de migrantes centroamericanos cruzan México en busca del "sueño americano" en Estados Unidos. Durante la larga travesía, los viajantes se enfrentan a secuestros, violaciones y asesinatos, sin contar el inclemente clima.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre, ha dicho que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en el sur de México y Centroamérica.