Destacados legisladores del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador rechazaron la sugerencia de que México pueda someterse a la demanda de Trump de convertirse en una zona de amortiguamiento para mantener a los migrantes.
Ciudad de México. Un acuerdo migratorio entre México y Estados Unidos que evitó la imposición de aranceles a bienes mexicanos ha encontrado una creciente resistencia, incluso entre parlamentarios del oficialista partido MORENA, a medida que se van aclarando los detalles y sus implicaciones.
Destacados legisladores del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador rechazaron la sugerencia de que México pueda someterse a la demanda de Trump de convertirse en una zona de amortiguamiento para mantener a los migrantes fuera de Estados Unidos.
Esa oposición podría agravar las tensiones entre México y Trump, una situación crítica que ha amenazado con llevar a la segunda mayor economía de América Latina a la recesión.
Trump se ha comprometido a imponer aranceles de al menos 5% sobre todos los productos mexicanos vendidos a Estados Unidos si el gobierno de López Obrador no cumple con sus demandas migratorias, y dijo que podrían subir hasta el 25%.
Pocos detalles se hicieron públicos cuando se anunció el acuerdo el viernes pasado, pero esta semana funcionarios han revelado que México podría cambiar sus leyes de migración para aplacar a Trump si no puede contener el problema dentro de un plazo de 45 días establecidos en el acuerdo.
Eso podría convertir a México en un "tercer país seguro", un objetivo perseguido por Trump que obligaría a México a tomar las solicitudes de asilo de migrantes que llegaron a Estados Unidos.
Esta idea no ha gustado en el Congreso mexicano.
Porfirio Muñoz Ledo, un veterano de MORENA que es presidente de la Cámara de Diputados, dijo que la demanda de un tercer país seguro de Washington sería una pérdida inaceptable de la soberanía.
"Nos quieren convertir en un país enjaulado", dijo el miércoles en el Congreso. Más tarde, le dijo a una estación de radio local que Trump estaba usando el "terror económico" para presionar a México y que el país no debía rendirse ante él.
Mientras tanto, el líder de MORENA en el Senado, Ricardo Monreal, también lo criticó, y dijo esta semana que un acuerdo de un país seguro sería "inadmisible" para la legislatura.
López Obrador le ha dejado en gran parte a su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard -quien negoció el acuerdo con Estados Unidos- que responda preguntas sobre el pacto.
Pero también defendió el acuerdo y se declaró "muy feliz" "porque evitamos una crisis económica, financiera".
Hay señales de que el público está menos convencido.
Roy Campos, jefe de la encuestadora Mitofsky, dijo que el acuerdo "no fue bien recibido". El apoyo para López Obrador ha caído en más de un punto porcentual al 63,3% desde que se anunció el pacto, según los encuestadores.
Antes del acuerdo, sus calificaciones habían aumentado durante dos semanas.
Guardia, "no contra los migrantes". Los arrestos en la frontera de Estados Unidos con México se han incrementado este año, principalmente de inmigrantes de tres naciones centroamericanas violentas y empobrecidas: Guatemala, Honduras y El Salvador.
Algunos han viajado en grandes caravanas que provocaron arrebatos de ira de Trump, y muchos han llevado a sus hijos con la esperanza de que sus casos de asilo sean escuchados en los tribunales de inmigración de Estados Unidos.
Como parte del acuerdo, México dijo que enviará a la frontera con Guatemala a 6.000 miembros de una Guardia Nacional recién creada. Testigos de Reuters en la frontera el viernes no pudieron detectar ninguna señal de que hubiera iniciado el despliegue de los efectivos.
Esta medida también ha sido criticada.
"La Guardia Nacional es una solución para otra cosa", dijo el legislador Muñoz Ledo esta semana. "Es una solución contra el crimen organizado, no contra los migrantes".
López Obrador ha presentado a la Guardia Nacional como la pieza central de su promesa de reducir la violencia alimentada por los cárteles de la droga que alcanzó niveles récord en México el año pasado.
Las preocupaciones de Muñoz Ledo fueron repetidas por funcionarios de la Secretaría de Gobernación, que se mantuvo al margen durante las negociaciones de México con funcionarios de Estados Unidos en Washington la semana pasada.
Cuando le preguntaron en la radio mexicana este jueves si el plan de la Guardia Nacional funcionaría, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, se mostró escéptica. "Cualquier Guardia Nacional es imposible que pueda frenar una caravana de 2.000 o 3.000 gentes, es imposible. ¿Cómo la frena?", dijo.