El reciente nombramiento de Adolfo Zaldívar, y el rápido otorgamiento del agreement por parte del gobierno de Cristina Fernández, muestra que la designación en esta embajada tan clave para nuestro país ha recaído sobre la persona más indicada para el cargo.
Esto, porque Zaldívar posee una amplia experiencia política y una alta sensibilidad en los temas de relaciones internacionales, especialmente en materia de integración, lo que también le ha valido aprecio y apoyo en Argentina, un capital político clave que cualquier embajador en este país debe poseer, dado su carácter estratégico para Chile.
Argentina tiene una serie de características únicas, que lo hacen merecer una atención prioritaria desde la Cancillería chilena, la que no siempre se ha demostrado, a pesar de que, por ejemplo, al año 2004, de acuerdo a la última información oficial disponible, el 50% de los chilenos radicados en el exterior se encontraban viviendo en Argentina.
En materia comercial, este país es el cuarto socio de Chile y el único de esta categoría que pertenece a América Latina, ya que se ubica tras China, Estados Unidos y Japón, y representó, al 2009, el 5,8% de nuestro comercio con el mundo. Pese a ello, y a la existencia de un Acuerdo de Complementación Económica, seguimos poseyendo una balanza comercial deficitaria, principalmente por la caída en las exportaciones chilenas hacia Argentina desde el 2003, y al crecimiento de las importaciones de combustibles, que representaron el 32% de lo adquirido desde este país en 2009.
Una gran oportunidad con este país, en línea con el desafío de convertir a Chile en un país plataforma de servicios en América Latina, es que a partir del 2003 el ítem de servicios ha ido ganando terreno entre las exportaciones más tradicionales hacia este país, constituidas principalmente por productos como el cobre y la celulosa. Esta nueva área ya acapara el 14% de nuestras exportaciones a ese mercado en los últimos años, y representa una interesante área de crecimiento, sobre todo para ofrecer a la nación trasandina una plataforma de servicios hacia el Asia Pacífico.
En materia de inversión, por más de 19 años Argentina ha sido el principal destino de los capitales chilenos, explicando más del 30% del dinero invertido por nuestro país en el exterior, entre 1990 y 2009. En tanto, los capitales trasandinos colocados en Chile no han sido relevantes. Desde 2001 se inició una tendencia a la baja, y estuvo totalmente ausente del país el 2009.
Por eso, es un imperativo aumentar su inversión en Chile, sobre todo utilizando los beneficios del Acuerdo de Doble Tributación que poseemos con ese país, y que impide que los impuestos de las ganancias sean pagados dos veces. Asimismo, debe promocionarse la utilización de los TLCs que poseemos, y que permiten el ingreso de productos negociados a un mercado de miles de millones de consumidores, que en conjunto, representan el 90% del PIB mundial.
Además, en materia de integración, están desarrollándose interesantes proyectos de conexión e infraestructura que aportarán al fortalecimiento de las relaciones, como el Corredor Bioceánico Aconcagua, que unirá a Mendoza y Los Andes a través de un túnel a baja altura, y el paso de Aguas Negras, entre San Juan y Coquimbo. En la medida que se logre esta integración física, que ha sido principalmente teórica hasta ahora, Chile podrá perfilarse como plataforma de negocios, especialmente orientada hacia el Asia Pacífico.
Pero más allá de lo físico, la integración debe construirse desde la educación y la cultura. En ese contexto, un tema clave que se encuentra pendiente es la elaboración de un libro de historia único, para que sea utilizado tanto por niños chilenos como argentinos.
Otro punto relevante para fomentar la integración es el contacto militar, donde el carácter fronterizo de Chile y Argentina entrega una excelente oportunidad para el desarrollo de relaciones aún más estrechas en esta área.
Todos estos temas, prioritarios para el país, deben ser encabezados desde una embajada liderada por una persona como el ex presidente del Senado: proactiva, validada en Argentina y con sentido de sinergia, ya que desde la integración física se podrá avanzar hacia una mayor integración cultural, militar, económica, y hacia a la atracción de inversiones, en una relación donde más allá de buscar el beneficio para nuestro país, también para América del Sur.
Por ello, me alegro de la designación de Zaldívar como embajador chileno en Argentina, una persona idónea para encabezar estos trascendentes procesos que tanto beneficio traerán a estas dos naciones hermanas.