El Partido de la Revolución Democrática (PRD), que en el 2006 perdió por pocos votos la presidencia, y pequeños partidos de izquierda aliados, darán a conocer entre este viernes y el lunes el resultado de una encuesta, intentando esquivar así las rencillas desatadas por elecciones internas previas.
México. La izquierda mexicana, lastimada por años de conflictos y divisiones, definirá en los próximos días de forma adelantada y mediante una encuesta a su candidato presidencial, buscando fortalecerse hacia las elecciones generales del 2012.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), que en el 2006 perdió por pocos votos la presidencia, y pequeños partidos de izquierda aliados, darán a conocer entre este viernes y el lunes el resultado de una encuesta, intentando esquivar así las rencillas desatadas por elecciones internas previas.
Los dos principales aspirantes son el actual alcalde de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, un moderado que se inspira en la izquierda al estilo europeo, y Andrés Manuel López Obrador, que fue el candidato presidencial en 2006 y tiene mucho arraigo entre los trabajadores, pero es visto con recelo por los empresarios.
Para preservar una unidad a menudo sostenida con alfileres entre los grupos afines de uno y otro candidato, ambos acordaron realizar dos encuestas para saber cuál es el mejor posicionado entre el electorado y en base a esto registrar un sólo candidato a la contienda del 2012.
"Queremos la unidad de todas las fuerzas progresistas (...) Se van a quedar con las ganas los que quieren vernos divididos", dijo López Obrador el martes en una entrevista con la televisora TV Azteca, intentando despejar rumores de que no respetaría un resultado que le fuera desfavorable.
Las peleas entre distintos grupos, conocidas como "tribus" en el PRD, han sido moneda corriente en los últimos años, sobre todo a la hora de elegir las autoridades del partido.
Hace pocos días, las elecciones para consejeros en cinco estados del país debieron ser suspendidas por acusaciones mutuas de anomalías entre partidarios de López Obrador y otro grupo que apoya a Ebrard conocido como "los Chuchos", debido a que dos de sus dirigentes llevan el nombre de Jesús.
"El PRD tiene una lastimosa historia para procesar mal sus conflictos (...) Realizar una encuesta denota que no le tienen confianza a sus organismos internos de decisión", dijo Javier Oliva, analista de la estatal Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ebrard, de 51 años, y López Obrador, de 58, estaban hasta hace poco cabeza a cabeza en diversas encuestas a población abierta en la interna del partido, pero en las últimas el ex candidato presidencial estaba sacando ventaja al alcalde.
Vocación por el conflicto. El PRD, que gobierna la capital desde 1997 pero es débil en el interior del país, es un grupo formado por disidentes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que a mediados de la década de 1980 decidieron formar un partido nuevo con socialistas, comunistas y otras corrientes.
El PRD casi obtiene la presidencia en 1988, pero fue supuestamente víctima de fraude por parte del PRI, que gobernó México por 71 años hasta el 2000 y perdió el poder a manos del ahora gobernante Partido Acción Nacional (PAN).
En el 2006, al perder por pocos votos en una de las elecciones más reñidas de la historia del país, López Obrador denunció fraude y desató protestas instalando campamentos y ocupando una arteria principal de la ciudad, lo que a la postre le restó popularidad.
Ebrard, sucesor de López Obrador en el gobierno capitalino, ha dicho que la izquierda tiene que hacer todos los esfuerzos por acudir unida a la elección del 2012, en momentos en que el favorito para suceder al presidente Felipe Calderón es el ex gobernador Enrique Peña Nieto, del PRI.
"Lo importante de este ejercicio (la encuesta) es evitar que haya una ruptura o conflicto (...) La vocación de la izquierda mexicana por el conflicto es obsesiva y es la primera vez que haremos una cosa distinta", dijo Ebrard esta semana en una reunión con corresponsales de medios extranjeros.
La realización del sondeo, para la que fueron contratadas dos consultoras, una por cada candidato, implica que la izquierda se saltará el proceso de elecciones internas, previsto por la autoridad electoral para febrero para todos los partidos.
Una encuesta de octubre de Consulta Mitofsky mostró que, en un pregunta abierta a la población, López Obrador obtuvo un 31% de la intención de voto y un 24% Ebrard.
Hacia las presidenciales, Peña Nieto encabezó la intención de voto con 33%, seguido de López Obrador con 9,8%. En tercer lugar se ubicó la panista Josefina Vázquez mota, con 7%.