México ha considerado que esta "excesiva presencia" de agentes bolivianos supone una "falta de cumplimiento de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas", instando a Bolivia a "respetar y cubrir cabalmente" sus obligaciones.
México ha denunciado este lunes una "excesiva presencia" de agentes de seguridad e Inteligencia de Bolivia en torno a la Embajada y a la residencia del embajador en La Paz, en el marco de la tensión bilateral por la decisión del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador de dar asilo al ex presidente boliviano Evo Morales, que ahora está refugiado en Argentina.
"El Gobierno de México (...) expresa su profunda preocupación por la presencia excesiva de personal de los servicios de Inteligencia y seguridad bolivianos que vigilan tanto la Residencia como la Embajada de México ante el Estado Plurinacional de Bolivia desde el pasado 11 de noviembre", ha dicho el Ministerio de Exteriores en un comunicado.
México ha considerado que esta "excesiva presencia" de agentes bolivianos supone una "falta de cumplimiento de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas", instando a Bolivia a "respetar y cubrir cabalmente" sus obligaciones.
A este respecto, ha recordado a Bolivia que los locales de las misiones diplomáticos son "inviolables", por lo que "los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento".
"México confía en que se respetará la inviolabilidad (...) y se llevarán a cabo las medidas correspondientes para garantizar el resguardo y la protección de la integridad física del edificio de la misión diplomática tanto interior como exterior, así como de los agentes diplomáticos acreditados", ha dicho la Cancillería mexicana.
La relación entre México y Bolivia se ha deteriorado desde que el Gobierno de López Obrador dio asilo a Morales. El líder indígena dimitió el pasado 10 de noviembre, tras lo cual huyó a México. Allí paso casi un mes hasta que, tras una breve escala en Cuba por razones médicas, recaló en Argentina, donde se quedará como refugiado.
Una de las cuestiones que más molestó al Gobierno de la autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fueron las declaraciones políticas de Morales desde México. Así, han confiado en que Argentina no le dé también "un micrófono abierto".
Morales dimitió después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) confirmara "irregularidades" en las elecciones presidenciales celebradas el pasado 20 de octubre. El antiguo mandatario considera que ha sido víctima de "un golpe de Estado" y no reconoce a Áñez.
El MAS de Morales y el nuevo oficialismo han llegado a una acuerdo en el Congreso para celebrar nuevas elecciones presidenciales en 2020 vetando expresamente al líder indígena como posible candidato, por lo que se limitará a ser el jefe de campaña del MAS.