La responsable de la política interna del país señaló a la prensa que la situación migratoria en la frontera sur de México estaba ya bajo control y descartó una crisis.
México.- La secretaria de Gobernación (Interior) mexicana, Olga Sánchez Cordero, estimó que la remisión de migrantes irregulares ante autoridades en México creció alrededor del 50% en junio con respecto a meses pasados.
Tras encabezar un evento en la sede de la cartera, la responsable de la política interna del país señaló a la prensa que la situación migratoria en la frontera sur de México estaba ya bajo control y descartó una crisis.
El gobierno mexicano reforzó a partir de la segunda semana de junio la aplicación de la ley migratoria en la frontera con Guatemala, luego de que este año se disparó el flujo de centroamericanos que entran irregularmente a México para dirigirse a Estados Unidos.
"Sí, es bastante más de lo que en meses pasados, probablemente un 50% más", respondió Sánchez Cordero a una pregunta expresa sobre el porcentaje de incremento de remisiones en junio.
La funcionaria no detalló cifras absolutas de remisiones pero aseguró que México estaba haciendo su trabajo en migración, dentro de la atención al fenómeno que llevaba a cabo en cooperación con Estados Unidos.
Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), autoridades presentaron a 63.133 migrantes irregulares de Honduras, Guatemala y El Salvador ante esa agencia durante los primeros cinco meses del año, un promedio de 15.783 cada mes.
Sánchez Cordero expuso que en el sexto mes no entraron caravanas por la frontera sur, fenómeno que ocurría desde finales de 2018, y que la dinámica regresó a la de una migración individual o de familias.
"Creo que la situación ya está bajo control", consideró la funcionaria entrevistada por la prensa tras inaugurar una reunión de trabajo con los tribunales de justicia del país.
Autoridades mexicanas trabajaban en la apertura o reinstalación de albergues para atender migrantes, mientras que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) estaba ya prácticamente saturada ante un aumento de peticiones de asilo en México, señaló.
"Es un reto enorme por la cantidad de migrantes que están ingresando a nuestro país", dijo la secretaria.
México tomó mayores medidas para controlar el creciente flujo de centroamericanos tras pactar un acuerdo con Estados Unidos el 7 de junio pasado, el cual contempló el despliegue de miles de agentes de la naciente Guardia Nacional en la frontera sur mexicana.
Los dos países negociaron el acuerdo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó con cobrar un arancel general y gradual a las importaciones procedentes de México alegando que el país no colaboraba para frenar la migración en su territorio.