La caravana, compuesta sobre todo por jóvenes cargando mochilas y mujeres con niños en brazos o de la mano, es la segunda del año después otra que fue frenada y disuelta por autoridades centroamericanas en enero.
Tegucigalpa. Varios cientos de hondureños salieron este martes en una nueva caravana hacia Estados Unidos en medio de un repunte de los flujos de migrantes por Centroamérica y México hacia el país norteamericano, espoleados por políticas de Washington más flexibles sobre la materia.
La caravana, compuesta sobre todo por jóvenes cargando mochilas y mujeres con niños en brazos o de la mano, es la segunda del año después otra que fue frenada y disuelta por autoridades centroamericanas en enero.
Según un testigo Reuters y reportes de medios, los integrantes del nuevo grupo transitaban el martes por la mañana desde la terminal de autobuses de la norteña ciudad San Pedro Sula hacia Corinto, frontera con la vecina Guatemala.
"Hay que arriesgarse para tener una vida mejor en Estados Unidos Unidos; en Honduras nunca vamos hacer nada", afirmó a una televisión local un joven, con cubrebocas, que se identificó como Carlos Flores.
El lunes, el gobierno de Guatemala, país que la caravana deberá cruzar para llegar a México, anunció la aplicación de un estado de prevención por 15 días en cinco regiones que implica la prohibición de reuniones y habilita a las fuerzas del orden a disolverlas.
El canciller de México, Marcelo Ebrard, descartó en la víspera un desborde en el flujo de migrantes, pese a que en febrero unos 10,000 menores de 18 años de Centroamérica cruzaron sin documentos su país hacia Estados Unidos sin sus padres, casi el doble que en el mes previo.
La situación de pobreza en la que está sumida un 60% de la población en Honduras se ha agravado por el impacto en la economía del cierre temporal de actividades para frenar la propagación del coronavirus, causante de 4.585 muertes en la nación centroamericana y 187.975 contagios.
A la desesperación de los migrantes se suma la expectativa generada por la supresión por parte del presidente Joe Biden de varias medidas de su antecesor, Donald Trump, para frenar la migración, aunque los cambios tardarán todavía tiempo en verse reflejados, según reconoce Estados Unidos.