Documentos secretos de WikiLeaks detallan cómo el embajador William Brownfield, ahora subsecretario del Departamento de Estado, tenía previsto poner fin al chavismo.
Natalia Viana y Luiza Bodenmuller. Tras el fracaso del golpe de Estado contra Hugo Chávez en 2002, la embajada de EE.UU. en Caracas decidió tomar para sí la tarea de reorganizar la oposición venezolana, apostando por una estrategia a largo plazo que minaría el poder del gobierno. En agosto de 2004, el mismo mes del referéndum revocatorio promovido por la oposición con un amplio apoyo de la misión estadounidense, el texano William Brownfield llegó a Caracas nombrado por George W. Bush para asumir el cargo de embajador en el país. Pragmático y sucinto, como revela el documento de WikiLeaks analizado por Agencia Pública, William Brownfield elaboró un plan de 5 puntos para terminar con el chavismo en el mediano plazo.
El documento secreto, enviado por Brownfield a Washington el 9 de noviembre de 2006, recuerda las directrices establecidas dos años antes. "El objetivo de la estrategia es: 1) Fortalecer las instituciones democráticas, 2) Infiltrarse en la base de la política de Chávez, 3) Dividir el chavismo, 4) Proteger negocios vitales para los EE.UU., y 5) Aislar a Chávez internacionalmente", escribió Brownfield, hoy secretario antinarcóticos del Departamento de Estado, una agencia que se encarga de la formación de las fuerzas policiales extranjeras en los EE.UU., incluidos decenas de países de América Latina.
Entre 2004 y 2006, la USAID realizó diversas acciones para llevar adelante la estrategia de Brownfield, donando algo menos de U$S15 millones a más de 300 organizaciones de la sociedad civil. La USAID, a través de su Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) -creada dos meses después del fallido golpe de Estado- dio asistencia técnica y capacitación a las organizaciones y las puso en contacto con los movimientos internacionales. Además, el documento explica que "desde la llegada de la OTI se formaron 39 organizaciones con foco en el advocacy (convencimiento). Muchas de estas organizaciones son el resultado directo de los programas y financiamiento de la OTI".
Un objetivo principal de USAID era llevar los casos de violaciones de derechos humanos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos a fin de obtener condenas y socavar la credibilidad internacional del gobierno venezolano. Es lo que hizo, según el relato de un ex embajador, el Observatorio Venezolano de Prisiones, que consiguió que el tribunal emitiese una decisión pidiendo medidas especiales para resolver las violaciones de derechos humanos en la prisión "La Pica", en el este del país. Otra organización, la “Human Rights Lawyers Network in Bolivar State” (red de abogados de derechos humanos en el estado de Bolívar), presentó ante la Corte Internacional un caso de masacre de 12 mineros en el estado venezolano de Bolívar por parte del ejército. El grupo fue creado, según Brownfield, "a partir del programa Freedom House, y un financiamiento de la DAI para distribuir pequeñas donaciones".
La empresa DAI - Development Alternatives Inc - fue de 2004 a 2009 el principal gerenciador de fondos de la USAID en el país, habiendo distribuido millones de dólares a diversas organizaciones a partir de la estrategia del gobierno de los EE.UU. (lea más aquí sobre DAI).
Desembolsó, por ejemplo, 726.000 dólares en 22 becas para organizaciones de derechos humanos, de acuerdo con el documento de WikiLeaks. También ayudó a crear el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela. "Ellos han tenido éxito en llamar la atención sobre el Derecho de Cooperación Internacional y la situación de los derechos humanos en Venezuela, como una voz nacional e internacional", explica el tejano Brownfield en su despacho diplomático.
Otras áreas en la que el financiamiento para las ONG ayudaría a concretar la estrategia norteamericana incluían tentativas de neutralizar el "mecanismo de control chavista", que utiliza "vocabulario democrático" para apoyar la ideología revolucionaria bolivariana, en palabras del diplomático. "La OTI ha luchado contra eso a través de una programa de educación cívica llamado ‘democracia entre nosotros’, cuyo principio era enseñar al pueblo venezolano lo que en realidad significaba la democracia. Los programas educativos dirigidos, como tolerancia política, participación y derechos humanos, han llegado a más de 600 mil personas", dice el documento.
Dividiendo el chavismo
A continuación, el documento detalla las estrategias para "dividir el chavismo", basadas en la noción de que Chávez trataba de "polarizar la sociedad venezolana mediante una retórica de odio y violencia". El remedio, en la cabeza de Brownfield, sería dar ayuda a las ONG locales que trabajan en las "fortalezas chavistas " y con los "líderes chavistas" para "contrarrestar la retórica" y "promover alianzas". Los esfuerzos de la USAID en este sentido costaron U$S 1,1 millones para llegar a 238.000 personas en más de 3.000 foros, talleres y sesiones de entrenamiento, "transmitiendo valores alternativos y dando oportunidad a activistas de la oposición de interactuar con chavistas, obteniendo el deseado efecto de alejarlos lentamente del chavismo".
Ejemplos de ello son el grupo de "Visor Participativo" que consta de 34 ONGs capacitadas y supervisadas por la OTI, para trabajar en el fortalecimiento de los municipios. "Mientras Chávez trata de recentralizar el país, la OTI, a través de Visor, está apoyando la descentralización", escribe Brownfield.
Otra iniciativa, a un costo superior a los U$S 1,2 millones, promovió la creación de 54 proyectos sociales en toda Venezuela, "permitiendo las visitas del embajador en las zonas pobres del país y demostrando la preocupación del gobierno de los EE.UU. con el pueblo venezolano", explica Brownfield. "Este programa confunde a los bolivarianos y retrasa el intento de Chávez de utilizar a los EE.UU. como un ‘enemigo unificador’".
Con el objetivo de "aislar a Chávez internacionalmente", el embajador se jactaba de que la USAID, a través de la ONG estadounidense Freedom House, financió viajes de miembros de organizaciones de derechos humanos de Venezuela en México, Guatemala, Perú, Chile, Argentina, Costa Rica y Washington. "Además, la DAI trajo decenas de líderes internacionales a Venezuela y también profesores universitarios, miembros de ONGs y líderes políticos a participar en talleres y seminarios, para que volviesen a sus países de origen comprendiendo mejor la realidad de Venezuela, convirtiéndose en fuertes aliados de la oposición venezolana".
Brownfield finaliza el documento, escrito en 2006, con una advertencia: "Chávez debe ganar las elecciones presidenciales del 3 de diciembre y la OTI espera que el ambiente para trabajar en Venezuela se torne más complicado." De hecho, el embajador abandonó el país el año siguiente, asumiendo el mismo cargo en Colombia antes de ser nombrado por la administración Obama para hacerse cargo de la cooperación policial con otros países.
Antes de que Brownfield asumiera la política de los EE.UU para Venezuela, la Oficina de Iniciativas de Transición (OTI) centró sus actuación en el fortalecimiento de los partidos políticos de oposición – como muestra otro documento de WikiLeaks del 13 de julio de 2004 - incluyendo un proyecto de 550 mil dólares para promover consultorias de especialistas latinoamericanos en liderazgo político y estrategia de los partidos, y un proyecto de U$S450 con el Internacional Republican Institute (IRI) -del Partido Republicano - para entrenar a los partidos de la oposición para "diseñar, planificar y ejecutar las campañas electorales” en "escuelas de entrenamiento de campaña".
En 2010, bajo creciente presión del gobierno venezolano, la oficina de la OTI en el país fue cerrada y sus funciones fueron transferidas a la oficina para América Latina y el Caribe de la USAID.
*La traducción de este reportaje corresponde a El Puerco Espin.