Un indicador del encono entre ambos aspirantes fue que ni siquiera se estrecharon la mano al comienzo del debate, que se celebró en la Universidad Washington de San Luis, en el estado de Misuri.
Los candidatos a la Presidencia estadounidense, Donald Trump y Hillary Clinton, se atacaron de forma implacable en el segundo debate presidencial, que tuvo lugar el domingo por la noche, echándose en cara sus respectivos escándalos.
Un indicador del encono entre ambos aspirantes fue que ni siquiera se estrecharon la mano al comienzo del debate, que se celebró en la Universidad Washington de San Luis, en el estado de Misuri.
El principio del evento estuvo marcado por los embates continuos entre ambos candidatos en un intento de acallar y dominar al oponente, desencadenando ovaciones entre el público que asistía en directo.
En un intento de evitar que la contienda se centrase en la reciente publicación de unos videos grabados hace años, en los que Trump efectúa comentarios sexistas, el candidato republicano le espetó a Clinton que debería estar avergonzada de sí misma, en alusión al apoyo que le dio a su marido y expresidente, Bill Clinton, pese a sus vergonzantes escándalos sexuales.
Hillary contraatacó diciéndole que "no servía para ser presidente" y que su campaña estaba "explotando".
Más adelante, la candidata demócrata arremetió contra el magnate neoyorquino afirmando: "Creo que cualquier persona tiene claro que (los videos) representan exactamente quién es él".
Las cintas en cuestión fueron extraídas de una entrevista que hizo Trump hace unos años con el provocador líder radiofónico Howard Stern y de una conversación fuera de cámara en el estudio del programa de televisión "Access Hollywood".
En los videos, que han causado un maremoto en los medios estadounidenses y la ira de los detractores de Trump, el candidato republicano explica que ser famoso le permitía "besar a cualquier mujer", al tiempo que profiere comentarios lascivos sobre las mujeres.
Bajo las críticas y la presión generalizadas, Trump se disculpó de nuevo por sus comentarios y negó que hubiese atacado nunca sexualmente a ninguna mujer.
La disputa se volcó luego en el escándalo de los correos electrónicos de Clinton, que usó su cuenta privada, y no la del Gobierno, para gestionar sus asuntos como secretaria de Estado, lo que para los críticos supuso un riesgo para la seguridad nacional.
"¿Cree usted que estuvo bien borrar 33.000 correos electrónicos? Yo no", dijo Trump, en referencia a la eliminación de miles de mails que según los críticos Clinton no quería que nadie viese.
El candidato republicano añadió: "Debería estar avergonzada por decir que no había nada malo en eliminar 33.000 correos".
Transcurridos unos 20 minutos del debate, Trump interrumpió a Clinton poniéndose directamente detrás de su plano de cámara mientras la candidata intentaba responder a una pregunta relacionada con la política.
En concreto, Clinton hablaba bastante elocuentemente sobre la revisión del Obamacare, y el objetivo de Trump pareció ser distraer a la audiencia del tema a fin de poner nerviosa a la candidata demócrata.
Respecto al tema de la inmigración, Trump dijo que Clinton "tiene muy mal juicio" y criticó sus políticas en un momento en el que las drogas están llegando a través de las fronteras "a un ritmo récord".
"No debería ser presidenta", añadió Trump.
Atacando las que consideró políticas divisorias de Trump, Clinton indicó que los planes del magnate de deportar a los inmigrantes ilegales han causado ansiedad a los niños.
La candiata demócrata señaló que algunos países extranjeros, con ganas de "vendetta" contra Estados Unidos, están intentando influir en las elecciones con objetivo de poner a Trump en el cargo.
"Tal vez es porque él (desea hacer negocios) en Moscú", dijo la aspirante demócrata, refiriéndose a los presuntos actos de pirateo de Rusia contra su campaña.
Clinton también condenó a Trump por vivir en "una realidad alternativa" y mencionó, en este sentido, el proyecto impositivo del candidato republicano, que según la aspirante tendrá impacto sobre las grandes empresas y aumentará los impuestos a la clase media.
"Nos mandaría a la recesión con su plan de impuestos", indicó Clinton.
Trump describió el pacto nuclear alcanzado entre Washington y Teherán como "el acuerdo más estúpido en la historia de los acuerdos".
Clinton afirmó que su campaña era sobre "asuntos, no insultos", pero Trump replicó que la candidata tenía "un enorme odio en su corazón".
Al ser preguntada sobre si Trump tiene disciplina para ser un buen líder, Clinton contestó que "no", agregando que no solo es ella quien lo opina, sino que incluso los miembros del Partido Republicano lo piensan.
Cerca del final del debate, un espectador pidió a los candidatos que dijesen un aspecto positivo del otro.
Clinton dijo que respetaba a los hijos de Trump y agregó que eso decía mucho sobre el propio Trump, mientras el candidato republicano aseveró: "Quiero decir esto sobre Hillary: nunca se retira, no abandona. Es una luchadora".
Se considera que Trump quiere desesperadamente retornar a la campaña después de perder su primer debate y, especialmente, después de la publicación de sus comentarios lascivos sobre las mujeres. Su equipo de campaña incluso invitó varias mujeres que acusan de acoso sexual a Bill Clinton al debate.
Pero aún está por ver si la actuación combativa de Trump en el debate de la noche del domingo podrá ayudarle a estrechar la creciente distancia que le lleva Clinton en las encuestas.