La tensión entre Perú y México sobre el bloque se remonta a diciembre pasado, cuando el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se negó a reconocer como mandataria legítima del país sudamericano a Dina Boluarte, quien asumió en ese entonces el cargo tras la destitución de Pedro Castillo.
La crisis surgida en el seno de la Alianza del Pacífico (AP), luego de que México se negara a entregar formalmente en enero pasado su presidencia pro témpore a Perú, debe resolverse a través de la diplomacia, aseguró este miércoles el excanciller peruano Miguel Rodríguez Mackay.
El también internacionalista consideró que el componente para superar "el difícil trance político" que se vive en el bloque "es inminentemente diplomático" y no jurídico, por lo que "no hay que judicializar el tema de la AP y tampoco la relación peruano-mexicana".
La tensión entre Perú y México sobre el bloque se remonta a diciembre pasado, cuando el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se negó a reconocer como mandataria legítima del país sudamericano a Dina Boluarte, quien asumió en ese entonces el cargo tras la destitución de Pedro Castillo.
En reiteradas ocasiones, López Obrador ha tildado de "usurpadora" a Boluarte y ha afirmado que no le puede entregar la dirección del bloque integrado por Colombia, Perú, Chile y México, porque no la considera "legítimamente" jefa de Estado del país sudamericano.
En tanto, Boluarte, reconocida por todas las instituciones peruanas y la comunidad internacional, ha respondido que "Perú no renunciará a mantener viva la Alianza del Pacífico y a ejercer su presidencia (temporal)", la cual, dijo, "ya estamos haciendo a través del trabajo conjunto que tenemos".
"No permitiremos que coartadas políticas vulneren y debiliten este exitoso mecanismo, como ha sucedido con otras iniciativas regionales", declaró en abril pasado, durante una ceremonia celebrada en Lima por el XII aniversario de la Alianza del Pacífico.
Al respecto, el experto Rodríguez Mackay explicó que Perú "ya tiene la presidencia de la AP de 'jure', (es decir) de puro derecho, conforme el artículo séptimo del acuerdo marco cuatripartito" del mecanismo, que fue suscrito en su momento por Colombia, Chile, Perú y México.
De acuerdo con ese artículo, la presidencia temporal del bloque "será ejercida sucesivamente por cada una de las partes, en orden alfabético, por periodos anuales iniciados en enero".
Por ahora, los Gobiernos de México y Colombia se niegan a reconocer a Boluarte como mandataria legítima de Perú, lo que afecta su visión sobre la dirección de la AP, mientras que Chile incluso ha "apoyado su derecho" a ejercer la presidencia pro témpore.
"Hemos apoyado el derecho de Perú a ejercer la presidencia de la Alianza del Pacífico, pero estamos hablando de un proceso de integración que reúne a cuatro países, y lo importante es que exista consenso entre los cuatro países", expresó a mediados de este mes el canciller chileno, Alberto van Klaveren.
Para Rodríguez Mackay, mientras se resuelve esta disyuntiva, la situación "ha dañado mucho" a la Alianza en términos políticos, ya que "nos quita la cohesión como bloque, que es imprescindible cuando este bloque de la Alianza va al mundo entero".
En términos económicos, recomendó hacer "un control de daños para que se perjudique lo menos posible", aunque hasta el momento "el consejo empresarial sigue trabajando".
La Alianza del Pacífico, que se jacta de ser la octava potencia económica y exportadora a nivel mundial, representa el 41 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe, y atrae el 38 por ciento de la inversión extranjera directa.
