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Copa América Chile 2015, ejemplo del deporte como generador de ingresos
Mié, 17/06/2015 - 11:34

José Roberto Concha

Dos años del TLC entre Colombia y Chile
José Roberto Concha

José Roberto Concha es el director del Consultorio de Comercio Exterior (Icecomex)  y jefe del departamento de mercadeo y negocios internacionales de la universidad Icesi (Colombia). Con un Master of Management y un Phd en Mercadeo de Tulane University en New Orleans, Estados Unidos. Trabajó durante 13 años como gerente de mercadeo en Miles Laboratorios y en Sucromiles, y por 16 años se desempeñó como gerente general de empresas del país y del exterior como Comolsa, Valores en Carvajal S.A., Offsetec en Quito, Ecuador y Zona franca Palmaseca. Dicta cátedras en negocios internacionales y mercadeo en la Universidad Icesi y dicta cursos en estas materias en Ecuador y Bolivia en los MBA de Espol y de la Universidad Católica, respectivamente.

Empezó en Chile la 44 edición de la Copa América, el torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo, un evento que organizan en conjunto la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y la Asociación Nacional de Fútbol de Chile, con el aval de la FIFA. El evento transcurre sin que aún se resuelva el polémico caso de corrupción que envuelve al ente rector del fútbol, dejando hasta ahora como resultado la renuncia de su presidente Joseph Blatter, y el arresto de siete ejecutivos de dicho organismo, acusados de recibir sobornos por más de US$100 millones en el proceso de adjudicación de derechos televisivos a la empresa "Wematch", para la trasmisión de las próximas cuatro ediciones de la Copa América.

Este contexto nos da pie para tocar un tema que va más allá de la pasión por el fútbol y el deporte en general, y permite entender la forma en que se mueven los grandes intereses económicos (y políticos) detrás de este tipo de eventos e identificar los grupos de interés que se disputan las mejores tajadas de esta gran torta.

Comencemos con la presa más jugosa: derechos de TV y patrocinios. Las empresas operadoras de televisión contratan por grandes sumas la exclusividad para trasmitir los partidos, para luego, con el poder de negociación adquirido, comercializar tales derechos revendiéndolos a los canales locales de todo el mundo. Para hacerse a una idea de la magnitud del negocio: en el controversial caso de corrupción que toca a la FIFA y a la empresa Datisa S.A (Wematch), se habla de derechos televisivos para más de 200 países y una audiencia esperada de 4.000 millones de televidentes alrededor del mundo (cifra real de la última transmisión de la Copa América, en Argentina 2011).

Dejando de lado el panorama oscuro de estos escándalos, este tipo de eventos conlleva una serie de realidades positivas, las cuales se convierten en una gran oportunidad de crecimiento económico, turístico y comercial para los países, y especialmente para las empresas que participan directa o indirectamente en ellos.

Por una parte, la transmisión internacional de estos eventos impacta positivamente la balanza de servicios, pues los ingresos que se generan se entienden como exportaciones de servicios, cuando la empresa que pauta hace la transacción desde una casa matriz ubicada en un territorio diferente a donde se realiza la publicidad, como generalmente ocurre.

Los dividendos para la economía chilena por los derechos de pautar con temas alusivos al mundial son gigantes. A lo cual suman los más de 700.000 turistas que se espera que llegarán a Chile a gastar en promedio US$100 diarios entre hotelería, restaurantes, centros comerciales y demás productos y servicios. En materia de entradas se esperan ingresos por más de US$43 millones durante los 26 partidos del torneo.

¿Y en Colombia cómo estamos? En Colombia, históricamente los eventos deportivos han contado con bajos patrocinios por parte de empresas privadas. Sin embargo, la visualización en materia deportiva que ha logrado el país en los últimos años, gracias a la destacada participación de nuestros deportistas dentro de las élites del deporte (no solo fútbol) a nivel internacional, abrió la puerta para la llegada de grandes capitales destinados a la realización y el mercadeo de grandes competencias en el país.

La demanda colombiana es fuerte y el público ha mostrado gran aceptación por este tipo de eventos, muestra de ello fue el aforo total de los escenarios en los juegos mundiales de Cali 2013 o el mundial de futbol Sub20 que se realizó en 2010, lo que prevé un posible éxito en la próxima justa deportiva que se realice en Colombia. Es hora de aprovechar esta tendencia y el talento del deporte nacional, además de la infraestructura ya construida; el patrocinio de equipos y grandes eventos deportivos genera grandes flujos de dinero para la economía de los países, y además se potencia fuertemente el turismo.