El Reino Unido ha asumido la presidencia del G8, grupo conformado por las ocho economías más poderosas del mundo. México hizo una gran labor en 2012 encabezando el G20 y los británicos tomaremos ese ejemplo de voluntad política para, dentro de un grupo más pequeño pero con gran peso mundial, llegar a resultados que beneficien a todos. Estamos especialmente agradecidos por el énfasis mexicano en áreas como la cooperación para el combate a la corrupción, el establecimiento de estándares internacionales y la búsqueda de la transparencia.
David Cameron anunció su deseo de celebrar la cumbre en Irlanda del Norte, una región otrora conocida por el conflicto y la violencia. Gran Bretaña es un gran lugar para invertir, estudiar, hacer negocios y para visitar. Irlanda del Norte es parte medular del Reino Unido y en ella están contenidas las ventajas que mi país representa. El mensaje que manda mi gobierno con esta iniciativa es claro: donde hubo conflicto ahora hay acuerdos y prosperidad. Mi país usará esta oportunidad para avanzar hacia las soluciones y retos que demanda la comunidad internacional y para esto hemos delineado tres cosas que queremos lograr para nosotros y para el mundo durante la presidencia del G8.
Lo primero es más comercio. Uno de los riesgos que corre la economía global es el proteccionismo. Esto sucedió en anteriores recesiones y fue desastroso. Mi país cree en una economía libre. Lucharemos para contrarrestar las barreras y asegurarnos de que los mercados sigan abiertos para nuestros productos y ciudadanos.
El segundo punto es la necesidad de una mayor eficiencia en la recaudación de impuestos. Todavía existen demasiados paraísos fiscales y no todos pagan lo que les corresponde. Eso merma la competitividad. Lo anterior no significa elevar los impuestos. Defendemos las tasas bajas, pero estamos en contra de la evasión.
El tercer punto es la búsqueda de la apertura y transparencia entre naciones. Esto nos permitirá ayudar a que los países más pobres puedan explotar sus recursos sustentablemente y éstos no atenten contra su estabilidad interna. Los británicos nos esforzamos por evadir el soborno y la corrupción. Tenemos reglamentos duros para garantizar la transparencia y queremos expandir esa visión.
Al analizar el Pacto de Enrique Peña Nieto es claro que estos tres puntos son prioridades domésticas también para México. Las tres líneas en las que proponemos enfocarnos durante el G8 pretenden lograr acuerdos que ayuden a todos los países hacia el interior y favorezcan la cooperación internacional.
Finalmente los líderes de Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Rusia y el Reino Unido discutirán el futuro del proceso de paz en Oriente Medio y la estabilidad de esa región. Prevenir conflictos es importante para generar las condiciones que permitan un comercio próspero.
Mi país desea historias de éxito, pero en un terreno donde las circunstancias sean justas para todos los competidores. El planteamiento de nuestro primer ministro para la presidencia del G8 sugiere un hilo dorado de condiciones que permitan que los motores de la economía se enciendan. El respeto a la ley y los derechos humanos, la ausencia de conflicto y corrupción, la presencia de derechos de propiedad e instituciones fuertes permitirán a las sociedades y economías abiertas el crecimiento sostenido y la creación de los trabajos que necesitamos. Estas ideas serán exploradas por la ONU en un panel de alto nivel encabezado por Indonesia, Liberia y el Reino Unido. México será representado por su ex canciller Patricia Espinosa.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.