Luego de superar los US$1.900 la onza troy, el oro nunca volvió a formar parte de las preferencias de los inversores. Habrá que echarle la culpa al superdólar o a la desaceleración en el crecimiento económico de China. Lo cierto es que la tendencia a la baja en el precio ha encontrado un piso de corto plazo en la zona de los US$1.200 que aún no podemos decir que sea firme.
En año 2014 el valor del metal precioso tuvo una caída de 1,5%. Pero en los primeros 4 meses y medio de 2015 el precio ha escalado 3,4%. Luego de dos años de salidas netas de capitales, ahora el dinero fluye este año hacia los fondos indexados ligados a los metales preciosos (ETFs). En este periodo la demanda para la producción de barras y monedas retrocedió 10% a 278,8 tn. La oferta retrocedió levemente a 1089,2 tn.
Podemos encontrar alguna explicación al mejor tono que presenta y de por qué ha regresado al máximo de los últimos tres meses. El aumento del precio en el metal podría estar en parte relacionado con el aumento de la incertidumbre en los mercados de acciones y bonos a nivel global.
La caída en el valor del dólar (versus el resto de las monedas) en el último mes y medio ha ayudado a valorizar al oro medido en dólares dada su correlación negativa. Pero la misma no es suficiente ni será una tendencia de ahora en más. Vemos el dólar más fuerte aún.
Los bonos de largo plazo, incluso de elevada calificación y bajo riesgo, han visto caer sus precios fuertemente en el último mes. Y son activos que los inversores buscan en ciertas condiciones de mercados.
Qué es lo que ocurrió entonces? Finalmente las expectativas de inflación se han movilizado. No las cifras actuales sino las esperadas.
Pero los mercados miran hacia adelante, y el temblor de los mercados de bonos por las mayores expectativas de inflación ha beneficiado al oro.
El mecanismo de transmisión es sencillo: una mayor expectativa de inflación desde un mínimo de muchos años en EE.UU. y Europa y otros países desarrollados a su vez incrementa la expectativa de un alza de tasas de interés por parte de los bancos centrales.
Creemos que en el corto plazo el oro podría llegar a valer US$1.280 por onza troy, aunque la tendencia de mediano plazo continúa siendo a la baja (US$1.131 en primer lugar para ir luego hacia los US$1.043).
Será difícil que sin inflación y sin miedo veamos una suba sustentable en el mediano plazo del oro. Se deberá verificar en los próximos meses mucho de lo que el mercado está esperando y, que aún no se dio; el resurgimiento de la inflación.