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El último Nuclear Security Summit: desde Praga a Washington
Jue, 31/03/2016 - 10:05

Rodrigo Álvarez

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Rodrigo Álvarez

Rodrigo Álvarez es Académico-Investigador Escuela de Periodismo de la Universidad Mayor, Coordinador e Investigador del Programa-Centro de Estudios Coreanos Chile de IDEA y Profesor de la Carrera de Periodismo de las Universidad de Santiago de Chile. Es Doctor en Estudios Latino Americanos, mención Relaciones Internacionales; Master of Arts en Economía Política Internacional por la Universidad de Tsukuba (Japón) y IVLP por el The United States Department of State Bureau of Educational and Culture Affairs. Además, es Periodista y Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Diego Portales (Chile). Es miembro del Nuclear Security Governance Expert Group (NSGEG), del Fissile material Working Gruop (FMWG) y de la Red de Seguridad de América Latina (Resdal).

Entre el 31 de Marzo y el 1 de Abril se realiza el 4° y último "Nuclear Security Summit". La iniciativa que fue lanzada en abril de 2009 con el famoso discurso de Praga realizado por el presidente Barack Obama, comenzó en 2010 cuando la primer reunión tuvo lugar, como lo hará esta última, en Washington, D.C. Luego vendría la reunión de 2012 en Seúl-Corea del Sur y la reunión de 2014 en la Haya- Holanda. 

Los objetivos de los "summit" han sido fundamentalmente dos: mejorar la seguridad de los materiales nucleares y fortalecer las instituciones internacionales que trabajan por la seguridad nuclear. Como sostienen los organizadores, el mundo requiere desarrollar una acción colectiva en relación a la cultura, las prácticas y los estándares sobre temas de seguridad nuclear.  

En 2010, participaron 47 países; además de la Unión Europea, la Agencia Internacional de Energía Atómica y las Naciones Unidas. En la ocasión, lo cual fue conocido como el "Plan de Trabajo de Washington", se apuntó a consolidar la importancia de la Convención Internacional para la Contención de Actos de Terrorismo Nuclear, de la Convención sobre Protección Física de Materia Nuclear y de la Resolución 1540 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

En 2012, el número de países alcanzó a los 53 y se sumó a las organizaciones internacionales la presencia de la Interpol. La actividad tuvo como resultado lo que se conoció como la "Comunicación de Seúl", en la que se analizó tres áreas centrales: medidas de cooperación para enfrentar la amenaza de terrorismo nuclear, protección de material nuclear y sobre la prevención del tráfico ilícito de materiales nucleares. Así, el foco se orientó a reducir el uso de Uranio Altamente Enriquecido, a la enmienda de 2005 de la Convención sobre Protección Física de Material Nuclear y al incremento en la sinergia entre "safety y security" nuclear. La actividad de 2014, con las dos reuniones que la precedieron, fue la instancia en la que se decidió avanzar en el ajuste de la arquitectura de seguridad nuclear global. 

Los resultados de estas actividades han sido importantes y de alta significación para la seguridad nuclear global: se ha removido 3.2 toneladas métricas de Uranio Altamente Enriquecido y Plutonio; se logró retirar Uranio Altamente Enriquecido desde doce países, entre ellos de Chile; se hizo renovación de la seguridad física de 32 instalaciones de almacenamiento de material fisionable y se instalaron 328 equipos de detección de material radioactivo que tienen como finalidad detener el tráfico ilegal de material radioactivo. 

Efectivamente, la iniciativa lanzada en Praga en 2009, conocida como Nuclear Security Summit, ha logrado metas importantes en seis años. Sin embargo, la tensión derivada de la seguridad nuclear será una variable permanente en el sistema internacional. Primero, desde la perspectiva de la energía nuclear con fines militares hoy se enfrentan los problemas de seguridad derivados del programa nuclear de Corea del Norte. Segundo, desde la perspectiva del uso pacífico de la energía nuclear, se debe seguir trabajando en la "securitización" de los materiales radioactivos y de las plantas nucleares. Desde esta perspectiva, nuestra región no está ajena. Brasil y Argentina son potencias nucleares y, como otros países de la región, Bolivia debería llegar a poseer una de los Centros de Investigación Nuclear más importantes de la región. Tercero, conectada con la anterior, la energía nuclear se instalará como una alternativa para ser parte de la matriz energética considerada limpia y amigable con el medio ambiente. En todos estos casos la seguridad del safety y seguridad nuclear son centrales.