La búsqueda de competitividad en la cadena de suministro que gestiona el comercio internacional está a punto de transformarse con la llegada de la tecnología blockchain para proveer un nuevo estándar en la industria, uno que permita regular la transaccionalidad reduciendo la intermediación, las barreras, los tiempos y los costos con un incremento de la velocidad, seguridad, confiabilidad y rentabilidad para las operaciones a lo largo de toda la cadena, conectando directamente hacia el cliente final. Blockchain está generando una verdadera revolución en el comercio internacional.
La introducción de contratos inteligentes ("smart contracts") para las transacciones y los mecanismos de encriptación de los documentos clave del proceso de importaciones y exportaciones, así como los manifiestos de carga permitiría la configuración de los actuales actores (compradores, vendedores, agentes de aduana, bancos intermediarios, empresas calificadoras y supervisoras, reguladores, oficinas de impuestos, etc.) como nodos de una red Blockchain que puede configurarse para hacer transacciones transparentes con la máxima eficiencia generando como consecuencia una reducción global en el costo de las mercancías producto de la eliminación de trámites, la reducción del tiempo del ciclo y la eliminación de la intermediación innecesaria minimizado la posibilidad del error humano y llegado incluso a desfasar el uso de los actuales Incoterms que han sustentado tradicionalmente los fundamentos conocidos del comercio internacional.
Desde el punto de vista tecnológico, se trata de convertir a los participantes en nodos de una única blockchain a la cual los actores estén registrados. Así, las transacciones se acuerdan por medio de smart contracts auditables para reducir el proceso regulatorio público y privado de trámites, y asegurar la inviolabilidad de los manifiestos y documentación por medio de mecanismos de encriptación que la propia tecnología blockchain facilita. Se logra de este modo una trazabilidad apropiada para los activos en circulación, ya que las transacciones pueden hacerse de inmediato e incluso de forma automática cuando sea necesario y puede programarse con la mayor transparencia para el regulador y las compañías agentes que participan del sistema. El resultado reduce totalmente la intermediación innecesaria, acelera el proceso reduciendo los tiempos de transacción, reduce el riesgo de fraude y garantiza una mayor eficiencia con menores costos para el sistema, logrando un mayor beneficio para todo el mercado que participa del proceso.
Al 2018, el proceso de introducción de blockchain ha tenido ya experiencias exitosas como las desarrolladas a nivel piloto por Maersk, UBS e IBM, y la introducción de plataformas como "We Trade", "Wave" o "Batavia" desde 2017, incorporando una red de bancos vinculados que han permitido lograr una significativa reducción de tiempos, desde semanas a tan solo unas pocas horas en la transaccionalidad, calculándose que la adopción de esta tecnología podría reducir los costos del sistema global de comercio internacional en un 60% a 65%, lo que generaría mayor competitividad para toda la industria.
A esto se suma que el contexto tecnológico de blockchain, en su desarrollo más extendido, las criptofinanzas, permite hoy más que nunca colocar las bases para la adopción de una posible nueva criptomoneda privada regulada y consensuada por los países miembros de la OMC, basada en la milla marina o la combinación milla marina-tonelada transportada, que pueda ser usada de manera común y masiva para normalizar el movimiento económico del comercio internacional, generando una transformación en la manera cómo se hacen negocios a nivel global. Una nueva experiencia de comercio internacional eficiente, transparente y justa, para lograr mayor competitividad a los mercados mundiales.