El auto eléctrico no es nuevo. Es más, algunos se sorprenderán al saber que es hasta incluso más antiguo que el auto de cuatro tiempos de Diesel (motor diésel) y Otto (nafta) que sirvieron de base para el auto actual. Los primeros automóviles que se desarrollaron fueron los eléctricos, y no al revés: entre 1832 y 1839 el empresario escocés Robert Anderson inventó el primer vehículo eléctrico puro y un profesor de los Países Bajos diseñó y construyó vehículos eléctricos a escala reducida en 1835.
Francia y Gran Bretaña fueron los primeros países que apoyaron el desarrollo generalizado de vehículos eléctricos, siendo un inventor francés el que mostró por primera vez un automóvil de tres ruedas en la feria de la Electricidad de París y los 100 km/h se quebraron en 1899. En los Estados Unidos los automóviles eléctricos desarrollados por Anthony Electric, Baker, Detroit, Edison y Studebaker, entre otros, a principios del siglo XX tuvieron un éxito comercial limitado debido a las limitaciones tecnológicas y la baja velocidad máxima.
El primer vehículo eléctrico moderno lanzado en los EE.UU. y producido a escala por uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo fue el General Motors EV1 en 1996. Solo se podía adquirir como leasing. Hasta el año 1999 se fabricaron 1117 unidades con baterías de plomo y ácido (muy contaminantes), aunque hubo algunas variantes posteriores con baterías Níquel/Cadmio (NiMh) y Níquel/ Hidruro Metálico (NiMh), estas últimas de mayor duración. Su producción fue un fracaso: se interrumpió en 1999, y todos los vehículos en uso fueron retirados del mercado entre 2003 y 2004. Los que no fueron destruidos fueron donados a museos: no era rentable y representaba potenciales pérdidas por el aumento en las ventas de repuestos (forzadas por las regulaciones del gobierno que obligaban a disponer de repuestos durante un número de años). Partía de la base de leyes estatales en California y en Arizona que obligaban a los fabricantes a sacar un porcentaje de unidades libres de emisiones tóxicas. Estas leyes fueron modificadas a pedido de las propias automotrices que contaron con el apoyo del lobby de las petroleras.
El EV1 fue el precursor del Chevrolet Bolt, que hoy es uno de los tantos modelos híbridos que se puede conseguir, que han resurgido después de un impasse. Pero la nota la está dando Tesla (TSLA) en los EE.UU., quizás la empresa más innovadora en la materia que jamás hubo. Aún pierde dinero pero al cierre de esta nota su valor de mercado supera los 33.000 millones de dólares. La clave del éxito de esta empresa y su producto fue una mayor autonomía de las baterías de los autos, que además se concentran en los avances en las baterías de Litio en lugar de Níquel/Cadmio lo que, a su vez, permite una caída en el precio eléctrico.
El desarrollo de una vasta red de estaciones de recarga es clave para permitir realizar viajes más largos y no solamente intra urbanos, una obsesión para Elon Musk, el dueño de Tesla que ahora fusionará sus negocios de autos eléctricos con la empresa de energía solar para hogares más grande de los EE.UU. de la cual es accionista: Solarcity.
Los autos eléctricos volvieron para quedarse. Es cierto que la caída del precio del petróleo del 2008 y 2011 en adelante le resta atractivo a todos los avances, pero el mercado está lentamente volviendo a la normalidad después de años de exceso de oferta de la materia prima.
En algunos países ya es un hecho, como en Noruega en donde el 30% de la flota es eléctrica y será 100% en unos años. En otros se preparan para eso: en Dinamarca para el 2025 no se producirán más autos a nafta, y en Alemania lo mismo pero para el 2030.
Con 200 millones de vehículos eléctricos actualmente, China es y será el epicentro de este movimiento en los años futuros junto a India. Ya triplicó la producción de baterías de Litio en 2015. Además, China por sí sola se fijó un objetivo de 5 millones de vehículos con energías renovables para el año 2020 y una vasta red de estaciones de recarga. El objetivo de India es aún más ambicioso: alcanzar los millones de vehículos eléctricos para el mismo año, y electrificar toda la flota para el 2030.
Es una historia de altas tasas de crecimiento: para dar algunas cifras, las ventas de autos eléctricos e híbridos crecieron al 50% en 2014 y 2015. En China solamente el crecimiento fue de 223% y se estima para el año 2016 que creció hasta mayo 48%, con un objetivo de ventas de 800.000 autos para todo el año.
En los próximos dos años se esperan 25 nuevos modelos de autos eléctricos. La compañía china Byd (OTC: BYDDF) y Tesla (TSLA) lideran las ventas globales y son empresas exclusivamente de vehículos eléctricos. Pero muchas otras empresas producen uno o varios modelos: Ford (F) tiene un presupuesto de 4.500 millones de dólares para agregar 13 nuevos modelos eléctricos y electrificar el 40% de su flota de vehículos en 2020. Audi planea introducir nuevos modelos cada año a partir del año 2018. General Motors (GM) produce el Bolt y Nissan (OTC:NSANY) el Leaf, Toyota (TM) el Prius y Mitsubishi (OTC:MSBHY) el Highlander, entre otros. Daimler Mercedes Benz afirmó que los autos con baterías eléctricas estarán listos para recorrer 500 kilómetros en poco tiempo más con recargas de solamente 5 minutos y ser más veloces que cualquier otro automóvil que opere con gasolina en 5 años.
Nadie se quiere quedar afuera: Apple trabaja en su propio proyecto llamado Titán que vería la luz en el 2020. La china Foxconn (OTC:FXCOF), que produce los iPhones, también se anotó para producir un vehículo eléctrico muy barato por unos US$15.000.
En el mundo de las tecnológicas, hay que sumar proyectos de envergadura tales como las ya reconocidas pruebas efectuadas por Google de autos son chofer auto conducidos, que posiblemente el día de mañana sean eléctricos.
¿Está preparado el inversor para este escenario?. Hoy las empresas que producen solo autos eléctricos no ganan plata todavía. Pero la demanda crece a pasos agigantados: en 2025 el 25% de los autos serán eléctricos en el mundo, lo que implicará un crecimiento de la demanda de baterías de Litio-Ion en más de once veces para esa misma fecha. De acá al 2021 la demanda de autos eléctricos podría crecer a razón de 31% anual según Macquarie Bank.
Tesla sueña con triplicar la producción de baterías de su "Gigafactory” a 105 GWh en células y 150 GWh en packs de baterías, es decir, tres veces la actual producción mundial de baterías de Litio-Ion. Muchas de ellas irán al mercado domiciliario: proveer de energía eléctrica a una casa a razón de 30kwh/día costará unos 1,20 dólares diarios en 2020 debido a la proliferación de las baterías que acumularán más energía en los hogares.
El precio del litio ya acusa el impacto: en los últimos seis meses pasó de US$6.000 la tonelada a US$18.000, porque se agrega la demanda de utilitarios, ómnibus y bicicletas. Ya hay doce mega fábricas de baterías para inaugurarse o ampliarse de aquí al año 2020, según Benchmark Mineral Intelligence (siete de ellas en China). La tendencia continuará.
Existe un ETF que agrupa a empresas mineras (Global X Lithium ETF “LIT”), aunque es una exposición muy imperfecto a su evolución por no hay empresas dedicadas nada más que a la extracción de ese mineral.
Pero a pesar del alza del precio del litio por la demanda, los autos serán más masivos y baratos: en el 2020 bajarán a 30.000 dólares en promedio y para el 2022 y a 20.000 dólares (Seba Forecast). El menor precio de las baterías y la mayor autonomía de los autos debido a la mayor capacidad de almacenaje son factores clave.