En una nota para los ministros de finanzas del G20 y los gobernadores de los bancos centrales, Christine Lagarde dijo que imponer impuestos a todo el comercio entre EE.UU. y China, provocaría la evaporación de unos US$455.000 millones en producto interno bruto.
Washington. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, mencionó este miércoles en un blog las "crecientes preocupaciones" por el impacto de las actuales tensiones comerciales sobre el crecimiento global, e instó a eliminar las barreras comerciales existentes y a moderarse en el establecimiento de nuevas barreras.
En un artículo titulado "Cómo ayudar, no obstaculizar el crecimiento global", Lagarde subrayó las tensiones comerciales globales actuales y dijo que cada vez cobran mayor relevancia.
"Lo más importante es que hay preocupaciones crecientes por el impacto de las actuales tensiones comerciales", dijo la jefa del FMI, quien añadió que los aranceles más recientes entre Estados Unidos y China implican el riesgo de reducir aún más la inversión, la productividad y el crecimiento.
Los aranceles que la administración Trump amenazó con imponer recientemente a todas las importaciones mexicanas "también son una preocupación", declaró.
Lagarde describió los impactos negativos de estas tensiones comerciales sobre el crecimiento global como "heridas autoinfligidas" y dijo que deben ser evitados "eliminando las barreras comerciales implementadas recientemente y evitando más barreras en cualquier forma".
El FMI calcula que el incremento de 10% a 25% en aranceles adicionales sobre productos chinos vendidos en Estados Unidos con valor de US$200.000 millones, junto con los aranceles "previstos" del 25% a partir de mayo sobre productos chinos por cerca de US$267.000 millones, pueden restar 0,3% al producto interno bruto (PIB) mundial en 2020, según Lagarde.
Las alzas arancelarias fueron anunciadas por la administración Trump en mayo para agravar de forma unilateral las fricciones en medio de las conversaciones comerciales entre Washington y Beijing.
Los aranceles que Estados Unidos y China han impuesto el uno al otro en estos dos años podrían reducir el PIB mundial en 0,5% en 2020, dijo Lagarde.
Lagarde añadió que la reducción asciende a una pérdida de unos US$455.000 millones, cifra "mayor que el tamaño de la economía de Sudáfrica".
Las medidas proteccionistas, además de perjudicar el crecimiento y los empleos, también vuelve menos asequibles los bienes de consumo comercializables y daña de forma desproporcionada a las familias de bajos ingresos, indicó Lagarde.
Además de las tensiones comerciales, Lagarde también planteó la cuestión de si el repunte en el crecimiento mundial que el FMI pronosticó en su edición de abril del "Panorama Económico Mundial" ocurrirá como se espera.
La directora gerente mencionó varios "obstáculos significativos" que impiden acelerar el crecimiento mundial, incluyendo la incertidumbre en el constante crecimiento de las economías avanzadas luego del impulso del primer trimestre y la posibilidad de un fracaso o demora en la materialización de las mejoras anticipadas en las economías estresadas.
Además, el efecto de una posible falta de acuerdo en el "brexit" y una evidente depresión de la actividad económica como resultado del reciente incremento del precio del petróleo también fueron citados por Lagarde como "interrogantes sobre el repunte esperado del crecimiento".
Por otra parte, los niveles de deuda corporativa como ejemplo de vulnerabilidades subyacentes de la economía mundial y las decepcionantes perspectivas de crecimiento a mediano plazo que enfrentan muchas economías también podrían ensombrecer la imagen de crecimiento, según Lagarde.
Antes de la reunión de esta semana de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 en Fukuoka, Japón, Lagarde pidió a los responsables políticos trabajar en asociación para "ayudar, no obstaculizar la recuperación esperada en el crecimiento".
Específicamente, la jefa del FMI propuso que el mecanismo del G20 resuelva las actuales tensiones comerciales y acelere la modernización del sistema comercial internacional, para así hacerlo más abierto, más estable y más transparente.
También pidió lograr un crecimiento resiliente e inclusivo calibrando políticas fiscales equilibradas, abordando las dislocaciones causadas por el comercio y la innovación tecnológica y emprendiendo las reformas estructurales que, si se implementan de forma integral, se espera que impulsen el PIB de los miembros del G20 en 4% en el largo plazo.
Por último, aunque no por ello menos importante, se necesita una coordinación de políticas transfronterizas si el crecimiento se debilita, dijo Lagarde. "Nuestra simulación a la baja muestra que, si todos los países actúan decisivamente para estimular su propio crecimiento, los efectos de derrame positivo refuerzan a los demás".