La expectativa tras la ronda de negociaciones es que se pueda cerrar el acuerdo a finales de este año, como planea el presidente. El próximo mes debería celebrarse una nueva reunión para intentar resolver las cuestiones pendientes.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva dijo este miércoles que es optimista sobre la implementación del acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur, y agregó que Brasil quiere completar su firma para negociar otros acuerdos.
Lula informó que le había dicho el martes a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que Brasil está listo para firmar y que ahora la responsabilidad recae enteramente en la Unión Europea.
"Estamos listos para cerrar el acuerdo, e incluso le dije: 'si te preparas, podemos firmarlo durante la reunión del G20'. O, quién sabe, incluso en una reunión con champán en la sede de la Unión Europea. Estamos listos y creo que el acuerdo se alcanzará y necesitamos que se alcance el acuerdo, porque tenemos muchos otros acuerdos que hacer", dijo Lula en una conferencia de prensa después de participar en la Asamblea General de la ONU esta semana, en Nueva York. .
A principios de este mes, las delegaciones reanudaron las negociaciones cara a cara sobre el acuerdo por primera vez desde abril.
Fuentes entrevistadas por Reuters en ese momento destacaron que había habido avances significativos, especialmente en temas considerados más difíciles para los sudamericanos, en las áreas ambiental y de adquisiciones gubernamentales.
La expectativa tras la ronda de negociaciones es que se pueda cerrar el acuerdo a finales de este año, como planea el presidente. El próximo mes debería celebrarse una nueva reunión para intentar resolver las cuestiones pendientes.
Un grupo de 11 países de la UE pidió, en una carta a Van der Leyen, una rápida conclusión del acuerdo, que dura ya 25 años.
"Es urgente garantizar los avances logrados hasta ahora y concluir las negociaciones. Creemos que están presentes todos los elementos para permitir una rápida conclusión de las negociaciones a finales de 2024", dice el documento firmado por los primeros ministros de Alemania. España, Portugal, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Croacia, Estonia, Letonia, Luxemburgo y República Checa.
Una de las dificultades en las que han estado trabajando los negociadores es el impacto de la ley antideforestación de la Unión Europea, que entrará en vigor en diciembre. Las restricciones impuestas a la importación de productos que puedan provenir de áreas deforestadas afectan directamente a Brasil. Han sido objeto de denuncias por parte del gobierno brasileño.
Uno de los temores es que la ley acabe afectando las cuotas de importación de la UE en sectores como la carne de vacuno, el cacao, el café, la soja, el aceite de palma, la madera, el caucho, el cuero, los muebles y la celulosa.
A principios de este mes, el gobierno brasileño envió una carta al comando de la UE pidiendo que se pospusiera la implementación de la ley. Entre las acusaciones está que tuvo problemas para ser interpretado y cumplido, además de interferir en la soberanía de otros países.
Todavía no hay una respuesta concreta, pero unos días después, el primer ministro alemán, Olaf Scholz, también pidió posponer la implementación hasta julio de 2025, alegando que aún es necesario aclarar puntos clave del texto y que las empresas deben prepararse.
