
El país norteamericano y la comunidad impondrán también tarifas a productos estadounidenses.
Canadá impondrá 29.800 millones de dólares canadienses en aranceles de represalia a Estados Unidos a partir del jueves por la mañana en respuesta a los gravámenes sobre el acero y el aluminio del presidente estadounidense Donald Trump, dijo el ministro de Finanzas canadiense, Dominic LeBlanc.
El aumento de los aranceles de Trump a las importaciones de acero y aluminio entró en vigor este miércoles al expirar las exenciones previas, las cuotas libres de impuestos y las exclusiones de productos, y mientras cobra fuerza su campaña para reordenar las normas comerciales mundiales a favor de Estados Unidos.
Canadá es el mayor proveedor extranjero de acero y aluminio de Estados Unidos.
Las represalias de Canadá afectarán a productos siderúrgicos por valor de 12.600 millones de dólares canadienses y a productos de aluminio por valor de 3.000 millones, así como a otros productos estadounidenses importados por valor de 14.200 millones, lo que supone un total de 29.800 millones.
Entre los productos afectados por los contraaranceles de Canadá figuran computadores, material deportivo y productos de hierro fundido, dijo LeBlanc en una conferencia de prensa.
La escalada de la guerra comercial entre Estados Unidos y Canadá se produce en un momento en que el primer ministro, Justin Trudeau, se prepara para traspasar el poder esta semana a su sucesor, Mark Carney, que ganó la carrera por el liderazgo de los liberales gobernantes el domingo.
El lunes, Carney dijo que no podía hablar con Trump hasta que jurara su cargo como primer ministro. Trump volvió a decir en las redes sociales que quiere que Canadá "se convierta en nuestro querido estado número 51".
LA RESPUESTA DE LA UE
La Unión Europea impondrá a partir del próximo mes de abril aranceles por valor de hasta 26.000 millones de euros a una amplia gama de productos procedentes de Estados Unidos en respuesta a los aranceles "injustificados" del 25% que la nueva Administración de Donald Trump a las importaciones de acero y aluminio europeo.
El Ejecutivo comunitario "lamenta la decisión de Estados Unidos de imponer tales aranceles, que son injustificados y perjudiciales para el comercio transatlántico, dañinos para las empresas y consumidores y que a menudo resultan en precios más altos", resumen los servicios comunitarios en la primera respuesta a Washington.
Así las cosas, Bruselas reactivará los aranceles que impuso en anteriores crisis comerciales de 2018 y 2020 para responder a los daños por valor de 8.000 millones a producciones europeas y pondrá en marcha un nuevo paquete en respuesta a las nuevas tasas estadounidenses que afectan a más de 18.000 millones de euros de contingentes europeos.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dejado claro que la UE "lamenta profundamente" las medidas de Estados Unidos porque los aranceles "son unos impuestos" y en un contexto de tantas "incertidumbres geopolíticas y económicas" este tipo de medidas sólo pueden dañar la economía.
Bruselas estima en unos 28.000 millones de dólares el impacto de los aranceles estadounidenses sobre el acero, el aluminio y productos derivados europeos, por lo que responde con tasas a las importaciones de una variada gama de productos estadounidenses que va desde alimentos hasta marcas emblemáticas como el whiskey Bourbon o las motocicletas Harley-Davidson.
Fuentes comunitarias explican que, a diferencia, de las ocasiones anteriores, esta vez Estados Unidos incluye productos derivados del aluminio lo que amplía enormemente el ámbito de impacto y podrán darse casos en los que se vean afectadas industrias europeas cuyas piezas de aluminio gravadas proceden en realidad de Estados Unidos.
El bloque europeo no descarta que el caso llegue a la Organización Mundial del Comercio (OMC) o que Bruselas recurra a otros instrumentos de represalia como el mecanismo contra injerencias extranjeras, pero las fuentes consultadas insisten de momento en el paquete anunciado para "mostrar la determinación" de los 27, aunque apuntan que "todas las opciones están sobre la mesa".
De este modo, los expertos esperan "golpear donde más duele" en la economía estadounidense y explican que el umbral de productos listados por la UE apuntan sectores que puedan ser emblemáticos para los norteamericanos pero tengan un menor coste para los europeos.