La renovación del acuerdo comercial por otros seis años podría rebasar en 2026 si el próximo presidente estadounidense decide tomar el tema como moneda de cambio para negociar otros asuntos, planteó Fernando de Mateo.
Con Donald Trump de vuelta en la presidencia de Estados Unidos, la renovación y extensión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) corre el riesgo de irse más allá de 2026.
Esto porque el gobierno del republicano podría utilizar el tema como moneda de cambio para obtener más concesiones de sus socios, incluso más allá de lo comercial, opina Fernando de Mateo, exnegociador mexicano del capítulo de servicios del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), antecesor del T-MEC.
“A Estados Unidos no le va a interesar tener un acuerdo (en 2026), porque a Trump lo que le interesa es mantener un punto de presión para negociar los demás temas, como migración y el tráfico de fentanilo”, dijo en entrevista el también exembajador de México ante la Organización Mundial del Comercio y actual profesor investigador del Colegio de México.
Uno de los cambios del T-MEC respecto del antiguo TLCAN es su mecanismo de renovación, que marca que las partes se comprometen a revisar el acuerdo en el sexto aniversario de su entrada en vigor. Ese aniversario corresponde a 2026, dado que entró en vigor en julio de 2020.
Si en dicha revisión se decide no renovar una extensión, el T-MEC seguiría vigente otros 10 años (hasta 2036), pero si deciden renovarlo, la vigencia se extenderá otros seis años adicionales, a un total de 16 años.
Pero además, si una de las partes no confirma su deseo de prorrogar la vigencia del acuerdo por otro periodo de 16 años, las partes llevarán a cabo una revisión conjunta del acuerdo cada año.
“¿Qué es lo que puede ocurrir? Que cada año nos vamos a volver a reunir y cada año se va a aplazar (la extensión del acuerdo). Y así nos podríamos ir por 10 años hasta 2036 y un poquito antes de que se termine el plazo renovar el acuerdo”, explicó De Mateo.
Este sería un escenario poco deseable, sobre todo para México, pues mantener en vilo la extensión del tratado año con año restaría atractivo para las inversiones, ante la incertidumbre de que el acuerdo siguiese teniendo futuro.
“Cada año que pasara, México tendría un problema mayor con sus exportaciones y la inversión necesaria para mantener esas exportaciones”, explicó.
En estos términos, el desafío para México será mayúsculo ya que nuestro país será, previsiblemente, la parte más interesada en que la extensión del acuerdo se pacte rápidamente.
“Van a pedir el oro y el moro y además, si uno lo entrega, entonces van a pedir más”, vaticinó De Mateo, quien, sin embargo, mostró su confianza en la capacidad del equipo negociador mexicano, que estará encabezado por el secretario de Economía Marcelo Ebrard, con el apoyo de los subsecretarios Luis Rosendo Gutiérrez y Vidal Llerenas.
LECCIONES DEL TLCAN
Algunas reflexiones sobre estos retos y sobre los aprendizajes que dejó la negociación del TLCAN, serán abordados este martes en el Seminario “A 30 Años del TLCAN y el futuro de la integración en América del Norte”, a celebrarse en El Colegio de México y coordinado por Fernando de Mateo y Gustavo Vega.
El evento contará con la participación de miembros de los equipos negociadores del TLCAN, como Jaime Serra, extitular de la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial del Gobierno de México; el embajador John Weekes, quien fue el jefe negociador de Canadá para el TLCAN; el embajador Rufus Yerxa, representante comercial adjunto del gobierno de Estados Unidos durante la negociación del TLCAN.
Así como Jaime Zabludovsky, coordinador de la Delegación mexicana para el TLCAN; Luis de la Calle, exsubsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Economía del Gobierno de México; o el embajador Jonathan Fried, como abogado general del equipo canadiense durante la negociación del TLCAN.