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Latinoamérica crece en líneas separadas: economías más grandes se desaceleran y países andinos se recuperan en 2024
Miércoles, Julio 10, 2024 - 18:30
Fuente: Agencia Andina y Reuters (Fotocomposición)

Las proyecciones macroeconómicas del Citigroup al cierre del primer semestre de 2024 predicen que Colombia superará su recesión y Perú mantendrá la estabilidad monetaria, pese a la permanencia de su crisis política.

Una vez transcurrido el primer semestre de 2024, ha pasado el tiempo suficiente para sacar conclusiones sobre el desempeño de las economías latinoamericanas y vaticinar proyecciones iniciales para 2025. Conviene recordar que hay varios factores en juego: las políticas públicas, el precio de recursos naturales o las decisiones que tomen las potencias mundiales.

Estos son los ingredientes que conforman el análisis trimestral de proyecciones macroeconómicas expuesto por Ernesto Revilla, economista jefe del Citigroup para Latinoamérica. En primer lugar, hay una perspectiva relativamente optimista en torno al panorama global. Dicho de otro modo, actores de peso como Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y China seguirán experimentando crecimiento económico, pero en menor nivel. Revilla define a este fenómeno como un “aterrizaje suave”.

Bajo esta consigna, según Citigroup, el PIB estadounidense pasaría de crecer 2,5% en 2023 a un 1,5% al año siguiente. Esta caída en la curva de crecimiento no implica una recesión, sino una normalización del alza post-pandemia y del efecto de las altas tasas de interés que ya empiezan a reflejarse en un “suavizamiento” de la actividad económica. En una línea similar, después de experimentar una subida del PIB superior al 1% en 2023, la Unión Europea sólo crecería un 0,7% este año.

Mientras tanto, el PIB chino registrará tasas de crecimiento cercanas al 5% en 2024 y al siguiente, descenderá al 4,6%. Aparentemente, el dragón asiático afronta cifras mejores que sus rivales occidentales, pero en realidad, este es un balance modesto en comparación al crecimiento promedio de 10% que se experimentó en las últimas tres décadas.

¿QUÉ LE DEPARA A AMÉRICA LATINA?

Por otro lado, América Latina seguirá una tendencia similar: si para 2023, la región creció un 2,5%, en 2024, se vería un ligero descenso hasta alcanzar el 2,2%. “Las economías más grandes, particularmente Brasil y México, son las que están arrastrando este crecimiento hacia abajo, porque estas economías tuvieron un muy buen 2023, entonces van a crecer menos en este año”, aclara Revilla.

Sin embargo, no todos los casos deben ser medidos por la misma vara. Por ejemplo, las naciones andinas como Perú, Chile y Colombia, que afrontaron procesos de recesión o estancamiento económico en 2023, mostrarán mejores resultados en el año actual. 

Ahora bien, todos los países latinoamericanos se verán afectados en mayor o menor medida por un riesgo externo: las decisiones de la Reserva Federal de EE.UU (Fed). Para ser específicos, esto conlleva el futuro de las tasas de interés externas. Por su parte, el Citigroup predice que la desaceleración de la economía estadounidense en la segunda mitad de 2024 será un factor importante en el accionar de la Fed. 

“La economía de Estados Unidos se mantenía con mucha resiliencia y sobre todo, con una fortaleza muy importante del consumo. Pero el efecto de la elevada inflación y las altas tasas de interés han ocasionado que el consumo de bienes se termine desacelerando”, sostiene Revilla. 

A pesar que el consumo de servicios se mantiene fuerte y es uno de los pilares de la economía estadounidense, un crecimiento más lento del PIB ha comenzado a hacer mella en el mercado laboral: en los últimos meses, han empezado a crecer la solicitudes para seguros de desempleo. Si añadimos el hecho que la inflación de EE.UU. se acerca a la meta de la Fed, se sientan las bases para que la Reserva plantee un recorte adicional de las tasas de interés. Algo que sería beneficioso para América Latina, de acuerdo a Revilla.

“El mercado espera un poco menos de dos recortes de la Fed en esta segunda mitad del año y nosotros en Citi, somos más optimistas que se pueda recortar más que eso. Esperamos tres recortes de 25 puntos base en la segunda mitad del año. Si la Fed baja tres veces, de septiembre a diciembre, 75 puntos base para llevar la tasa de interés de 5,5 a 4,75, es una buena noticia para nuestro pronóstico regional”, explica.

Finalmente, los precios de materias primas clave como el oro y cobre seguirán una tendencia al alza en el periodo restante de 2024 y en 2025. Por su parte, el petróleo experimentará una tendencia decreciente, pero será una caída gradual, que permitiría tomar precauciones a los países productores de crudo. 

“Vemos que los precios de commodities se van a mantener en niveles que le van a dar soporte a las economías de América Latina, y no nos preocupan mucho desde un punto de vista inflacionario”, anota Revilla.

LOS CASOS DE PERÚ Y COLOMBIA

A diferencia de 2023, el Citigroup proyecta que el riesgo político para los mercados será menor para el fin de este año. Por ejemplo, en Colombia, si bien el gobierno de Gustavo Petro ha impulsado un ambicioso programa de reformas estructurales, su impopularidad y la oposición parlamentaria han frenado cualquier tentativa de desequilibrio fiscal. 

Pese a que la economía colombiana afrontó una “pequeña recesión técnica” en 2023, que se manifestó en un tenue crecimiento del 0,6%, se prevé que 2024 cierre con un alza del 1,5% y 2025, con 2,6%. No obstante, los precios elevados todavía se mantienen como reto pendiente para las finanzas del país cafetero.

“Como la inflación se mantiene por arriba del 7%, esto ha provocado que el Banco de la República haya sido más cuidadoso en la reducción de sus tasas de interés y por ende, nosotros proyectamos que la inflación tendrá una trayectoria descendente en la segunda mitad de 2024”, apunta Revilla.

Por otra parte, el Citigroup expone a Perú como un caso único: hay una dicotomía entre la trayectoria económica y política del país. Por un lado, se cuenta con una moneda estable, y por el otro, un Estado encabezado por una presidenta muy impopular, así como un Congreso fragmentado y empeñado en retener el poder hasta las elecciones de 2026. Aun así, las proyecciones económicas son alentadoras.

“Después de que el PIB se haya contraído 0,6% el año anterior, ahora estimamos un crecimiento en Perú del 2,4% para este año, que puede subir al 2,9% en el siguiente. Además, estamos viendo una recuperación que ya empieza a ser más evidente en los datos que tenemos del primer trimestre y lo que alcanzamos a ver del segundo trimestre”, asegura el representante del Citigroup.

Aunque en realidad, el aspecto más llamativo de la solidez económica de Perú es su baja inflación. Se alcanzó un pico del 3,2% anual en 2023, que descendería a 2,4% en 2024. Revilla destaca que esto se debe a la gestión independiente del Banco Central peruano, que solo reduce las tasas de interés de manera escalonada y prudente. 

“Hubo una discusión entre inversionistas externos sobre los comentarios de Julio Velarde, el presidente del BCR de Perú, acerca de qué tanto puede estar por debajo la tasa de interés en Perú con respecto a Estados Unidos. Y me parece que ha hecho bien en mencionar acertadamente que puede reducir las tasas en alguna medida, pero no de manera excesiva”, afirmó el ponente.

Cuando se le preguntó por la posibilidad de que la inestabilidad política, así como la disposición del Congreso peruano a cooptar instituciones y elevar el gasto público amenazan la estabilidad monetaria, Revilla se mostró optimista. 

“Si sumamos la fortaleza del Banco Central con los fundamentos macroeconómicos de Perú que tiene un grado de inversión con un nivel de deuda relativamente bajo y buenas reservas internacionales, la verdad es que no vemos riesgos en el pronóstico inflacionario durante el resto de la administración de la presidenta Boluarte, a pesar del ruido político”, declaró el economista mexicano para AméricaEconomía

Eso sí, Revilla reconoce que la política ya ha “contaminado” la economía peruana en ciertos aspectos como la pérdida de la confianza para invertir en el país. Posteriormente, el vocero del Citigroup elogió la eventual inauguración del Megapuerto de Chancay en noviembre de 2024 como una oportunidad para que Perú incremente su actividad económica en el corto y mediano plazo.

Autores

Sergio Herrera Deza