La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, y la Representante Comercial de los Estados Unidos, embajadora Katherine Tai se reunieron con el objetivo de dialogar respecto al nuevo decreto sobre las importaciones maíz transgénico.
El desacuerdo de Estados Unidos con México sobre su plan para limitar las importaciones de maíz transgénico carece de fundamentos comerciales y, en cambio, tiene una motivación "política", dijo este lunes la Secretaría de Economía en un comunicado.
Estados Unidos ha dicho que podría considerar acudir a un panel de disputa comercial bajo el tratado de libre comercio, T-MEC, si no logra una resolución favorable a la disputa en torno al plan de México, que prohibiría el maíz genéticamente modificado para consumo humano.
REUNIÓN CON KATHERINE TAI
El pasado 24 de febrero la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, y la Representante Comercial de los Estados Unidos, embajadora Katherine Tai, sostuvieron una reunión virtual con el objetivo de dialogar respecto al nuevo decreto sobre maíz, publicado el 13 de febrero de 2023.
Buenrostro destacó que el nuevo decreto va en sintonía con la política pública. México es centro de origen de maíz y a través de este instrumento se busca garantizar la biodiversidad y conservar las 64 razas de maíz nativo, arguyó.
El decreto tiene como objetivos:
1) Que la tortilla siga elaborándose con maíz nativo.
2) Que México incremente su producción de maíz con semillas nativas, asegurando así la conservación de su biodiversidad, lo cual ya ocurre, es decir, no modifica el estado de cosas.
La titular de Economía precisó que el decreto no tiene un impacto comercial, ya que México produce mucho más maíz del que requiere para la masa y la tortilla, mientras que el maíz que se importa de Estados Unidos, sea blanco o amarillo, es complementario y se destina a la industria y a la alimentación de animales. Recalcó que incluso en los últimos años ha incrementado el volumen de importaciones norteamericanas de maíz.
"El diferendo de Estados Unidos sobre el decreto que regula el maíz transgénico carece de fundamentos comerciales. Su motivación, en realidad, es política. Como lo reconociera públicamente el propio secretario de Agricultura estadounidense, Tom Vilsack, se trata de una cuestión de principios", se lee en el comunicado de la SE.
La posición de México en torno al maíz transgénico, agregó Buenrostro, es compatible con los compromisos suscritos en el T-MEC, destacando que toda restricción sanitaria al comercio tiene que estar basada en evidencia científica, tal como expresamente se señala en el decreto
Estados Unidos deberá presentar pruebas
Si Estados Unidos quisiera llevar el diferendo a un panel de disputa, "tendría que demostrar cuantitativamente, es decir, poner en cifras, algo que no ha ocurrido, que el decreto del maíz afecta comercialmente a sus importaciones", dijo la SE.
La embajadora Tai y la secretaria Buenrostro acordaron continuar con un diálogo transparente y franco que fortalezca los compromisos en el marco del T-MEC, así como proseguir los trabajos técnicos que permitan fortalecer la certidumbre de los productores y consumidores de México y Estados Unidos.
Desde hace varios años, a nivel mundial se libra un debate sobre la inocuidad y seguridad de los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). La ciencia, los litigios judiciales, la opinión pública y la política han sido los campos en los que han confluido las diversas posiciones sobre el tema.