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Desigualdad de género en el área de seguridad de la información
Mar, 18/09/2018 - 11:34

Gina Van Dijk

Cuando falta ritmo entre la era digital y el profesional de Seguridad de la Información
Gina Van Dijk

Gina Van Dijk es directora regional de (ISC)² América Latina .

Las proyecciones para el 2022 indican que el mercado mundial tendrá un déficit de 1 millón 800 mil profesionales de seguridad de la información y, de ese total, América Latina tendrá 185 mil vacantes a ser cubiertas por profesionales capacitados. Una de las soluciones para reducir este desfase profesional del sector reside, sin duda, en la concienciación de que tanto hombres como mujeres están en situación de igualdad en lo concerniente a competencias y habilidades.

Pese a los constantes esfuerzos de las organizaciones del sector para promover la igualdad de género, todavía existen grandes brechas entre hombres y mujeres relacionadas con aspectos como la representatividad, la distinción en el trato, la diferencia en los cargos ocupados y la disparidad salarial. Así, garantizar la igualdad de género en los ambientes profesionales es un desafío en cualquier mercado, pero es especialmente en el área de seguridad de la información donde las diferencias registradas en el trato dado a los dos sexos son significativas.

Si bien las mujeres representan la mayoría de la población mundial y estén mejor preparadas que los hombres, en términos de educación formal, ellas aún son minoría y sufren discriminación en el segmento en que se desempeñan. La encuesta mundial Global Information Security Workforce Study: Women in CyberSecurity muestra que las mujeres generalmente ingresan a la profesión con un nivel de educación más alto que el de los hombres, con el 51 % de las profesionales habilitadas con maestría o certificados superiores, mientras que este índice es del 45 % entre los hombres.

Aun así, ellas comprenden solo el 11% de la fuerza laboral de seguridad de la información en el mundo. En América Latina, la participación femenina es todavía menor, llegando a solo un 8 %. Los resultados obtenidos en la encuesta muestran también que el 51 % de las mujeres que se desempeñan en el área han sufrido ya diversas formas de discriminación, como la falta de promoción y la prohibición de ejercer determinadas actividades.

Otro dato preocupante es que, de acuerdo con el estudio, la presencia masculina es mucho mayor en cargos de liderazgo, de gerencia y de dirección ejecutiva, mientras que las mujeres ocupan la mayoría de las funciones operativas. Las cifras muestran que los hombres tienen nueve veces más probabilidad de alcanzar la gerencia y cuatro veces más de llegar a ser directores y ocupar cargos C-level. En América Latina, la desigualdad es aún más fuerte. La mayoría de las mujeres ocupa funciones que no son de liderazgo, con solo 1 % en puestos C-level, 3 % en la gerencia y 1% como directoras.

Cuando se trata de remuneración, la diferencia salarial entre los géneros también es significativa. En puestos de dirección, ellas reciben 3 % menos que los hombres. A nivel de gestión, la diferencia es mayor, con los hombres recibiendo remuneraciones hasta 4 % mayores.

Es necesario permitir que estas profesionales de alto potencial asuman posiciones de liderazgo, aumentando su satisfacción en el trabajo, su participación y su sentido de valoración. Sin embargo, un cambio efectivo en el ambiente profesional solo será posible cuando los líderes establezcan de forma proactiva una cultura organizacional que acoja y valore la presencia femenina en vez de permitir comportamientos que, intencionalmente o no, las alejan de las profesiones relacionadas con la ciberseguridad.

Esta estrategia necesita ser aprovechada por las empresas que quieran garantizar el éxito en plena era digital y en un momento en que tanto se discute la inclusión y los valores, contribuyendo efectivamente a reducir la falta de profesionales y, principalmente, la desigualdad entre hombres y mujeres.

Pocos segmentos de mercado tienen más cargos que candidatos y, en este escenario, las organizaciones necesitan tomar medidas para comprometer, desarrollar y retener mujeres competentes en su plantilla.

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