Pareciera que 2018 pasó volando, pero si evaluamos los 12 meses del año pasado vemos que sucedieron muchas cosas. Hemos visto una aceleración en la implementación de nuevas tecnologías, incluyendo machine learning, IA e IoT. Desde la adopción masiva de los asistentes de voz y dispositivos domésticos conectados, considerando un aumento de la robótica y de sensores avanzados en la cadena de suministros, parece que estamos al borde de un cambio dramático en la forma en que interactuamos con la tecnología.
A medida que avanzamos en 2019, es momento de mirar la bola de cristal para determinar qué nos espera en un futuro cercano en cuanto al IoT.
IDC estima que el gasto en el IoT tendrá un crecimiento anual de 13,6% entre 2017 y 2022, lo que significa un gasto de USD 1,2 trillones para 2022. ¿Qué significa esto? Un aumento de conectividad de señales digitales que se volcará en todos los aspectos del negocio y las cadenas de suministros. Hoy vemos cómo las casas están más conectadas con asistentes domésticos como el Home Pod de Apple, Google Home y Amazon Echo, entre otros. Además, Facebook está introduciendo un dispositivo para lograr un hardware conectado en nuestros hogares. Esto también rige en el sector de la conectividad automotriz, en el que Apple y Android continúan luchando para ser los centros de conectividad en los vehículos. Ante esto, una cosa queda clara: donde sea que uno se encuentre, nunca estaremos desconectados nuevamente.
También, el IoT se acercará hasta nuestro bienestar físico, como sucede con los relojes de Apple, los cuales integran la tecnología para monitorearnos. En 2019 se verá un continuo aumento de empresas de productos que buscan una mayor conectividad para nuestra salud, ya sea por medio de relojes inteligentes, telas conectadas en la ropa o píldoras digitales. Así, buscarán usar la habilidad de conectar lo que ocurre con nuestros cuerpos 24x7.
Por otro lado, hemos visto varios hackeos de los datos: Yahoo, Sony, Target, Equifax y recientemente, la cadena de hoteles Marriott. Frente a esto, el enojo del público no es por el “cómo“ sino por el “qué”. A medida que los consumidores se vuelven más expertos sobre el mundo conectado, en 2019 se verán irregularidades en los dispositivos y sistemas conectados que nos rodean. Los medios y los consumidores verán que gran parte del mundo ya está conectado, por lo que los gobiernos y el público tendrán que poner mayor énfasis en cómo fortalecer y defenderse de los posibles hackeos.
Además, estamos acostumbrados a hacer el seguimiento de los envíos desde el punto de origen hasta su entrega, pero eso es sólo la punta del iceberg. A medida que los consumidores están más conectados con el IoT, se comenzarán a demandar aún mayores datos y visibilidad. ¿Podemos saber el origen del producto? ¿Cómo fue manufacturado? ¿Qué recorrido hizo hasta llegar acá? Además, una mayor sensibilidad sobre los factores ambientales como la huella de carbono, incentivará preguntas sobre la cadena de suministro, preguntando por más datos y mayor visibilidad de los servicios de conectividad. De esta manera, las empresas no podrán esconder datos y deberán priorizar contar con la habilidad para brindar esta claridad.
Vivimos en un mundo digital, eso no es ninguna novedad. Sin embargo, 2019 será un año importante a medida que los clientes entienden más sobre lo que realmente significa la conectividad. Esto presionará a las empresas para que utilicen esta conectividad digital y así, brinden mayores datos y comprensión de los productos.