La principal finalidad de la gestión empresarial es la mejora de la productividad y competitividad de una empresa o negocio. En una compañía, la gestión empresarial es llevada a cabo por una serie de personas especializadas condiferentes perfiles profesionales orientados al desarrollo empresarial, tales como directores, consultores, productores, gerentes, administradores y un largo etcétera.
La realidad corporativa de los últimos años se encuentra dominada por un proceso de plena transformación desde el entorno analógico hacia el digital. La necesidad de experimentar esta transición en una empresa es un hechoineludible en la actualidad y ello repercute de manera directa en los perfiles profesionales que serán y que ya están siendo más demandados. Como ya recogió el Institute for the Future (IFTF) durante el pasado año: “el 85% de los empleos que existirán en el año 2030 no existen actualmente”, hecho que viene a confirmar el gran cambio que supondrá la digitalización en la forma de enfocar un negocio o proyecto empresarial. No es de extrañar, por tanto, que laoferta de empleo relacionado con el desarrollo tecnológico haya aumentado en un 29% en los últimos 18 meses.
Por otro lado, el éxito o fracaso de un proyecto depende en gran medida de la eficiencia y adecuación de la gestión a éste, por lo que la elección de un enfoque ajustado a la realidad actual es esencial a la hora de planificar y desarrollar un proyecto, empresa o negocio de cualquier tipo.
En esta dirección, el uso de Metodologías Ágiles en la gestión empresarial de proyectos está irrumpiendo con enorme fuerza en el panorama corporativo de los últimos años. Según un estudio del Project Management Institute (PMI), el 71% de las organizaciones a nivel mundial ya usa Metodologías Ágiles. Además, más del 75 % de las organizaciones españolas coinciden en que las metodologías ágiles son cruciales para el éxito de la transformación digital en una empresa, según un estudio llevado a cabo por CA Technologies.
Pero… ¿A qué se deben semejantes datos?
Son debidos, principalmente, a que la implementación de este tipo de metodologías se adecúan perfectamente a la naturaleza de los proyectos empresariales que surgen en la actualidad, caracterizados la mayoría de ellos por dos denominadores comunes: el cambio continuo y la adecuación a la transformación digital.
Esto dificulta el cumplimiento total de una planificación detallada previamente en un proyecto, quedando lasmetodologías tradicionales completamente obsoletas, especialmente en los proyectos de conocimiento y nuevas tecnologías, tales como desarrollo de software, investigación científica, innovación tecnológica (Big Data, inteligencia artificial, robótica, etc), así como en aquellos proyectos que cuenten con un gran nivel de incertidumbre en su negocio o con un alcance de fronteras flexibles, no definidas de manera clara desde el inicio. Las cifras hablan por sí solas: las empresas que usan metodologías ágiles generan un 30% más de ganancias e incrementan los ingresos un 37% más rápido que aquellas que no lo hacen, según PMI.
En este sentido, las metodologías ágiles abren un amplio espectro de posibilidades, al proporcionar una planificación flexible y adaptada que requieren los proyectos de nuevo surgimiento. En lugar de planificar al detalle las tareas de los distintos equipos de trabajo, como ocurría con el uso de metodologías tradicionales, un enfoque ágil planifica el proyecto en base a iteraciones de pocas semanas de trabajo, lo que generalmente provoca que pueda llevarse a cabo con éxito.
Además de posibilitar la gestión inmediata del cambio, la implementación de metodologías ágiles posee una serie de ventajas frente a las metodologías tradicionales, entre las que destacan la facilidad en la priorización de tareas según necesidades, la participación activa y directa por parte del cliente, como retroalimentación a los resultados que se le entreguen de forma progresiva; así como la autogestión del proyecto por parte del equipo de trabajo, lo que supone la desaparición de la figura del jefe de proyecto que ordena y gestiona la totalidad de tareas, en favor de una gestión colaborativa. Una correcta implantación de Agile ofrece mejoras a todos los niveles de desarrollo: una reducción de un 30% hasta un 75% en el ‘Time to market’, un 50% en fallos operativos e incrementos de la productividad de entre un 30% hasta un 50%.
Existen varios tipos de metodologías ágiles, siendo las principales Scrum y Kanban. Estas pueden ser tratadas bajo diferentes enfoques o filosofías, entre las que destacan Lean y Six Sigma. Aunque lo verdaderamente enriquecedor a la hora de enfrentar un nuevo proyecto bajo un enfoque ágil es trabajar con una combinación de todas ellas, según lo que mejor se adapte a la naturaleza del proyecto. El conocimiento y manejo de las diversas metodologías y enfoques ágiles aporta un arsenal muy potente de prácticas en la gestión de un proyecto, lo que se considera completamente necesario en la actualidad.
Dado que nos encontramos inmersos en la era de la transformación digital por excelencia y, teniendo en cuenta las estadísticas del IFTF donde se asegura que el 100% de las organizaciones serán puramente tecnológicas en el año 2030, los conocimientos en este tipo de filosofía empresarial se tornan indispensables para todos aquellos profesionales directamente relacionados con el desarrollo de proyectos de índole tecnológica.
Es un hecho que, a día de hoy, todas las grandes empresas han iniciado su proceso de digitalización. Como ejemplos, se encuentran BBVA, que ya ofrece un 90% de servicios en su aplicación móvil y cuenta con un 40% de clientes digitales en su cartera; o Telefónica, que ha cifrado en 300 millones de euros su pronóstico de ahorro en 2018 gracias a la digitalización. Otro ejemplo claro es el de Endesa, que ya cuenta con más de 2.000 millones de clientes online.
Quizás, el salto más difícil se encuentre en la digitalización de las pymes. El 82% de las pequeñas y medianas empresas españolas no cuentan con empleados especializados en digitalización y un 42% de ellas destinará el grueso de sus inversiones en 2018 al desarrollo de herramientas tecnológicas, según la CEOE. El caso de Latinoamérica no es más halagüeño: según Brother International Corporation el 55% de las compañías latinoamericanas no utiliza aún la nube para trabajar.
Todo ello no hace más que subrayar que la demanda de perfiles profesionales digitales con conocimientos en metodologías ágiles de gestión de proyectos seguirá en su imparable crecimiento en los años venideros.
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