La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, enfrenta grandes desafíos. En la campaña electoral estadounidense, su país corre el riesgo de quedar atrapado entre los contrincantes Trump y Harris.
Si el candidato presidencial republicano Donald Trump se sale con la suya, las empresas que producen en México para el mercado estadounidense deberán trasladarse inmediatamente a Estados Unidos.
Si los fabricantes chinos quisieran vender sus automóviles en EE. UU., también tendrían que producirlos en EE. UU. De lo contrario, amenazó Trump en su convención de nominación republicana, encarecería tanto con aranceles los vehículos que se volverían inasequibles. La industria automotriz alemana, parte de la cual produce en México, también es blanco de esta amenaza.
El debate muestra que, una vez más, México corre peligro de convertirse en peón en la política interna de Estados Unidos.
La incógnita del 5 de noviembre
Claudia Sheinbaum (62) será, desde este martes 1 de octubre de 2024, la primera mujer en asumir la presidencia en México. Y, entre otros muchos retos, su período estará también marcado por las elecciones estadounidenses del 5 de noviembre. Sólo entonces quedará claro quién ganó en Estados Unidos y actuará, por tanto, como su interlocutor(a) en Washington durante los próximos cuatro años.
Que Kamala Harris o Donald Trump estén al mando de la Casa Blanca será también crucial para el clima vecinal. Sheinbaum hereda de su predecesor, mentor y correligionario Andrés Manuel López Obrador, una economía que enfrenta algunas incertidumbres.
Crecimiento económico y reforma judicial
Según el Banco Mundial, la economía mexicana creció un 3,2 por ciento el año pasado. Esto significa que México logró un crecimiento económico superior al tres por ciento por segundo año consecutivo. Según la información oficial, la tasa de pobreza cayó del 43,9 por ciento (2020) al 36,3 por ciento (2022): alrededor de 8,8 millones de mexicanos habrían logrado así salir de la pobreza.
Revuelo ha causado, en las últimas semanas, una reforma judicial. Fue aprobada por las instituciones en un tiempo récord, a pesar de numerosas protestas, y generó preocupación entre los socios comerciales de Estados Unidos y Canadá.
La reforma estipula que, en el futuro, todos los jueces federales serán elegidos directamente. Los críticos temen que el crimen organizado obtenga así más influencia sobre el poder judicial.
El embajador estadounidense, Ken Salazar, dijo hace unas semanas que esta reforma amenaza las relaciones forjadas, "que dependen de la confianza de los inversionistas en el marco legal mexicano". Sin embargo, en los últimos días de su mandato, López Obrador aprobó la reforma, que llama una "democratización del sistema legal".
Estado de derecho e inversiones
Organizaciones de derechos humanos y la Iglesia advierten que las elecciones en México estarían ya infiltradas por el crimen organizado. El elevado número de candidatos asesinados durante las campañas electorales es un claro indicio de ello.
Al menos 22 políticos locales han sido asesinados en México desde septiembre de 2023, según cifras oficiales del Gobierno, de mayo de este año. Algunas organizaciones no gubernamentales como Data Cívica presentan cifras aún mayores. Y se teme que este tipo de violencia política también pueda extenderse a las campañas electorales en el poder judicial.
"Para las empresas, el Estado de derecho es un criterio importante para hacer negocios en el extranjero, construir y operar plantas. Y para el Estado de derecho, jueces independientes son un requisito básico", dice a DW Hartmut Rank, jefe del programa de Estado de derecho para América Latina de la Fundación Konrad Adenauer (KAS), cercana al partido cristianodemócrata alemán.
"Si la reforma se implementa según lo planeado, los tribunales en México serán menos independientes, lo que podría alentar a los empresarios a buscar ubicaciones alternativas", prevé Rank, desde su sede en Bogotá.
También hay escepticismo en los mercados financieros: después de las elecciones, la moneda mexicana perdió el 13 por ciento de su valor frente al dólar estadounidense.
A las preocupaciones de las empresas extranjeras, el futuro Gobierno de Sheinbaum responde con una previsión optimista: según informó el portal El Economista, el Ejecutivo espera un aumento de la inversión extranjera directa de tres a cuatro mil millones de dólares al año. Al final del sexenio en 2030, eso significaría una entrada de inversión extranjera de hasta 24 mil millones de dólares.
Las empresas alemanas esperan
La reforma judicial también es un tema entre las empresas alemanas, que tienen una gran presencia en México. "Pero habrá que esperar y ver cómo se aplica la reforma en la práctica; todo lo demás son especulaciones", afirma a DW Johannes Hauser, director general de la Cámara de Comercio Exterior (AHK) en México, consultado por DW.
"Nuestras empresas asociadas están analizando actualmente los escenarios. Está claro que la reforma judicial podría limitar la independencia de los tribunales. Dado que se prevé que los jueces puedan reelegirse, probablemente será más difícil hacer valer intereses individuales por sobre intereses grupales; esto probablemente se aplica tanto a las personas como a las empresas", afirma Hauser.
Hauser alude al temor de que en el futuro los jueces puedan pensar igual que los políticos, y emitan sus juicios teniendo en cuenta el impacto que tienen en sus posibilidades de reelección.
¿Y si Trump gana las elecciones? Para los fabricantes de automóviles alemanes, México es, tras Estados Unidos y por delante de Brasil y Argentina, el lugar de producción más importante en América, según la Asociación de la Industria Automotriz (VDA) alemana. Por eso, en las sedes de las empresas tomaron nota con atención de las recientes declaraciones de Donald Trump sobre los centros de producción.
Consultado por DW, un portavoz de la VDA remitió a la situación jurídica actual: "Estados Unidos pactó el acuerdo comercial T-MEC con México y Canadá. La imposición de aranceles más elevados a las importaciones de vehículos procedentes de México significaría una violación de este acuerdo, que perjudicaría especialmente a las empresas estadounidenses. Son ellas las que disfrutan de muchas ventajas gracias a esa red de producción norteamericana".