La retirada de Jokr y DiDi Food de países como Perú y Chile, así como el éxito relativo de PedidosYa y Rappi, genera preguntas sobre cuál es la clave para que estas plataformas triunfen en la región.
El repentino anuncio del fin del servicio de DiDi Food en Chile para agosto ha puesto sobre la mesa una tendencia ya vista en los últimos tres años: la salida de múltiples aplicaciones de quick-commerce y movilidad de América Latina. Se trata de un fenómeno que responde a múltiples factores y por ello, ha afectado a cada compañía en mayor o menor medida en la era de reactivación post-pandémica.
En diciembre de 2021, la startup alemana Jokr anunció que había alcanzado la categoría de “unicornio” al lograr una valoración de US$ 1.200 millones. Por aquel entonces, el imperio del supermercado digital alcanzaba México, Brasil, Colombia, Chile y Perú. La marca parecía haberse posicionado como un actor de peso en el mercado hasta que en noviembre de 2022, apareció la primera fractura: Jokr anunció que dejaría de operar en Santiago de Chile. La reacción en cadena no se hizo esperar y el 12 de enero, la startup anunció su salida de Colombia, cerrando paulatinamente sus servicios en Medellín, Barranquilla y Bucaramanga.
Sin embargo, en otros países de la región, Jokr emprendió una retirada más organizada. Es el caso de Perú, donde irrumpió Inretail, holding del grupo peruano Intercop, que adquirió el 100% del supermercado virtual. Tras este acuerdo, la semana pasada Intercorp relanzó la marca bajo su control. El nuevo Jokr ahora ofrece más de 1.300 artículos con precios competitivos, cubre envíos de productos de última milla y coexiste con Agora, la plataforma de quick-commerce del conglomerado de Carlos Rodríguez Pastor.
El CEO de Joker, Ralf Wenzel, fue categórico sobre el motivo de la salida de varios mercados latinoamericanos: Brasil, mercado que representa más del 70% de sus ganancias por lo cual la compañía busca enfocarse en el gigante sudamericano. En México, pese a que Jokr disponía de 25 bodegas y presencia en las tres principales ciudades del país (Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey), el mercado representaba apenas el 25% del total de ganancias, junto al de Colombia. Además, Jokr operaba con déficit desde hacía varios meses, por lo que todo apunta a que la compañía buscó apostar por el caballo ganador: Brasil, un mercado al que describieron como “tan grande como Europa”.
Retirada china
Cuando DiDi anunció el fin de su servicio de delivery de comida en Chile, 60 empleados del sector tecnológico y comercial perdieron sus trabajos. Tras mantenerse en este mercado por solo 14 meses, DiDi Food sumó su tercera retirada en América Latina. Anteriormente, ya había hecho lo mismo en Brasil y República Dominicana. En declaraciones al diario chileno La Tercera, algunos de los ex empleados declararon que el cierre se debió a que DiDi buscó priorizar otros mercados.
Un ex ejecutivo incluso reveló que la compañía había suspendido el financiamiento del delivery de comida desde fines de 2022. Asimismo, al igual que las operaciones de Jokr en México, DiDi Food siempre operó en Chile bajo números rojos, aunque las pérdidas no eran tan pronunciadas según especificaron los ex empleados. Nuevamente, parece que primó una visión más práctica que otro asunto. No obstante, la plataforma de origen chino anunció que mantendrá en Chile sus servicios de movilidad y transporte.
Para Diego Barcala, analista de consumo interno y ex director de un equipo comercial que trabajó para DiDi Food Chile, el paso de la aplicación por el país fue accidentado.
“El valor diferencial al que apuntaba la compañía era ofrecer una mayor oferta a menor precio. Sin embargo, no se alcanzó a mostrar porque obviamente la aplicación estuvo muy poco tiempo en el mercado”, dijo a AméricaEconomía.
Asimismo, Barcala considera que desde el inicio, DiDi Food no se esforzó por captar el mercado chileno y el negocio terminó “muriendo bajo su propio peso”. La ausencia de una estrategia se ha traducido también en que las acciones del servicio no serán trasladadas a otra marca como sucedió con Jokr en Perú.
Otras aplicaciones de quick-commerce han decidido enfocarse en sus mercados ya conquistados, en lugar de arriesgar una expansión que podría resultar contraproducente. Por ejemplo, la uruguaya PedidosYa opera en 15 países, donde ha obtenido diferentes márgenes de éxito. En mayo de 2023, Esteban Gutiérrez declaró para AméricaEconomía que PedidosYa trabaja en mercados como el argentino o chileno que suelen cumplir con las metas de ventas planteadas para 2022 o el primer trimestre del año actual.
Existe un segundo grupo de países donde se ha registrado un crecimiento notable en el último año. Sin embargo, a corto plazo, Gutiérrez descarta el ingreso a importantes mercados como México, Colombia o Brasil. Mientras tanto, en los países donde opera, se registran estadísticas remarcables. Es así que en abril de 2023, la compañía obtuvo en Ecuador un alza del 85% en facturación y órdenes de compra. Esta cifra se atribuye principalmente a una serie de innovaciones como la apertura de dark markets, así como servicios de venta de gas doméstico y comida para mascotas.
Rappi y el éxito relativo
Quizás una de las app de quick-commerce mejor posicionadas en América Latina es Rappi. El unicornio colombiano se las ha ingeniado para fijar acuerdos de exclusividad con varias cadenas de comida y sumar 55.000 repartidores independientes en su país de origen para diciembre de 2022. No obstante, su trayectoria cuenta con luces y sombras en su haber por igual. Por ejemplo, a pesar de que en Colombia, obtuvo una participación del 53,7% del mercado para noviembre de 2022, la demanda del consumidor ya no es la misma que en épocas de pandemia. No sorprende entonces que el unicornio colombiano haya caído 400 puestos en la lista de las mayores empresas de este país, elaborada por la Superintendencia de Sociedades de Colombia en 2022.
Más al sur, en Perú, Rappi anunció recientemente que expandirá sus operaciones a las ciudades amazónicas de Pucallpa e Iquitos. La segunda ostenta el récord de ser la mayor ciudad del mundo a la que no se accede por carretera, una de las razones por las que el transporte en moto ha ganado protagonismo en las últimas décadas. La empresa aspira a elevar las cifras de crecimiento por encima del 25% obtenido en 2022, y acercarse así, a la ansiada rentabilidad.
No obstante, el panorama tampoco ha sido totalmente alentador para Rappi. En mayo de 2023, decenas de trabajadores de delivery organizaron una huelga en las calles de Lima. Los manifestantes reclamaban que las tarifas pagadas no eran suficientes para las rutas de reparto realizadas. Por ejemplo, a un repartidor se le pagaba S/. 4,43 (US$ 1,2) por recorrer 4,3 kilómetros, incluyendo cuatro paradas. La tarifa no consideraba el tiempo que cada trabajador emplea para pedir, esperar y llevar la orden hasta su destinatario final. Al mes siguiente, la Comisión de Trabajo del Congreso de Perú aprobó un proyecto que planteaba reconocer los beneficios laborales para los repartidores de mensajería y quick-commerce. Sin embargo, la iniciativa no llegó a debatirse en el Pleno parlamentario.
Por otro lado, en Colombia se produjo otra huelga de repartidores de Rappi en Bogotá en abril de 2023. El motivo era el debate de la reforma laboral del gobierno de Gustavo Petro que obligaba a las plataformas digitales a contratar como empleados a todos los repartidores afiliados a la aplicación. En su momento, Simón Borrero, el CEO de Rappi, denunció ante el medio local Semana que la reforma dejaría sin trabajo al 90% de los repartidores ante la imposibilidad de formalizarlos a todos. Finalmente, en junio, la reforma fue desestimada por el Pleno del Congreso colombiano.
En última instancia, la situación de las apps de quick-commerce en América Latina es incierta y cambiante. Se aprecia una tendencia por prescindir de mercados pequeños (DiDi y Jokr) y evitar una expansión desorganizada a nuevos países (PedidosYa). Mientras que las historias de mayor éxito, como Rappi, tampoco están exentas de problemáticas en torno a la validez de los derechos laborales y caídas abruptas en las preferencias del consumidor.
Al respecto, Diego Barcala se muestra escéptico ante la idea de que estos problemas respondan a una misma causa. “Claramente hay aplicaciones que se están yendo, pero no creo que sea una tendencia general. Obviamente creo que hay muchas compañías que han apostado a ciertos mercados y no les han resultado. Entonces, nada mejor que tomar una decisión a tiempo de retirarse que seguir insistiendo con algo que no va a ser rentable”, concluye.