TriCiclos, empresa de origen chileno especialista en reciclaje y gestión de residuos, ganó este año The Circulars 2019, conocido como el "Óscar de la economía circular", concurso global organizado por el Foro Económico Mundial y que premia a los casos más destacados en la aplicación de este modelo. AméricaEconomía conversó con su representante para analizar los avances en la región y los desafíos aún pendientes.
-¿Cómo hacemos de la basura algo funcional para los países y sus economías?
-La basura es un error de diseño y, por lo tanto, puede ser corregido. Al principio nos enfocamos muchísimo en tratar de corregir el consumo, de tal manera, de visibilizar o tratar de modificar nuestras decisiones de compra, teniendo en cuenta cómo estas afectan al medio ambiente. Por eso, en TriCiclos comenzamos con algo muy simple: los llamados "puntos limpios", que no son otra cosa que espacios físicos donde se reciben materiales reciclables que se generan en la casa de cualquier ciudadano, y al llevar esos residuos, se da un entendimiento sobre los efectos de sus hábitos de consumo en el medio ambiente, mediante la generación de residuos.
-¿Qué efectos tuvo esa experiencia en Chile, donde comenzaron?
-Pusimos el tema sobre la mesa, indiscutiblemente. En Chile, todavía no había todavía grandes iniciativas, eso que nosotros llamamos "soluciones aguas abajo", que es lo mismo que decir que el error de diseño ya está, entonces, veamos qué es lo que podemos hacer con los residuos que ya se han generado. Partimos con mucho foco en eso. Hoy, lo que estamos haciendo es evidentemente crecer y crecimos en Brasil, Colombia y Perú con operaciones. Eso nos dio un montón de información que después metodologizamos y le entregamos a las empresas; se usó para corregir el problema en su origen, es decir, en el diseño, que es lo que nosotros le llamamos "aguas arriba". Entonces, con esa información lo que estamos haciendo hoy en día es aportar a la innovación, la tecnología, la consultoría en las empresas para mejorar sus empaques, por ejemplo, o incluso meternos en temas de productos y procesos, de tal manera de evitar que generen basura, aunque esta fuera incluso reciclable.
-Se dio el momento oportuno, entonces, para que apareciera el concepto de "economía circular".
-Hemos avanzado en el lenguaje de economía circular, se ha masificado los últimos años, pero tiene su raíz muchos años atrás. Y no es más que hacer un uso eficiente de los recursos y evitar que se generen externalidades dentro del sistema económico, y que estas no vayan a parar a la naturaleza, si es que no pertenecen a esta. Por eso es que ahora estamos posicionados como una empresa orientada a implementar soluciones que lleven a la practica una economía circular.
-¿Cómo ha sido, en lo práctico, la inclusión de una economía circular en empresas de la región? ¿Es solo un tema de cumplimiento o hay compromiso real?
-Primero, las grandes empresas tienden a ser conservadoras. Pero la economía circular tiene la gracia de ser una solución para países como Chile para poder seguir creciendo sin extraer sus recursos naturales, ya que hasta ahora hemos funcionado bajo el paradigma de extraer, consumir y botar. Lo cual trae consigo una serie de ineficiencias y externalidades que cada vez más las empresas necesitan evitar, ya sea por petición de los consumidores o de los gobiernos que lo exigen.
-¿Qué función cumple, en las etapas productivas de las empresas, la aplicación de la economía circular?
-Lo que viene a hacer es convertirse en una alternativa para las empresas, por más tradicionales que estas sean, que deben seguir subsistiendo en el mercado, sin tener que estar luchando contra los riesgos que conlleva la economía lineal. Nosotros vemos cómo hoy en día hay empresas y multinacionales que están llevando la pauta en este sentido, porque están incorporando esos conceptos dentro de sus productos.
-¿A qué se refiere con "incorporar"?
-Cuando digo incorporar me refiero no solo a incorporar la reciclabilidad en los envases que ponen, sino que incluso a cambiar modelos de negocios, de tal manera de evitar o escapar de este modelo lineal, para pasar a uno donde los recursos que ponen ellos en sus productos les sigan perteneciendo y puedan garantizar que después serán reutilizados y recolocados, por decirlo alguna manera, dentro de productos de ellos mismos.
Las multinacionales, por cierto, están avanzando bastante, pero también tienes un número no menor de empresas chilenas que están haciendo hartas cosas al respecto y ven cómo esto está siendo no solo reconocido por su consumidor; sino que a nivel internacional incluso. Por ejemplo, hay bancos que están aplicando primas de riesgo más altas a aquellas empresas que están ancladas en un modelo lineal de producción y no están logrando encontrar la manera de crecer desacoplándose de ese paradigma.
ASEGURAR PERMANENCIA
-Hoy se están discutiendo nuevas regulaciones para el uso de plásticos, se habla bastante del cambio climatico. ¿La región ha generado buenas politicas público-privadas?
-Si te pones a pensar en lo que viene en términos de regulaciones o lo que viene en términos de cambio climático, te das cuenta que las empresas que no están mirando hacia allá están anclándose en el pasado y, por lo tanto, no viendo cómo innovar o incorporar este tipo de cambios.
-La leyenda dice que las medidas de sustentabilidad en las empresas están ancladas por un asunto de cumplimiento, que no son parte importante de los procesos. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
-Mira, nosotros claramente hemos trabajado con proyectos que han reducido los costos. Por otro lado, cuando has logrado migrar a modelos de negocios donde dejas de ofrecer un activo y pasas a ofrecer un servicio, es una cambio enorme que reformula tu sistema de ingresos, de facturación de venta; a ventas recurrentes, escapándote de la venta de activos que son solo una vez y ahí aparecen modelos de negocios muy innovadores. Phillips, por ejemplo, que está entendiendo que a un consumidor lo que le interesa no es necesariamente la infraestructura de la ampolleta o la infraestructura de un hotel, sino que pagar por los lumen (NdeR: cantidad de luz emitida en relación con el gasto). Entonces, lo que generas no solo es una venta de un servicio recurrente, sino que además generas un incentivo para que lo que estás poniendo en el mercado sea un activo durable. Ahí hay una enorme oportunidad de reducción de costos. Y esa serie de eficiencias, evidentemente, en el mediano a largo plazo van a haber producido ganancias.
-¿Con que empresas están trabajando hoy estos temas?
-Por ejemplo, con Coca-Cola. Se están comprometiendo, como parte de su programa "World Without Waste", a recuperar el equivalente a un 100% de los materiales que ponen a través de sus envases en el mercado, de tal manera que terminen siendo reciclados. Entonces, si Coca-Cola está haciendo ese giro es porque entiende que ahí existe una oportunidad enorme de vínculo con su consumidor, además de asumir una responsabilidad que les compete. Con ello ven una oportunidad de asegurar su permanencia en el mercado.
-Una de las grandes discusiones de la industria ha sido el tema del uso y no uso del plástico. ¿Se ha avanzado de buena forma en la región?
-Yo creo que hoy tienes un consumidor que está empezando a entender que cuando compra, está comprando un producto, pero además está comprando un residuo que es el envase. Entonces, ahí me parece que el efecto que se genera es muy bueno.
Con respecto a las diferentes iniciativas que han salido con respecto al tema de los plásticos, a mí me parece que hay que tener cuidado, ya que también se necesita entender cuál es el efecto colateral que se podría generar. Por eso es muy importante entender que el plástico en sí mismo no es el problema, sino el uso que le damos a este.
Por otro lado, existen otros plásticos que no son reciclables y muy populares, como los de la comida rápida. Hoy en día no hay cómo reciclarlo y ese material debería ir migrando a otro tipo de plástico o incluso replantear el cómo vender esa comida. Ahí tienes una oportunidad para innovar en la materialidad de ese producto o incluso eliminarlo.