Evo Morales
El banco estadounidense registra uno de los niveles más altos de riesgo país de la región, al tiempo que pone énfasis en algunos factores internos de la economía del país altiplánico.
El país sudamericano se está recuperando de un fallido golpe militar contra el gobierno la semana pasada que se debió, en parte, a una creciente crisis económica vinculada a años de disminución de la producción de petróleo y gas que afectó fuertemente a las reservas monetarias.
Soldados fuertemente armados y vehículos blindados se vieron llegar a la céntrica Plaza Murillo de La Paz, según los videos difundidos.
Las compras pasaron de US$ 1.109,9 millones a US$ 2.848 millones.
Una de las resoluciones del encuentro nacional de la facción "evista" del MAS exige el inmediato cese de funciones de los magistrados y consejeros electos en 2017.
El proteccionismo del gobierno de Luis Arce impide una mayor inversión del sector privado más allá de los capitales chinos y rusos que promueven la extracción directa de litio (EDL), un método de producción innovador, aunque sin sustento científico.
El expresidente boliviano oficializó su deseo de ser candidato en las próximas elecciones. Sin embargo, el primer obstáculo lo tiene dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), que se encuentra fracturado entre “evistas” y “arcistas”.
El expresidente también denunció que existe gente en el Ministerio de Gobierno que le advierte sobre las supuestas intenciones de algunas autoridades de entregarlo a Estados Unidos.
Durante años, el país disfrutó de una de las tasas de crecimiento más altas de Sudamérica, apoyado por el auge de la demanda por recursos naturales, principalmente el gas natural, que ayudó al Gobierno de izquierda del exmandatario Evo Morales a financiar programas sociales y reducir la pobreza.
