La energética boliviana YPFB dejó de enviar el fluido desde el 18 de este mes, afirma un medio argentino con base en datos oficiales.
“Se ha decidido las bases han determinado cerrar (la vía) pues eso se viene a dar por la mala actitud del presidente de YPFB. (…) Se ha pedido la presencia de él, que venga él en persona y podamos solucionar los problemas, él tiene que saber representar y saber dar cual es el motivo por qué no tenemos combustible”, sostuvo dirigente gremial de la CBT.
Además, se espera que el fin de semana se reabra el puerto de Arica, en Chile, para que los tres buques con carburantes puedan atracar y se normalice el suministro de diésel en el país.
El complejo industrial del hierro y comenzar a producir barras corrugadas para la construcción y alambrón destinado a la fabricación de clavos, tornillos y tuercas.
El país sudamericano se está recuperando de un fallido golpe militar contra el gobierno la semana pasada que se debió, en parte, a una creciente crisis económica vinculada a años de disminución de la producción de petróleo y gas que afectó fuertemente a las reservas monetarias.
La petrolera boliviana tiene la capacidad de transportar hasta 10 millones de metros cúbicos por día (MMm3d).
Las compras pasaron de US$ 1.109,9 millones a US$ 2.848 millones.
Se prevé que en septiembre de este año seis de siete plantas del complejo siderúrgico ingresen en operaciones.
Ambos prospectos forman parte del Plan de Reactivación donde incluye la perforación de 27 pozos, estrategia que apunta a reponer e incrementar las reservas hidrocarburíferas.
Se tiene previsto la exploración de nuevas áreas con potencial hidrocarburífero a través de la perforación de los pozos de investigación Tomachi-X1 IE, Tomachi-X2 IE y Madre Selva-X1 IE.
La habilitación del sistema de transporte por ductos tiene una capacidad de trasladar hasta 9.000 barriles por día desde Oruro hasta Cochabamba y 8.000 Bpd de Cochabamba a Santa Cruz de la Sierra.
Las novedosas instalaciones producirán diariamente 1.500 barriles; su emplazamiento demandó una inversión cercana a los US$ 50 millones.
La situación de Bolivia “no tiene que ver con que se acabó el gas simplemente, sino que se acabó la exploración”, afirmó el martes el presidente de la estatal brasileña, Jean Paul Prates.
Según la petrolera estatal, Bolivia cumplió con la entrega de los volúmenes comprometidos en los contratos con los mercados de Brasil y Argentina.
Durante el año pasado también se redujo el número de mercados de destino del fertilizante boliviano, siendo Brasil el principal.
El presidente boliviano Luis Arce se reunió el sábado con autoridades iraníes en la que se abrió posibilidades de sostener acuerdos con la estatal Compañía Nacional de Petróleo Iraní (NIOC).
El país altiplánico participa del Foro de Países Exportadores de Gas y se prevé que este sábado el presidente Luis Arce se reúna con los jefes de Estado miembros de la organización.
En 2019 llegó a US$ 2.005 millones, en 2020 bajó a US$1.652 millones y un año después remontó a US$ 1.701 millones. Mientras que en 2022 registró un récord con US$ 2.657 millones.
De las 68.422 toneladas comercializadas, el departamento de Santa Cruz adquirió 38.356 toneladas lo que representa el 56% del total.
El 30 de agosto de 2023, el presidente de Energía Argentina SA (Enarsa), Agustín Gerez, declaró que se negocia con la petrolera estatal boliviana el cumplimiento de sus obligaciones contractuales hasta mayo de este año y a partir de junio dejar de importar el gas natural boliviano.
En volumen, las exportaciones bajaron de 13,46 millones de toneladas en 2014 a 5,57 millones la gestión pasada. En cuanto al valor, las ventas se desplomaron de US$ 6.011,1 millones a US$ 1.880,4 millones.
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